El Mate Tuerto

"Se fingirá el saber que no se tiene."

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Nombre: El Mate Tuerto
Ubicación: Argentina

18 abril, 2008

Bafácil

Este año me prometí no pisar el Bafici. Como soy un animal muy susceptible al entusiasmo, decidí faltar a mi promesa y le propuse a Momé ir a ver una película al festival de cine independiente. Di por descontado que no obtendríamos entradas en el Hoyts, así que le pedí a Momé que consultara la grilla por la web para averiguar que daban en alguna de las salas alternativas. Ciertos desperfectos cibernéticos dificultaron la consulta y cuando me llamó al trabajo me contó que sólo había podido averiguar que proyectaban una peli chilena en el Atlas Santa Fé, y me lanzó la contrapropuesta de ir a ver Tropa de Elite al Abasto. La idea me pareció inmejorable, era el máximo desatino: ir al Abasto, un martes a la noche, en pleno Bafici, a ver una película del circuito comercial. Acepté encantado. No puedo ocultar que también me seducía la idea de acudir al ex mercado de frutas y hortalizas, que me parece horrible y detestable todo el año excepto durante los doce días que dura el festival; ahí adquiere un halo mágico, fruto de una mezcla incongruente que aglutina turistas, freaks cinéfilos, judíos ortodoxos, productores chic, críticos de cine, adolescentes evadidos de los colegios, estudiantes de cine, escritores, estrellitas del cine independiente y los consabidos consumistas que recorren los locales ignorando por completo lo que sucede a su alrededor. Los 353 restantes días del año el paisaje del Shopping Abasto me deprime, en estos 12, me entusiasma. De modo que allá vamos. Yo llego primero y espero a Momé a la entrada de las boleterías, junto a una grilla montada sobre un caballete que señala las películas del día en el festival. Me sorprendo al comprobar que todavía quedan entradas para casi todos los títulos y en los 15 minutos siguientes una chica intentará venderme una entrada para Interkosmos, que ya estaba agotada y otro chico directamente me ofrecerá un ticket que le sobra (¡de cuántas defecciones amorosas podría sacar provecho el astuto espectador garronero!). Así que ya tengo un idea que pienso poner en práctica en el próximo festival, sino en este, la llamo la película al boleo. Se trata de ir al Hoyts un día cualquiera y sacar entradas para lo primero que encuentre en ese momento. Tengo mucha fe en esta nueva forma de orientar mi cultura cinematográfica.

