Disquisiciones sobre el durazno
Así como la banana es la fruta fálica por antonomasia (por forma, textura, etc) yo me pregunto por qué no existe la fruta vaginosa, o vagínica (ya ven, ni siquiera hay un adjetivo acordado para el concepto y nos vemos obligados a chapotear en neologismos). Seguramente porque aún vivimos presos del falocentrismo, pero yo tengo una inmediata respuesta para esa pregunta y esa respuesta es el durazno. Y pronuncio mi Hamlet monólogo con un durazno en la diestra, que observo y examino (pero, promesa, no me excito). Empecemos por el exterior: el durazno es tan coqueto que siempre va perfumado con una fragancia suave, que impregna a su alrededor como un halo exquisito, elegante por demás, su etiqueta le impone vestir de terciopelo, su textura invita a la caricia, una caricia no exenta de cierta lascivia. En segundo lugar, este fruto reúne los atributos característicos del sexo femenino: en uno de sus extremos podemos apreciar la redondez de un seno con su turgente pezón y, si recorremos la fruta hasta el otro extremo observaremos una cesura que centímetro a centímetro profundiza su istmo hasta acabar en un orificio franqueado por dos pliegues carnosos. No quiero adelantar lo que sucede si ustedes acarician esos bordes aterciopelados y ejercen después sobre ellos una ligera presión, pero no nos hagamos los distraídos, varones del mundo, comer un durazno carnoso y jugoso es una de las grandes experiencias eróticas disimuladas en la rutina cotidiana.. Y además de estas virtudes vaginomórficas, el durazno es una fruta sensible, con un carozo en apariencia duro, hecho a los golpes, pero que al abrirse exhibe un corazón viscoso y blanduzco, parecido en forma a una almendra, pero frágil y vulnerable. Todo esto ya lo sabía un verdadero Poeta como L.A. Spinetta que no casualmente le dedicó una canción a esta fruta digna de encabezar una nueva era de vaginocracia en el mundo.
Zedi Cioso
Zedi Cioso
10 Comentarios:
Si te gusta el durazno, amigo Zedi, aguantáte la pelusa...
Cobiñas
Si, así debe ser, no puede refutarse la sabiduría popular...
Quisiera agregar a lo correctamente expresado por mi colega, la mención a la existencia de una galletita vaginal (ni vaginosa ni vagínica -aunque si les gusta, entrenle también a la vaginosa y a la vagínica): la famosa 'boca de dama'. Para corroborar esto, ponga usted al susomentado bocado con la franja rugosa que la atraviesa de modo perpendicular al suelo, y podrá comprender la similitud de este alimento con el frente de su novia, caballero, o con el suyo propio, querida amiga.
Matías Pailos
PD: El sabio Spinetta no sólo le dedicó una canción, sino un disco entero. Y agregó otra similitud: su carácter sangrante (el disco y la canción llámanse 'Durazno Sangrando').
Dado el título de la canción de Spinetta podemos deducir en que estadío del mes se encontraba el mencionado durazo.
Por otra parte, la boca de dama sólo puede acreditar un vaginomorfismo, puesto que su sequedad lejos está de la natural humedad que campea en esos pagos. A lo sumo será Boca de Dama Antigua. Y no está de más aclarar que, lejos de la natural atracción del durazno la Boca de Dama es el desconsolador premio de una búsqueda azarosa en el fondo del paquete de las "surtidas" cuya felcidad tiende hacia las melva y los anillos de chocolate.
Zedi Cioso
PD
¿Y qué hay con esa forma de comer las galletitas rellenas que consiste en separar las dos tapas y lamer su cara interior?
Le recuerdo, Cioso, que el natural estado de esa zona de la anatomía femenida transitada en estas líneas no goza de una 'natural humedad'; a veces está húmeda, a veces no. A veces, si uno quiere humedad, debe, digamos, humedecerla uno mismo. Es posible analogar esta conducta con el hundimiento de la boca de dama en una taza de te. Ambas operaciones persiguen igual fin: humedecer lo seco.
Por todo esto reivindico la analogía de la boca de dama, no por sobre el durazno, sino con el durazno.
MP
Interesante refuerzo de analogía, Pailos, le doy la diestra, inscríbase un certificado de váginica al bizcocho en cuestión. Ahora hasta podríamos arriesgarnos a descubrir a cultores del cunninlingus entre quienes prefieren aplicar su mordida a la boca de dama en sentido horizontal en lugar del fellatinesco vertical.
Z.C.
No hay posibilidad de practicar fellatio alguna con una vagina, o con un sucedáneo de ella.
Morderla en sentido vertical es como practicarle un cunninlingus al bizcocho (gran palabra, Zed, gran palabra). Hacerlo en sentido horizontal es realizarle un cunninlingus de costado.
Matías Pailos
Es que la vagina no existe independiente de un cuerpo, el bizcocho, en cambio sí, y su ubicación en el espacio, vertical u horizontal, me parece fundamental de cara a definir una función fálica o vagínica.
C.Z.
Una vez establecida la analogía, queda estatuída y sancionada su condición vagínica. La adopción de la posición horizontal o vertical solo espeja nuestra propia posición ante la vagina en cuestión: si la tenemos frente a nuestra cara (vertical) o la atacamos de costado (horizontal).
Matías Pailos
PD: Nótese que el durazno es, a este respecto, tan maniobrable como la boca de dama.
higo.
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal