A los soñadores de la calle Puán
Leyendo un post cercano y verificando el rol en el que se me ha cristalizado: ingenuo curita tercermundista, volví al viejo cajón donde guardo las balas de plata, aquellas que me obligan a escribir. Dárgelos – como le sobra – reparte. Yo – como me da fiaca – transcribo. A ver si adivinan:
“ La situación en la patria no era buena. No hay que soñar sino ser consecuente, me decía. No hay que perderse tras una quimera sino ser patriota, me decía. En Chile las cosas no iban bien. Para mí las cosas iban bien, pero para la patria no iban bien. (…) Chile, Chile. ¿Cómo has podido cambiar tanto?, le decía a veces, asomado a mi ventana abierta, mirando el reverbero de Santiago en la lejanía. ¿Qué te han hecho? ¿Se han vuelto locos los chilenos? ¿Quién tiene la culpa? Y otras veces, mientras caminaba por los pasillos del colegio o por los pasillos del periódico, le decía: ¿Hasta cuándo piensas seguir así, Chile? ¿Es que te vas a convertir en otra cosa? ¿En un monstruo que ya nadie reconocerá? Después vinieron las elecciones y ganó Allende. Y yo me acerqué al espejo de mi habitación y quise formular la pregunta crucial, la que tenía reservada para ese momento, y la pregunta se negó a salir de mis labios exangües. Aquello no había quien lo aguantara. La noche del triunfo de Allende salí y fui caminando hasta la casa de Farewell. (…)
Cuando volví a mi casa me puse a leer a los griegos. Que sea lo que Dios quiera, me dije. Yo voy a releer a los griegos. Empecé con Homero, como manda la tradición, y seguí con Tales de Mileto y Jenófanes de Colofón (…), y luego mataron a un general del ejército favorable a Allende y Chile restableció relaciones diplomáticas con Cuba (…), y yo leí a Tirteo de Esparta y a Arquíloco de Paros y a Solón de Atenas (…), y el gobierno nacionalizó el cobre y luego el salitre y el hierro (…) y Fidel Castro visitó el país y muchos creyeron que se iba a quedar a vivir acá para siempre y mataron al ex ministro de la Democracia Cristiana (…), y se organizó la primera marcha de las cacerolas en contra de Allende y yo leí a Esquilo y a Sófocles y a Eurípides (…), y en Chile hubo escasez e inflación y mercado negro y largas colas para conseguir comida y la Reforma Agraria expropió el fundo de Farewell y muchos otros fundos y se creó la Secretaría Nacional de la Mujer (…), y hubo atentados y yo leí a Tucídides (…), y también releí a Demóstenes y a Menandro (…), y hubo huelgas y un coronel de un regimiento blindado intentó dar un golpe y un camarógrafo murió filmando su propia muerte y luego mataron al edecán naval de Allende y hubo disturbios, malas palabras, los chilenos blasfemaron, pintaron las paredes y luego casi medio millón de personas desfiló en una gran marcha de apoyo a Allende, y después vino el golpe de Estado, el levantamiento, el pronunciamiento militar, y bombardearon La Moneda y cuando terminó el bombardeo el presidente se suicidó y se acabó todo. Entonces yo me quedé quieto, con un dedo en la página que estaba leyendo, y pensé: qué paz. Me levanté y me asomé a la ventana: qué silencio. (…) Sin cerrar la ventana me arrodillé y recé, por Chile, por todos los chilenos, por los muertos y por los vivos. Después llamé a Farewell por teléfono. ¿Cómo se siente?, le dije. Estoy bailando en una patita, me contestó. Los días que siguieron fueron extraños, era como si todos hubiéramos despertado de golpe de un sueño a la vida real, aunque en ocasiones la sensación era diametralmente opuesta, como si de golpe todos estuviéramos soñando. Y nuestra cotidianidad se desarrollaba conforme a esos parámetros anormales: en los sueños todo puede ocurrir y uno acepta que todo ocurra. Los movimientos son diferentes. Nos movemos como gacelas o como el tigre sueña a las gacelas. (…). ”
Ya se sabe cómo termina la nouvelle: explicándole el concepto de salario familiar a Luciano Miguens, alfabetizando a De Angeli o besando autógrafos en el Pachamama. El rol de los intelectuales soñadores siempre se ha parecido más al de los traficantes de bulas y autoindulgencias, acostumbrados a la universidad del verso unívoco y al cinismo del sí-mismo. Al que le calce el hábito, que se lo ponga. Y al que diga que me aguante debajo de una sotana le encajo una caravana de sentimientos gigantes.