Finalmente llega Momé y entramos en la sala. Todavía es temprano, así que el Hoyts nos entretiene con una trivia sobre películas, un nuevo curro del sms. Detecto también tipos con acreditaciones del festival colgando de sus cuellos, que supongo será como estar en un certamen culinario comiendo todo tipo de platos exóticos y al final salir y plantarte en la cantina de la vuelta para pedirte un buen, efectivo, predecible y garantido guiso de buseca. Empieza la película. Está bien, una suerte de Cidade de deus invertida. Sin embargo hay algo que me incomoda. Me estoy recontrameando. No soy tonto, siempre voy de aguas antes de entrar al cine. Pero sucede que esta vez la función estuvo precedida por un café con leche grande de Mc Donalds, y ese brebaje oscuro y aguachento al cual por color y sabor mejor le vendría el nombre de jugo de pantano empezó a hacer mella en mis riñones mientras se proyectaba la película. La primera media hora fue como un goteo ploc ploc ploc. Después una leve presión del líquido sobre la vejiga, que solicitaba cortésmente la inminencia de una micción, ahora, transcurrida más de una hora es un flujo incontenible, mareas que golpean con furia contra las paredes elásticas del órgano. Nunca abandoné una película por la mitad, repito: NUNCA. Mientras en la pantalla policías y traficantes se cagan a tiros yo retuerzo el abdomen y cruzo las piernas una y otra vez en busca de algún alivio perentorio. Y la película es larga, laarga, laaaarga. Justo cuando creo que no voy a lorgrarlo la suerte viene en mi ayuda y la pantalla se pone en blanco. Los espectadores se miran entre sí, estupefactos, algunos se tranquilizan mencionando la palabra “intervalo” como si fuera un talismán. Yo no espero confirmaciones, sea lo que sea, terremoto, tsunami, erupción volcánica, atentado terrorista, ha sido enviado por la providencia para que yo pueda descargar mis aguas. “Me voy a mear” le digo a Momé y salgo disparado rumbo a la salida. Al dejar la sala me entero que se trata de un corte de luz. En el pasillo, tipos de seguridad Handys en mano aguardan órdenes. Desde otras salas se oyen palmas y gritos que anuncian conatos de rebelión. Pregunto por el baño, vuelvo a informar a Momé de lo que está pasando y a buscar el celular, viva la tecnología que te salva en estos trances. Pongo el aparato en función farol y llego al baño cuya puerta abierta sostiene un tipo con muletas al que le falta una pierna y al que descubro de golpe con mi lámpara celulera. Le ofrezco mi ayuda al hombre pero resulta que es él quien está ayudando a un amigo que prosigue con su descarga y a quien espera para poder retirarse. Entro y me voy a un gabinete individual. Sostengo el farol con una mano y desabrocho con la otra. Finalmente largo el chorro potente, impetuoso, liberador. Es tanto lo contenido que el farol anuncia su inminente desactivación. Se apaga y quedo completamente a oscuras. Soy yo y mi alma y mi chorro que impacta sobre la taza con el ruido de las fuentes en jardines florentinos. Inmerso en la oscuridad más absoluta, en el baño del gigantesco shopping vivo un momento de absoluta comunión con el universo. La lectura de Fogwill unas horas atrás me había inoculado un inmoderado valor, así que me desafío a volver a la sala sin auxilio del celular. Salgo del baño, doy un paso y me doy la cabeza contra la pared. Abro el celular y retorno a la sala y al poco rato vuelve la luz y la película prosigue exactamente donde se había quedado. A la salida vamos al Burger porque tengo un pasaje de subte que promete dos combos a precio de uno. La brutal ingesta de grasas saturadas me provoca una inmediata sensación de saciedad y satisfacción. Queda poca gente, el shopping está próximo a cerrar sus puertas, pero todavía restan unas buenas dos horas de festival. Recuerdo las funciones de trasnoche del Bafici y la cara de culo de los monos de seguridad que tenían que quedarse para abrirnos la puerta de la salida que da a Anchorena y la fantasmal escena del shopping vacío, lleno de belleza, y extraño.

Ariel Idez

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15 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Ariel, siempre es un placer ser el primero en comentar tu post.
En mi opinión, el bafici no existe más. Es un delirio colectivo, como la Argentina potencia mundial, la isla atómica en huemul, la ciudad deportiva de boca et al.

Me dijeron que la película que fuiste a ver se podría bien llamar "matando negros a garrotazos". ¿Que onda?

18/4/08 12:17  
Blogger julieta eme dijo...

"tropa de elite" es malísima. lo único que tiene de bueno es el negro que estudia derecho...

leí el post por arriba. después vuelvo y lo leo completo.

el bafici... hace tanto que no voy... en una época, solía encantarme. me encanta todavía... pero ya no voy... algún día, volveré...

18/4/08 12:20  
Blogger julieta eme dijo...

me ganaste, nacho... maldición! por tres minutos...!

sí, Horacio Bernades, de página 12, le dio 5 puntos y tituló la nota "matando negros a garrotazos". es mala.

18/4/08 12:24  
Blogger nacho dijo...

Muy bueno el momento en que se apaga el celular. Muy bien lograda la descripción.

18/4/08 12:36  
Anonymous Anónimo dijo...

Gracias Nacho, es una alegría para mi ver su comentario al abrir la página. La película merecía un post aparte (¿Lo escribiré? Lo dudo, tal vez me anime) Adelanto que me parece que decir que es mala es una forma de tranquilizarse y eludir el debate que plantea. Creo que da para discutir largo y tendido.
En cuanto al bafici, la verdad es que lo extraño y no creo que el año próximo pueda resistirme a su canto de sirena.

