El Mate Tuerto

"Se fingirá el saber que no se tiene."

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Nombre: El Mate Tuerto
Ubicación: Argentina

15 octubre, 2006

Sin sexo

Dado el éxito de mi último post acerca de disfunciones eréctiles, voy a escribir de cualquier otra cosa. Voy a escribir acerca de escribir. ¿Hay algo más aburrido que la reflexión-meta? No me contesten.
Seguro recuerdan ese cuento de Borges en el que el JLB anciano topa, creo que recorriendo los bulevares de Lucerna, con el joven Borges, JL, tempestuoso y dado a las bravuconadas; de disposición melodramática y manifestaciones altisonantes. El tipo de individuos ante los cuáles sentimos la tentacion de reputarlos de falsos. Estaríamos en un error, sospecho. No va a ser este el lugar de dar cauce a esa intuición. Más que nada porque lo que quería comunicarles es que yo, como Borges, di con mi antigua versión, la más jóven e irascible. No tuve que irme a Suiza. Bastó con que llegara una noche a mi cuarto, una noche de emociones que rajaban para lados opuestos. Cierta desazón amorosa se mezclaba con la euforia de proyectos literarios colectivos recién pergeñados, en una noche primaveral de San Cristóbal, a la luz de birra, pizza y faso. Mi estado epistémico distaba de ser el ideal. Entré, entonces, en mi cuarto, y me vi. Mi pelo era más corto. Mis rasgos, más angulosos. Las arrugas de mi frente, hoy permanentes, entonces apenas se vislumbraban en los momentos de sosiego. Pero esos momentos eran raros. Matías me miraba reconcentrado, desafiante. Se levantó y me encaró. A una distancia prudente, sin tocarme. Qué alto que habla este tipo, pensé. Qué mierda quiere, me pregunté. Hinchar las pelotas, sugerí. Quiere milagros; quiere el paraíso. No ve que lo que lo satisfaría está a unos centímetros, apenas. Basta con que creciera un poco. Como ven, estaba en ánimo conmiserativo y paternalista. Con el resto de lucidez que me quedaba, predije que otro Matías futuro me recordaría de modo similar. Ahora pienso que sigo creyendo saber cómo son las cosas. Peor: como deben serlas. Ahora no sé qué pensar. Ahora temo que el error sea permanente.
Entonces no creí todo eso. No tuve tiempo. Matías seguía hablando, pero yo no lo podía seguir. Me senté en la cama, y lo dejé despotricar en paz. Tarde, comprendí que portaba un manuscrito. En algún momento me vi con él en manos. Matías continuaba disertando, siempre correctamente acompañado de gesticulación debidamente ampulosa. En algún otro momento me hallé recostado. Eventualmente, caí desmayado.
Desperté con una resaca feroz, aferrado al papel. Decidí homenajear al poeta caido. Como Mario Santiago, me fui a leer bajo la ducha. Lo que leí databa, al menos, de siete años atrás. Carecía de todo soporte argumentativo. Pura enunciación. Raro en mí, aún entonces. (Yo argumento mal, pero argumento siempre.) Aforismos de pelambre indefinida. Lo que leí, entonces, decía:
“No se puede escribir bien. No se puede, al menos, en un sentido fuerte. No se puede, en el más fuerte de los sentidos. No se puede escribir bien desde todos los ángulos. No se puede satisfacer los desiderata de cada escuela, ni siquiera de cada movimiento valioso. Tomemos un caso. Borges, por ejemplo. ¿Es Borges un adecuado poeta neobarroso? Es un pésimo poeta neobarroso. Ni siquiera con “Historia Universal de la Infamia” logra estar a la altura del más despistado de los escritos de Perlongher. Vayamos al hijo mayor de esta progenie: Osvaldo Lamborghini. ¿Cómo es Lamverga, en tanto narrador clásico? Una basura. Ni siquiera porta argumento. Al menos no en buena parte de sus textos. De Bolaño podemos decir algo similar de lo que dijimos de Borges, así que, ¿para qué ir más lejos? Y como más allá de Lamborghini, Borges y Bolaño no hay nada, no vale traer a colación otras muestras. Se me dirá: pero es que un buen escritor es, por caso, el que satisface el canon OL, o el canon JLB, o el canon RB. Basta con cumplir con uno para cumplir con la disyunción, ergo, para ser un buen escritor… ¿Listo? ¿Eso es todo? Bien: concedo. Supongamos que los únicos modelos valiosos disponibles son esos tres. ¿Podemos asegurar que no surja un nuevo escritor futuro, que no cuaje en ninguno de estos recipientes, que sea, desde cualquiera de estos ángulos, pésimo, y a quien sin embargo aquellos crítico en aquel futuro tomarán como Paradigma de Buen Escritor? No. Más bien podemos asegurar que esas formas impensadas de bien escribir surgirán, y de modo indefectible.”
Así que yo era otro descubridor de pólvoras, qué se le va a hacer. Una suma de perogrulladas era lo único acertado que se me ocurría. Lo demás: pura mierda, putas cochinadas. Hice un bollo del papelito y lo tiré a la pileta. Al salir del baño lo miré. Estuve cinco minutos con la vista clavada en el deshilachado bolo. Tuve la tentación de tirarlo, y quizás debí haberlo hecho. Arrobado, y seguro estoy exagerando, por una nostalgia de la nostalgia que sentiré, tomé el bollo, lo desplegué, y me dirigí a mi biblioteca. Tomé un libro al azar, inserté el papel entre sus páginas y lo devolví a su anaquel. No me fijé ni recuerdo cuál era. Pensé en no escribir nunca más nada, y resistí ese vértigo pasajero. Mañana seré un fantasma, pensé. Ojalá sea menos gritón, dije. Ojalá sea casi tan persuasivo.

