Otro poema sobre Mcdonalds para pasar el rato
Cuatro del dos del dosmilonce
En el macdónals del
Abasto
ya no damos
Cacao
antes sí
sino solo
canela
hélas.
Es un sírvase
usté mismo
me señala
la cajera
a mis espaldas
con un movimiento
de pera-mentón
tampoco vendemos
medias-lunas
a partir de las doce
del mediodía
solamente tostados.
Miro el reloj:
marcan sus agujas
verticales las
en punto doce
y ya llevo
diez minutos
-exagero-
esperando.
La cajera
el tiempo apremia
llama al supervisor
un posadolescente
seis años mayor
o seis veces más
canuto más obsecuente
que ella.
Señor, la nueva
política de la empresa
nos impide comercializar
medialunas de
doce a dieciséis
Pero las doce son!
En punto pera-mentón
las manecillas
y sin contar que llevo
-exagero-
Ya soy casi
Maikel Daglas
en su bendito
Día de Furia
Bueno señor
vamos a hacer
por hoy
una excepción
parece que al venderme
su asqueroso café
recafeinado
su gomosa masa
industrial
sus grasas sus azúcares sus harinas
grandioso favor
altísima gracia
me hicieran
porque yo también
tengo un supervisor
quiero golpear romper
quemar herir y huir
pero pago manso
mi modesto café
oblo mis ocho con
cincuenta
y obtengo de manteca
mis medias lunas
En el macdónals
no me siento
como en casa
habito por un rato
-es un hábito-
cualquier país extranjero
y ese café de mierda
no sé por qué
neurológico mecanismo
me despierta unas locas
ganas
de escribir.
Ariel Idez
5 Comentarios:
Muy bueno. Mucho swing.
:D
Me gusta este cambio de frente:
"quiero golpear romper
quemar herir y huir
pero pago manso
mi modesto café".
Y el final: santa verdad. La próxima vez que sufra síndrome de la página en blanco, voy con el termo y le pido que me lo llenen.
Gracias Anónimo, Gracias Matías, y sí, voy a pedirme un barril de 10 litros de ese potaje mágico.
Saludos
Es genial este poema!
me pareció muy divertido este poema y mira que no voy mucho a los mcdonalds en capital federal que lo pude disfrutar igual!
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