Hola julieta, gracias por su comentario, bueno, ya dije lo que pienso respecto a la película. Como film no diría que es "malo" porque la factura es impecable, tiene ritmo, una buena estructura narrativa, etc. El tema es que el punto de vista desde la cual está contada no es el que llamaríamos "el políticamente correcto", pero me parece que eso es otra cosa.

Saludos

18/4/08 13:18  
Anonymous Anónimo dijo...

me encantaría leer un post tuyo sobre la peli, porque para mí no es más que puro tiroteo, aunque muy bien filmado, por cierto... no tiene nada que ver con que sea políticamente incorrecta... incluso me pareció medio aburrida... es una seguidilla de escenas de tiroteo... no sé... tal vez, mi predisposición era mala...

18/4/08 14:21  
Anonymous Anónimo dijo...

las descripciones del shopping durante esos doce días son muy exactas... es un encantamiento irremediable, extraño y fascinante...

18/4/08 15:21  
Anonymous Anónimo dijo...

Son momentos cómo esos en los que uno no entiende cómo alguien puede pensar que la literatura no tiene nada que ver con la vida. Fíjense en nuestro amigo, por caso. De no haber sido por el coraje cocaínico que Fogwill insufla en sus lectores, todavía estaría encerrado de cara al inodora, en pleno ataque de pánico.

18/4/08 18:27  
Anonymous Anónimo dijo...

El Bafici en general, y el Bafici en el Abasto en particular, tiene el atractivo de todo espectáculo que es masivo, pero no popular. Hay algo de comunión de iniciados, y por tanto de (falsamente) secreto. ¿Cómo evitar el encanto de un secreto, por más a voces que sea?

18/4/08 18:29  
Anonymous Anónimo dijo...

leí la crítica de russo en el amante sobre tropa de elite y coincido con él...

20/4/08 15:05  
Anonymous Anónimo dijo...

¿alguien me explica por qué ahora está de moda NO ir al festival?

la posta del abasto es ir al mc donalds kosher.

20/4/08 15:27  
Anonymous Anónimo dijo...

Julieta, sigo debiendo la crítica a Tropa de elite, aunque me parece que descalificarla por ser una película de derecha es un "tropo de elite". No leí la crítica de Russo ¿Se la puede leer online?

Matías, somos lo que leemos. Lo mejor del Bafici, lo que hace la diferencia, es la atmósfera, ese extraño caldo de cultivo que sólo fermenta 12 días al año.

Syp, ¿Así que está de moda NO ir? Entonces vuelvo sin falta el año que viene. Me enteré que daban una de Takashi Miike (dicen que floja) y que una de las mejores pelis fue la desmesurada Historias extraordinarias de Mariano Llinás (igual se estrena en noviembre en el Malba)
Me gustaría preguntarle al cajero del Mc Donald's kosher cuantas veces por día le piden una hamburguesa con queso.
Hag Sameaj.

22/4/08 00:35  
Blogger ionito dijo...

estoy pensando en eso que dicen "que en la internet esta todo". Cai de pedo aca y me di cuanta que lo que escribis del bafici, o sea, todo sacando la parte casual del meo, es cosa que yo me decia "tengo que escribir, tengo que escribir". Asi que ahora como escritor me quedo tranqui, todos esas cosas que me punzan de adentro deberan esperar su tiempo, deberan esperar que yo como lector las encuentre y me las atribuya, ja.

un saludo

23/4/08 15:49  
Anonymous Anónimo dijo...

humor judío!
hag sameaj!

23/4/08 18:28  
Anonymous Anónimo dijo...

Gracias Ionito, uno, como lector, siembre busca que lo escriban; como escritor, que lo lean, me alegra haber dado en la tecla y espero verlo seguido por acá.
Saludos

Syp: gracias por el sentido del humor (judío)

24/4/08 10:10  

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