El Mate Tuerto

"Se fingirá el saber que no se tiene."

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Nombre: El Mate Tuerto
Ubicación: Argentina

28 febrero, 2010

Paliza (recital debut) (primer aviso)

El domingo 14 de Marzo, a las 23 horas, en "Warhol" (Av. Maipú 4185) hará su debut oficial el ya legendario cuarteto de música contemporánea conocido como:

PALIZA

Integrantes:

-Patricio Damián Fernandes (voz)
-Pablo Daniel Idez (bajo) (hermano de...)
-Federico Matías Pailos (guitarra) (a este puede que también lo conozcan...)
-Marcelo Silgueiro (batería)

En breve, la insistencia.

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26 febrero, 2010

Sobre Soberanía, Malvinas y Clarín

Me cuesta muchísimo hablar de Malvinas. Es un tema mío, que no viene al caso en este momento. Pero quisiera dejar mi opinión sobre lo que está sucediendo.

Desde hace ya bastante tiempo, esto no es reciente, el gobierno británico está desplegando una estrategia tendiente a efectivizar la exploración y extracción de hidrocarburos en territorios marítimos circundantes a Malvinas. Tales medidas se llevaron, y se llevan a cabo, de manera unilateral por parte del gobierno británico, violando así las resoluciones de la ONU al respecto.

Hay razones profundas por las cuales la Argentina, su gobierno, debería reaccionar frente a la extracción de recursos naturales de Malvinas. Primero, no olvidar, por una cuestión de SOBERANIA. La Argentina guarda derechos LEGITIMOS de soberanía sobre las islas. Si realmente creemos eso, entonces el gobierno debe tomar medidas tendientes a impedir la explotación de sus recursos, que serían nuestros recursos, por parte de otros países. Punto. Pero si no queremos pensar en eso, podemos poner entre parentésis nuestros derechos legítimos y limitarnos a señalar que hay resoluciones de ONU que impiden decidir sobre estas cuestiones de manera unilateral, a cualquiera de los dos países.

La lucha diplomática por nuestros legitimos derechos de soberanía sobre las islas será larga y Gran Bretaña no detendrá la exploración petrolera (en un contexto de crisis mundial) para sentarse a negociar en una mesa de ONU con un país que supo ser su colonia (gracias a gente como Federico Pinedo, abuelo). Por estas razones, nuestra Jefa de Estado firmó el decreto 256/2010 por el cual dispone que todos los barcos que quieran navegar entre los puertos del territorio continental argentino y los puertos de Malvinas deberán solicitar “autorización previa de las autoridades competentes” del Ejecutivo. La intención de esta medida es aumentar los costos de logística de aquellos buques vinculados a la exploración británica, al obligarlos a reabastecerse de combustible en otros puertos que los nacionales.

La medida, en tanto es meramente comercial, es insuficiente. Es sólo un parche. Ningún descenso en las acciones de las empresas británicas involucradas ni aumento alguno en los costos de transporte modificará la determinación del gobierno británico de explotar las islas. La discusión fuerte deberá darse en términos diplomáticos en la ONU, y deberemos contar, como mínimo, con el apoyo de los países latinoamericanos que participarán en la cumbre del Grupo Río. Repito: sólo un parche. Pero necesario, dado el apuro británico.

Nadie del arco opositor salió a criticar la medida, y eso que se trata de un decreto presidencial, sin el apoyo de la comisión bicameral relevante. Obviamente, tampoco van a aplaudirla, nadie espera eso (aclaro: nadie espera eso de menemistas como de Narvaez o radicales como Alfonsin o Cobos. Pero sí espero una palabra, una al menos, de Solanas o Lozano). El silencio indica el buen camino. Ningún opositor habla de los millones de pibes a los cuales la asignación universal por hijo les mejoró, un poco, la vida. Dado el contexto político que vivimos, el que calla otorga.

