El Mate Tuerto

"Se fingirá el saber que no se tiene."

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Nombre: El Mate Tuerto
Ubicación: Argentina

23 enero, 2006

A confesión de parte

Estoy desolado. Una duda, no no, una certeza me está rondando. No es mía, no la comparto, pero me acosa, y cada vez cuanta con más adeptos. Ya me está cascoteando el rancho. ¿En qué consiste la literatura? O mejor: ¿cómo hay que escribir para (ser juzgado como) bueno? ¿cómo hay que escribir para gustar de lo que se escribe?
Una respuesta: hay que ser observador, hay que reparar en los escorzos de la realidad visibles pero no vistos, en las cosas, los hechos, los hábitos compartidos o privados cotidianos, o más raros, pero extraños siempre. Hay que notarlos y dar cuenta de ellos, dar cuenta narrativa de ellos, de forma tal de suscitar y sorprender al humor, la risa o la sonrisa. No hay necesariamente que ser gracioso, pero hay que provocar la chispa. La chispa del divertimento, puerta de entrada a la maravilla. Por el divertimento, cómico o simpático, con risa o con sonrisa, accedemos a la disposición de ánimo para esa sorpresa mayúscula que es el deslumbramiento literario. Si es así, si eso es la literatura, Zedi Cioso es uno de sus máximos exponentes. Y yo soy un pelotudo. Un negado para las letras. Si es así, si así son las cosas, estoy perdido.

Matías Pailos

4 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Puede ser. De todos modos no estaba intentando dar una definición de literatura, ni de lo que es ni de lo que debe ser, sino más bien un estado de situación. ¿De qué? De lo que es buena parte de la literatura que gente cercana a mí y yo mismo disfrutamos, y de lo que nos gustaría que fuera una corriente cada vez más caudalosa.
El otro propósito del post era dar cuenta de un miedo, que no sé por qué me parece una palabra más sincera que 'temor': el miedo a ser un mal escritor (yo, que soy un novel e inédito escritor, pero todo escritor fue en algún momento novel e inédito); o a ser un escritor mediocre, o no ser suficientemente bueno, o a que lo que escribo no luzca valioso para aquellos a quienes yo apreciaría que lo valorasen positivamente. O el miedo de no ser más que una página en la biografía de otro que sí sea buen e incluso gran escritor. Es el miedo de ser Enoch Soames.

Matías Pailos

PD: 'mundano', en efecto, es un término español (o castellano, que es el nombre argentino del idioma)

24/1/06 10:11  
Anonymous Anónimo dijo...

Una última precisión con respecto a la sonrisa de la que hablo en el post. Ella puede ser despertada tanto por el comentario ocurrente y astuto, cuánto por la prosa pulida, o fregada, en cualquier caso iluminadora a alteradora, en algún sentido positivo, de nuestra disposición.
Si se cree que con esto no se aclara nada, se tiene razón. No hay forma de aclarar qué cosa es el valor estético a no ser circularmente -lo que abre cierta comprensión, de todas formas.

24/1/06 23:56  
Anonymous Anónimo dijo...

¿Qué significa este comentario más lloroso que la mismísima Chabela Vargas cantando rancheras?
Primero, no hay fórmulas. Segundo, el temor a no ser bueno no es válido, habría que cambiarlo por el temor a no dedicarse con suficiente pasión. ¿Bueno con respecto a qué? ¿Según que criterios? Creo que el ego es uno de los músculos más importantes a desarrollar por un escritor, sin que se atrofie el sentido crítico, por supuesto. Pero sin confianza no se escribe ni una línea. Nadie espera lo que nosotros escribimos, tenemos que imponerle nuestra literatura al mundo.
Y no podemos hacerlo entre pucheros.

Zed.

29/1/06 23:44  
Anonymous Anónimo dijo...

Es verdad. Este post no es más que la puesta pública de un momento de debilidad, de esos que supongo que muchos tenemos (si no somos aspirantes al manicomio, al menos). Pero que algo ocurra en un momento no alcanza para que ocurra siempre. Tranquilo.
Con respecto a la falta de confianza como condición necesaria para ser escritor, creo que el solo ejemplo de Kafka zanja la cuestión en contra de la postura de Zed.
Y con respecto al tema de los parámetros estéticos, bueno... eso es más difícil. Mi particular impresión es que hay varios paradigmas, cada uno con una serie de normas para evaluar calidades (pautas más bien lábiles, porque esto no es física, pero pautas al fin). Esto tampoco es inamovible, y periódicamente aparecen escritores que crean un marco, un cánon, una tradición.

30/1/06 00:45  

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