Tengo dos pasajes a El Bolsón, presto a huir de las nocturnas jornadas que se avecinan en estos bolsones de miseria, en estos tiempos finales de la Cris pasión , que algunos recordarán como los tiempos en que se publicó Las teorías salvajes.
Cuentan que en Puán cagaban mucho las palomas, hasta que amaestraron a los ayudantes de cátedra.
Cuentan también que cuando merma la electricidad en el cuarto piso, están chupando gente las Boquitas pintadas. ¿Se sigue llamando así el bar del sótano?
Hernán
( Aclaración: cuando se habla de mi idea de afiliarme, sepan que es al PJ y apoyando al Frente para la Victoria ).
“ La situación en la patria no era buena. No hay que soñar sino ser consecuente, me decía. No hay que perderse tras una quimera sino ser patriota, me decía. En Chile las cosas no iban bien. Para mí las cosas iban bien, pero para la patria no iban bien. (…) Chile, Chile. ¿Cómo has podido cambiar tanto?, le decía a veces, asomado a mi ventana abierta, mirando el reverbero de Santiago en la lejanía. ¿Qué te han hecho? ¿Se han vuelto locos los chilenos? ¿Quién tiene la culpa? Y otras veces, mientras caminaba por los pasillos del colegio o por los pasillos del periódico, le decía: ¿Hasta cuándo piensas seguir así, Chile? ¿Es que te vas a convertir en otra cosa? ¿En un monstruo que ya nadie reconocerá? Después vinieron las elecciones y ganó Allende. Y yo me acerqué al espejo de mi habitación y quise formular la pregunta crucial, la que tenía reservada para ese momento, y la pregunta se negó a salir de mis labios exangües. Aquello no había quien lo aguantara. La noche del triunfo de Allende salí y fui caminando hasta la casa de Farewell. (…)
Cuando volví a mi casa me puse a leer a los griegos. Que sea lo que Dios quiera, me dije. Yo voy a releer a los griegos. Empecé con Homero, como manda la tradición, y seguí con Tales de Mileto y Jenófanes de Colofón (…), y luego mataron a un general del ejército favorable a Allende y Chile restableció relaciones diplomáticas con Cuba (…), y yo leí a Tirteo de Esparta y a Arquíloco de Paros y a Solón de Atenas (…), y el gobierno nacionalizó el cobre y luego el salitre y el hierro (…) y Fidel Castro visitó el país y muchos creyeron que se iba a quedar a vivir acá para siempre y mataron al ex ministro de la Democracia Cristiana (…), y se organizó la primera marcha de las cacerolas en contra de Allende y yo leí a Esquilo y a Sófocles y a Eurípides (…), y en Chile hubo escasez e inflación y mercado negro y largas colas para conseguir comida y la Reforma Agraria expropió el fundo de Farewell y muchos otros fundos y se creó la Secretaría Nacional de la Mujer (…), y hubo atentados y yo leí a Tucídides (…), y también releí a Demóstenes y a Menandro (…), y hubo huelgas y un coronel de un regimiento blindado intentó dar un golpe y un camarógrafo murió filmando su propia muerte y luego mataron al edecán naval de Allende y hubo disturbios, malas palabras, los chilenos blasfemaron, pintaron las paredes y luego casi medio millón de personas desfiló en una gran marcha de apoyo a Allende, y después vino el golpe de Estado, el levantamiento, el pronunciamiento militar, y bombardearon La Moneda y cuando terminó el bombardeo el presidente se suicidó y se acabó todo. Entonces yo me quedé quieto, con un dedo en la página que estaba leyendo, y pensé: qué paz. Me levanté y me asomé a la ventana: qué silencio. (…) Sin cerrar la ventana me arrodillé y recé, por Chile, por todos los chilenos, por los muertos y por los vivos. Después llamé a Farewell por teléfono. ¿Cómo se siente?, le dije. Estoy bailando en una patita, me contestó. Los días que siguieron fueron extraños, era como si todos hubiéramos despertado de golpe de un sueño a la vida real, aunque en ocasiones la sensación era diametralmente opuesta, como si de golpe todos estuviéramos soñando. Y nuestra cotidianidad se desarrollaba conforme a esos parámetros anormales: en los sueños todo puede ocurrir y uno acepta que todo ocurra. Los movimientos son diferentes. Nos movemos como gacelas o como el tigre sueña a las gacelas. (…). ”
Ya se sabe cómo termina la nouvelle: explicándole el concepto de salario familiar a Luciano Miguens, alfabetizando a De Angeli o besando autógrafos en el Pachamama. El rol de los intelectuales soñadores siempre se ha parecido más al de los traficantes de bulas y autoindulgencias, acostumbrados a la universidad del verso unívoco y al cinismo del sí-mismo. Al que le calce el hábito, que se lo ponga. Y al que diga que me aguante debajo de una sotana le encajo una caravana de sentimientos gigantes.