Sin embargo, la prensa dirigida al cacerolero nacional (antes llamado "medio pelo") ha tomado otra actitud, pues hace tiempo que perdieron contacto con la realidad y se han convertido en el muro de facebook de Magnetto y Ernestina. No es que Clarín sea un pasquin de derecha, no lo es. Apoya a la izquierda o a la derecha, no importa, mientras sus negocios estén seguros y sus cuentan crezcan. Así apoyaron a K desde 2003 hasta 2007. Ellos no quieren perder su monopolio, ese es su unico objetivo. Este gobierno se cruzó en su camino, y van a luchar contra él, no importa el costo político, económico o periodístico. Y, por supuesto, no importan los hechos. Estos son negocios, nada más. Pedir patriotismo es ocioso.

Y la verdad es que no puedo, no puedo dejar de indignarme con su hijoputez, todavía asombrado, y eso que ya pasaron casi dos años de aquel marzo de 2008.

En su editorial de hace unos días, E. van der Kooy traza una fuerte analogía entre esta medida de la presidenta y la "gesta de Malvinas" de Galtieri en 1982. Dice: "La analogía de este tramo del pleito por las islas Malvinas con recorridos anteriores de la misma historia resulta inevitable. El más cercano, el más trágico, remonta a la guerra que en 1982 se desató entre la Argentina y Gran Bretaña por la inopinada determinación de la dictadura militar de reconquistar el archipiélago con armas. Sucede, sin embargo, como sucedió en las vísperas de 1982, que tanto en la Argentina como en Gran Bretaña, existen ahora gobiernos que atraviesan enormes dificultades políticas. Así como Thatcher se cruzó con la alocada impronta de la dictadura, Brown pareciera tener delante a una pareja presidencial, los Kirchner, que también intentan perdurar en el poder". Y termina: "Si los Kirchner intentaran ocultar esa realidad [la que clarín le cuenta a "la gente"] con este pleito de Malvinas, estarían incurriendo en un gesto tan desesperado como vano."

Qué descaro. Terreno peligro para el editor del diario de una APROPIADORA DE HIJOS DE DESAPARECIDOS venir a comparar a CFK con Galtieri. Comparar este momento de nuestra historia con las vísperas de 1982. Por más que quieran, a este gobierno, y a su proyecto nacional, lo eligió el pueblo, en elecciones libres, y gobierna y decide de acuerdo a ese derecho otorgado por el pueblo. Las dificultades políticas de este gobierno y las del gobierno militar de facto y asesino Galtieri son inconmensurables.

No nos olvidemos que el padre de la democracia fomentó los juicios a la Junta, pero lamentablemente se dobló antes de romperse y dictó el Punto final a los juicios. Y su sucesor, que supo llamarse peronista (ahora diría, "disidente") y a quien de Narvaez bancó en su última movida electoral (no se acuerdan? en serio no se acuerdan?), nos convenció de la Obediencia Debida. Dos leyes que ya no están. Y no por el viento de cola de los agronegocios, sino por una POLÍTICA DE ESTADO. Hoy estamos juzgando a Menéndez por tercera vez. Y se esperan muchos juicios más. Y yo, particularmente, espero con ansias el resultado de un examen.

Pero no es el punto. Mi punto es el siguiente.

En su afán neurótico por convertir toda medida de gobierno, y toda noticia o invento en general (incluso deportiva, esperen al mundial y van a ver) en un síntoma de la debacle y la futura derrota electoral del gobierno de Cristina Fernández, Clarín lee el decreto 256/2010 como un intento de "agitar el fantasma de Malvinas" en una "escalada de violencia" en las relaciones bilaterales - intento que estaría motivado por factores domésticos, que sólo obsesionan a Clarín, como la posibilidad de que el kircherismo recupere la intención de voto de la clase media en vistas a las elecciones primarias. Simplemente inverosímil.

Hay un problema de política internacional real: el comienzo inminente de la explotación petrolera imperialista en territorio sobre el cual guardamos legítimas pretensiones de soberanía (los que piensan distinto, están leyendo la nota equivocada, deberían estar comentando en lanacion.com). La Presidenta, y el gobierno nacional, toman una medida adecuada, pero parcial y de alcance limitado, tendiente a la defensa de dichas pretensiones: un esbozo de bloqueo comercial (una pequeña astilla en el camino de un camión enorme) con el objetivo dificultar las acciones británicas, mientras despliega recursos diplomáticos en organismos internacionales. La oposición no dice nada, o bien porque no les importa (demasiado centrados en dirimir sus problemitas de consorcio con vistas a las elecciones de ¡2011!) o bien porque les parece bien y son demasiado chiquitos como para admitirlo. Y Clarín, como siempre, miente. No se trata de un "gesto desesperado y vano". Gestos vanos eran los de Di Tella, en epocas del menemato, que le mandaba ositos de peluche en navidad a los kelpers para conquistarlos uno a uno. Dijo: "prefiero que los kelpers pienses que somos boludos y no peligrosos". Se llamó la "política del paraguas": poner entre parentésis la disputa (y la historia, y los pibes muertos) para retomar las relaciones carnales con nuestro viejo "aliado". ESOS eran gestos vanos.