Matías Pailos

17 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

como siempre, conmovedor.
(¿te gusta ser conmovedor o es odioso para vos?).
yo recuerdo a un MP que se deleitaba cantandote el nombre de las editoriales con solo atisbar los dibujitos de los lomos.
salut.

15/10/06 20:47  
Anonymous Anónimo dijo...

Más que conmovedor, cursi.
El cantor de editoriales es un oficio que he perdido. Irremediablemente. Ninguna relación con el saber andar en bicicleta.
Gracias por el comentario. Sentí la presión del éxito de cotillón del post anterior, y opté por una de las soluciones fáciles: defraudar las expectativas a conciencia.

15/10/06 23:42  
Anonymous Anónimo dijo...

Cuando era chica, encontré un cuento que le había escrito a mi vieja cuando era aún mucho más chica (y recién empezaba a escribir). Me acordaba, no sé por qué, de que el cuento estaba muy bueno, y me lo puse a leer. Básicamente, seis o siete páginas de algo como esto: 'Salió el sol, y fuimos a galopar. Después empezó a llover, y fuimos a galopar. Los pájaros cantaban, y fuimos a galopar...' Pueden imaginar cómo sigue (por supuesto, cada página estaba adornada con el correspondiente dibujo).
Aprendí que, si tengo un buen recuerdo de alguna producción pasada, lo mejor es dejarlo así y no volver a ella nunca más.

(PD: acá sí puedo escribir ¿no?)

16/10/06 00:04  
Anonymous Anónimo dijo...

Yo, en cambio, creo que me construí hace muchos años, y más allá de formalismos nimios u otros oficios, me he vuelto un rumiante.
Conozco una persona que vive burlándose de su pasado, de su sí mismo del pasado, con una crueldad inaudita, y por tanto y por tan poco, le resulta difícil salirse de la noria. Rescatar el manuscrito, y guardarlo dentro de un libro que se ignora, me parece lo más perfecto.

16/10/06 12:02  
Blogger Angustiadisimo dijo...

buen día fantasma.

16/10/06 14:34  
Anonymous Anónimo dijo...

Gracias por el nuevo post, ya me sentía rara con todo el despiporre del post anterior...
Sabe bien que es un placer leerlo.

saludos.

16/10/06 22:50  
Anonymous Anónimo dijo...

Roberta: por supuesto.
ER: deje de mascar ese pasto de mierda y mándese un buen bife.
Angustiado: buenos días.

16/10/06 22:51  
Anonymous Anónimo dijo...

Me olvidaba: saludos, Pau. ¿Usted no publica más donde Cutipaste?

16/10/06 22:55  
Anonymous Anónimo dijo...

Sip, publiqué uno hace unos días,
evidentemente no se dió cuenta que era mío el pdP 4.

17/10/06 01:09  
Anonymous Anónimo dijo...

Hace unos años, en uno de esos recurrentes ataques patológicos de desesperación me escribí una carta a mi mismo a los 40 años. No sé donde la guardé, pero preferiría no encontrarla, ni a los 40, ni a los 30 ni a ninguna edad.
Por otra parte, desconfío de los reproches que pueda hacerme a mi mismo en el pasado, porque me considero otro, ajeno. Lo que sí acometo como ejercicio es proyectarme desde el presente hacia el futuro y desde ahí recriminarme amargamente.

17/10/06 14:37  
Anonymous Anónimo dijo...

Sólo para saludar y decir que uno de los beneficios que deja la incipiente escritura es acendrar el amor a la lectura...por ello, gracias sean dadas a los escritores de éste blog.

17/10/06 17:08  
Anonymous Anónimo dijo...

Cioso: mirar desde el futuro hacia el presente es tan pernicioso como hacerlo desde el presente hacia el pasado. Abandone esa práctica: solo lo hará infeliz.
Donatello: ya lo dijo el poeta de Villa Urquiza: gracias... totales.

17/10/06 17:40  
Anonymous Anónimo dijo...

Zedi, su última frase me hizo reír, me parece un hallazgo alleniano.
Roberta, no hago más que rumiar bifes.

17/10/06 20:50  
Anonymous Anónimo dijo...

roberta jajaj y ese nombre de donde salió? pobre mina
antes de postear tantas boludeces mejor no escribas nada

18/10/06 18:28  
Anonymous Anónimo dijo...

el último comentario es obra de un cobardito, así, en diminutivo (como principal adjetivo, el otro me lo guardo).

18/10/06 20:07  
Anonymous Anónimo dijo...

Es, en efecto, un/a idiota.

18/10/06 23:16  
Anonymous Anónimo dijo...

Bueh!... No diré.

19/10/06 00:24  

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