Tengo dos pasajes a El Bolsón, presto a huir de las nocturnas jornadas que se avecinan en estos bolsones de miseria, en estos tiempos finales de la Cris pasión , que algunos recordarán como los tiempos en que se publicó Las teorías salvajes.
Cuentan que en Puán cagaban mucho las palomas, hasta que amaestraron a los ayudantes de cátedra.
Cuentan también que cuando merma la electricidad en el cuarto piso, están chupando gente las Boquitas pintadas. ¿Se sigue llamando así el bar del sótano?
Hernán
( Aclaración: cuando se habla de mi idea de afiliarme, sepan que es al PJ y apoyando al Frente para la Victoria ).
Etiquetas: Derecho a réplica
21 Comentarios:
No entendí una mierda, pero por las dudas: ¡Viva Perón!
ah, buenísimo, yo tampoco entendí una mierda.
No es tan difícil, muchachos, sólo hay que develar el intertexto que impera. Pasen por su librería amiga y háganse de un ejemplar de Nocturno de Chile de Bolaño, y de paso cambiaso héchenle un vistazo a la novela del momento: Las teorías salvajes, de la srta Pola y ya que están si quiere completar el menú consíganse la crónica "Las orquídeas negras de Mariana Callejas" de Pedro Lemebel (ésta pueden tenerla gratis si se la bajan de internet) a la que Bolaño cita y reformula en su novela y que llega, tal vez agazapada, hasta los bajones de tensión puanescos.
Todo esto les permitirá asomarse a la lúcida furia que Hernán escancia en los intersticios de esta trama de citas.
ehhh... creo que nacho tiene Las teorías... ¿puedo empezar por ésa?
he leído nocturno de chile y tampoco entiendo una mierda
saludos a todos
vayanse a cagar.
Excelente post!
buenisimo el Pa/o-lo/a.
Es un temita, intelectual o no, talento o no (para escribir, pensar, transmitir, chupar culos o hacer autobombo), hay que tener muchos huevos para ir contra las comodas corrientes (propias y ajenas).
tantos shilenos de mierda en su post. da escalofríos. y no se entiende ni mierda fuera de los textos entre-medio.
un muerto y una loca de patio.
aún espero que diga algo sobre Bisama.
ah, y que me mande el libro prometido, so gañán.
claro que todo lo anterior se lo digo al Pailos...
aunque: abrazos a todos.
No leí ninguno de los libros de los que habla Idez, pero me encantó el post, me encantó la bronca y la patada en los huevos a ese estofado puanesco que vive en estado de masturbación constante, mirando la historia por la ventana, y acumulando excusas para justificarse a futuro. No sé mucho, pero lo acompaño en el sentiiento.
Saludos!
muy buen post, idez. coincido con vos (y con ojaral). y una vez mas mis respetos a isil. el mejor comentarista q haya habido jamás.
Me quedo con esta ultima frase:Nos movemos como gacelas o como el tigre sueña a las gacelas.(Ojo al piojo)!
SAludos, lindo blogs!
Gracias Bruja, pero las felicitaciones van para Hernán, otro de nuestros talentosos y diletantes colaboradores, yo sólo me apliqué a la hermenéutica intertextual :) Igual prometo publicar en breve
Besos
uy si. recien lo vi.
pero... cuantas personas escriben en el mate?
y yo que pensé que eran solo el oscuro batman y su inseparable amigo el joven maravilla.
bueno. disculpas y saludos a hernan.
No, acá somos los Superamigos y la Liga de la Justicia.
Besos Brujos
I'm Batman...
yo estoy entre un hombre araña sin poderes y un guasón minimalista.
cuantos superheroes! qué lindo!
de todos los personajes de historietas mi preferido es peter parker. bueno, bah, los de marvel en general. todos los marvel tienen algo, como que cargan con una maldición, son oscuros y hasta un poco malvados en un punto. tienen una relación con el mal que es mucho mas jugosa, por menos maniqueísta y mas compleja, como tenemos todas las personas.
Yo creo que soy Rogue, de los X Men.
http://es.wikipedia.org/wiki/Anna_Marie_Rogue
un beso
qué tiene que ver el comentario con el post?
cualquiera, bruja
yo elijo a Aeon Flux, la del dibujo.
o a Wolverine.
Yo digo que no hay talante más claro que ir desnudo, pues cuando se tiene escudo luego se quieren los guantes...
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