No se acuerdan? En serio no se acuerdan?

Quisiera decir mucho más. Pero me cuesta (literalmente) horrores pensar en esto, ya lo dije. Están invitados a comentar

SB

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24 febrero, 2010

El mejor poeta de la generación del '90 te enseña a escribir poesía

La primer semana de Marzo comienza la escuela de poesía y edición 2010.
Las reuniones serán de dos horas una vez por semana, martes, miércoles o jueves a la tardecita.
El arancel será de 150 pesos por més.
Habrá 15 días de receso en Julio.

Escuela de poesía y edición 2010

El curso dura dos años, en el primero se genera una base de lecturas de autores preferentemente contemporáneos, americanos, ingleses, chinos, latinoamericanos y muchos autores argentinos actuales… entre otros.
Durante todo el año se leen y corrigen trabajos de los participantes. Se leen textos críticos y teoría sobre poesía, se realizan traducciones de poesía del inglés, francés y chino, entre otros idiomas. Se trabaja la oralidad y la performance, como así también se brinda amplia información sobre eventos, recitales, ferias de libros, e inserción dentro del ámbito de la poesía en general.
No solo se trabajará con las herramientas y el conocimiento de la poesía y la literatura, también se intercambiarán conocimientos e información sobre internet, matemática, astrofísica, física, música, pintura, etc., trabajando sobre el campo imaginativo que les es común a todas estas disciplinas.
En el segundo año se trabajará más con la parte de edición de libros artesanales, los participantes aprenderán a usar las diferentes técnicas de impresión, manejo de programas, compra y empleo de materiales, armado, uso de maquinarias caseras, y todo lo relacionado para poder lanzarse dentro del incipiente mercado editorial artesanal, alternativo o independiente.
No se necesita ningún conocimiento previo.
Para inscribirse y conocer los diferentes horarios, pedir más informes, preguntar sobre autores, o cualquier otra duda llamar a mi casa: 4-957-6366 o enviar mail a escueladepoesia@gmail.com
El arancel es de 150 pesos por mes, las reuniones son de dos o tres horas una vez por semana: martes, miércoles o jueves a la tardecita.
Los grupos serán reducidos, de no más de 5 o 6 participantes. Los encuentros son en mi casa, La Rioja 559 2do “i”, Balvanera. La escuela comienza la primera semana de Marzo. Habrá 15 días de receso en Julio.
También pueden consultar por:
- Clases online por skype messenger o yahoo por chat o videoconferencia
- Clases individuales
- Corrección de libros
- Clases sobre poesía dictadas en inglés

18 febrero, 2010

Memoria del agua


a F.G.V.

Me pasé todo el santo día mirando el cielo, preguntándome cuándo iría a largarse, pero alguien parecía haber puesto la tormenta en pausa, y el aguacero, aguantándose, no se precipitaba. Me explico: la extraña naturaleza de mi trabajo predica que, si llueve, yo descanso. Saboreando el franco a flor de piel, con la anticipada angustia de qué hacer con esas inesperadas horas libres miraba hacia arriba el cielo que, impertérrito, frustraba cada uno de mis planes. A las nueve de la noche, ofuscado, finalicé como siempre, como todos los días, mi jornada laboral ya convencido de que el diluvio sólo caería sobre algún otro de los mundos posibles y me apliqué a mi rutinaria rutina de gimnasio. A la altura de los pectorales comenzó a chispear, a los dorsales llovía en forma, a los hombros se había desatado una fuerte tormenta, a los bíceps era el diluvio universal.
Cuando me dispuse a abandonar el gimnasio descubrí el río aluvional, correntoso, de porte amazónico en que se había convertido la avenida Dorrego. Como en aquel cuento de Ballard, todas aquellas avenidas que alguna vez fueron un mar precámbrico recuperaban su antidiluviana memoria del agua. Mi madre me inculcó el puntual terror a morir bajo los peligros que trae la inundación: el electroshock del cable pelado que eriza las aguas; la desaparición ingente, tragado por la poza abierta que deja la tapa levantada de la bocacalle y hasta la exótica agonía por la picadura de un ofidio que viaja aguas abajo camuflado en un camalote. Que no hubiese dado, sin embargo, por tener un kayak para remontar Dorrego a favor de la corriente que corre al encuentro del río, como si surcara un arroyo subsidiario del Delta, ametrallado por los haces de luz que se cuelan entre la sombra de los sauces. Volví al gimnasio y esperé cuádriceps, isquiotibiales y tríceps. Ya no llovía pero el cielo seguía cerniendo sobre nosotros la amenaza gris de desplomarse. Los colectivos surcaban Dorrego como si fueran anfibios y levantaban una gruesa marejada que se precipitaba hacia las orillas, a las puertas del club y cubría las máquinas de correr, las máquinas de estirar y las máquinas de hacer fuerza, ahora todas anegadas. Me arremangué los miedos y salí con el agua a las rodillas, sintiendo sobre las piernas la convicción del agua que pugnaba por llevarme. Evitando las zonas profundas me las ingenié para ganar las Tierras Altas de Luis María Campos y abordar un 15 que tardó su línea en minutos para decidir qué camino tomar en trance de atravesar las aguas.
Ya sorteado el lago de Pacífico, los taxis devenidos vaporettos, los conductores lamentándose a viva voz, en la esperanza de verse redimidos al menos por una tapa de matutino que los ilustre voceando su tragedia, no hubo más contratiempos. Me bajé en Scalabrini y Corrientes y empecé a caminar en dirección a Juan B. Justo. La ausencia de autos sobre la avenida me advirtió que algo andaba mal. Al fondo divisé las intermitentes luces de los vehículos de auxilio y un amontonamiento de gente asomada a la nada. A cien metros del piquete comencé a hacerme a la idea de que todavía faltaban más peripiecias para regresar a Itaka. En eso estaba cuando creí reconocer el rostro familiar, reconcentrado, casi hecho para sostener la dignidad en la catástrofe de mi amigo Playmobil Hipotético. Me creí víctima de una alucinación propiciatoria (PH vive en Parque Patricios), pero volví a mirar y ya no tuve dudas. PH caminaba en medio de la avenida mirando hacia abajo mientras rumiaba su mala suerte. Podría haber pasado junto a mí sin haberme reconocido. Le chisté y se detuvo. Nos quedamos un segundo mirándonos en silencio, sorprendidos por ese alivio tan humano y tan propio de la ficción de reconocernos, amigos, entre los sobrevivientes del desastre y yo le dije “Obvio, tenías que estar acá” y nos dimos un abrazo y nos reímos y repasamos todos los acontecimientos accesorios, prescindibles, que nos condenaron a quedar a merced de la tormenta y más allá la inundación. PH había huído del naufragio de un 65 que no pudo con la correntada de Juan B. Justo y acababa de vadear el espejo de agua que dividía Corrientes, entre Thames y Gurruchaga. Nos atrincheramos en el San Bernardo, un bar centenario que incluso en las noches estrelladas constituye un auténtico refugio. Charlamos largo y PH volcó su vaso de cerveza para que ni siquiera en ese interior protegido el agua dejara de correr. A la salida nos despedimos “hasta el próximo desastre natural”. Ya casi no quedaban vestigios del agua y los autos habían vuelto a apoderarse de Corrientes. De regreso a casa me tragó el pozo abierto de la última bocacalle. Sé que mis amigos irán a echar flores a las alcantarillas.

Ariel Idez

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09 febrero, 2010

Vacaciones uruguayas en flashes y recetas

Una vacación puede compilarse en un puñado de imágenes y procesos. Por ejemplo, el olvido del pasaporte, la reconvención por parte de las autoridades aduaneras (“último viaje con este documento”) o el acoso a varios grupos de turistas. La lluvia permanente. La llegada a La Paloma y el trasbordo a La Pedrera y la infatigable e interminable visita a hostels con los bolsos de diez kilos en las manos hasta dar con ese-hostel-adecuado (certeza a la que se arriba tras visitarlo, dejar las valijas para ver alguna otra opción, qué se yo, nunca se puede estar seguro, ¡no seas pajero!) solo para recibir de parte de la pendeja (de mierda) de rulos la noticia de que (¡lo siento!) el cupo de lugares libres acaba de llenarse. La obtención de una cabaña para cuatro filósofos. (Pregunta: ¿Cuántos son? Respuesta: cuatro filósofos.) La promesa incumplida de hacer un asado en esa regia parrilla. El laberíntico acceso a la playa y el baño de agua helada por cinco minutos hasta el arribo de la tormenta del siglo. Facundo nadando en la tormenta. Facundo abandonado por tres filósofos en busca de un chivito canadiense rebajado con Pilsen. Más lluvia y más frío. Siesta y la recoleta noche uruguaya: un bar con diez personas. Una pareja de franceses, unas pendejas inglesas, montevideanos a gusto y un tema que ocupa y preocupa: el stronzo: sujeto y objeto. Cuatro filósofos argentinos son cuatro patos criollos: comen, cagan y duermen. Más lluvia y Facundo que atisba un claro en el cielo que pone en marcha su fanatismo playero. Cambiamos de lugar, y el agua no está tan fría. Disfrutamos de un muy agradable día de playa, interrumpido un par de horas más tarde por la omnipresente lluvia. Pablo que saca el tema: ¿qué hacemos? ¿Un día más en La Pedrera o rajamos para Punta del Diablo? Las posiciones se extreman y se perfilan dos posturas: la revolucionaria (“rajemos”) y la conservadora defensa del status quo (“me da paja”). Nacho se ilumina y rompe el equilibrio. Más siesta, más garcos y una pregunta se instala: ¿cuánto tardaremos en tapar el inodoro? La vuelta de la eterna obsesión con el bolso de Mirtha Legrand del autor (de coqueto diseño escocés, ideal para una señora de sesenta años) y los debates en torno al gorilismo que este autor ve (acertadamente) en todas partes –por lo cuál deviene (acertadamente) en objeto de burla. Más lluvia. El cambio de día y cambio de ciudad. Cuatro filósofos y un hostel con dos hermanas peruanas que se criaron en Guatemala y viven en Montevideo que llevan adelante la administración del lugar, bajo la tutela de un papá nazi que alega haber tomado anfetas con los Who en el año ’65 con toda la apariencia de sacar en cualquier momento una ’45 y darnos una merecida lección. La comunicación general de nuestra obsesión particular con el stronzo y más siesta, más garcos y más comida. Nacho que muestra, en noches sucesivas, sus notables habilidades como chef. Primero unos fideos a la portuguesa, después un risotto, finalmente unas verduritas salteadas. Mi primera clase de yoga playero. Pablo que seduce a las chicas mentando nuestra competencia de stronzos (por categorías: altura, grosor y peso). Más lluvia. Una mañana de sol y playa cortada de cuajo por más lluvia. La vista definitiva de la noche de Punta del Diablo: tres bares con onda. Pablo que abandona los antibióticos por un vodka y tres whiskys. Una discusión teórica en torno a las mujeres y las responsabilidades del encare grupal: igualitarismo berreta vs cualquerismo libertario. Más lluvia. Nacho que señala acertadamente la fidelidad de las nubes. De cuántas se podrá decir lo mismo… este autor que arrastra al grupo a dilapidar el último día levantándose a un horario ridículamente temprano para estar ridículamente temprano en Montevideo para echar por tierra un hermoso día encerrado en librerías en busca del libro perdido. Facundo que deserta, Nacho que opta por Pocitos y a Pablo que como le da igual cómo perder el tiempo, gasta sus últimos pesos uruguayos conmigo en libros. Saldo: “Sobredosis pop”, de Ignacio Alcuri, “Mecanismo a válvula”, de Eduardo Alvariza, “Cuando Alice se subió a la mesa”, de Jonathan Lethem (que no se consigue en Buenos Aires) y la joya, la perla, la princesa escondida en una mesa de saldos: “Carnaval”, de Felipe Polleri. Una recorrida final por la Universidad de la República y un encuentro casual con la decana de Derecho, a quien mi miserable amigo confunde con alguien de menor rango. Una última y definitiva de verdad recorrida final por la facultad de Humanidades y una vuelta a desmayarse en la cama. Un viaje a Buenos Aires a todo sueño y un levante matutino de Pablo a la salida de Buquebus que hace que Nacho ponga punto final a este recuento con un apotegma:


-No para nunca. Me agota de solo verlo.


Matías Pailos

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02 febrero, 2010

Diez años no es nada (II)

Los White Stripes dieron el mejor show que jamás vi, digo, y en el mismo acto prosigo con la lista de discos favoritos de la década comenzada la semana pasada. Luna Park 2006, supongo, como presentación de su mejor –que no su más popular- disco, “Get Behind Me Satan” (salido el año anterior). Fue una buena oportunidad para comprobar cómo se combinan una batería aporreada en la mejor tradición John Bonham con una guitarra que remeda a los Stooges, a Jimmy Page y a Leadbelly –todo rociado con esa exasperada voz nasal, siempre dispuesta al grito, al llanto y al más sobreactuado melodrama (imaginen lo exagerado del caso que no teme la redundancia)- de Jack White, genio y figura. Acá les dejo uno de sus temas más bonitos, “Forever for her (is over for me)”. Ese año -2006- salía “First Impressions of Earth”, de la afamada banda nuevayorkense The Strokes, aun más retro que sus amigotes de blancas ligas de Detroit. Uno vez más, no es el disco con el que explotaron ni su más eficaz usina de hits. No obstante lo cuál, suena como nunca. No solo son unos Velvet comprimidos con toques de Television. Ahora se animan a ampliar el abanico y a recurrir a cuasi-raegges y a elementos del post-punk. Como botón de prueba, este hit. Mucha testosterona. Cortémoslo con gotitas de ritmo electro maricón a cargo de Hot Chip y su capacidad de hacer bailar a las piedras. Ritmos robóticos y estribillos inolvidables. Más testosterona. Tenemos testosterona mezcal y testosterona cerveza tibia (alias “meo tambaleante”). Rock progresivo mezclado con Led Zeppelín (hay mucho Led Zeppelín por todos lados). Esto no es tan raro. Lo raro son los componentes de rancheros, corridos o sea lo que fuere que suena a mexicano en todo esto (los muchachos son de El Paso, y más de uno de sus antepasados parlaba spagnuolo (ellos lo hacen bastante mal, lo que hace que los queramos más). Inolvidable los momentos Pomelo de Cedric Bixler-Zabala –el hombre con los agudos más altos de la escena indie- en su última visita a Buenos Aires. El disco que más me gusta de ellos es del 2005, y se llama “Frances The Mute”. La cerveza la encanutaron los pendejos sobrexcitados de flema canchera inglesa, los Arctic Monkeys, que en el 2006 se despacharon con el explosivo “Whatever people say I am, that’s what I’m not”, que incluye "I bet that you look good on the dancefloor". Furioso, acelerado, con guitarras inglesas (cortantes y secas –poco delay por las islas) y con la voz a cargo de un pendejo pasado de anfetas. Y de cerveza. Y de talento mod e inteligencia de clase (baja, supongo). Tanto como para parir, discos más tarde, un homenaje al primer Scott Walker y las “humeantes” bandas de sonido de Bond con sus Last Shadow Puppets… nada que ver con Anthony & The Johnsons, el último hito de este recorrido (que probablemente tengo, ufff… una tercera parte). El gigante travesti de tonada más encantadora de los últimos 2000 años, antiguo corista del Rey de New York (el viejo Lou), editó en el 2005 “I’m a bird now”. Baladas para corazones rotos tras relaciones sadomasoquistas. Encantador. Incluye la gran “Fistful of love”, temazo, con Lou en la intro y en la guitarra, con el que cerramos esta entrega. Hasta la vuelta. Deséenme buenas vacaciones.

Matías Pailos

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