Teoría de la acción seductiva (4): El beso -concepto y objeto.
La teoría es otra, es cómo dar un beso, pero los intelectuales aludidos no han recalado en la enorme dificultad empírica que implica recibir el beso objeto de la disertación cuasi académica. Por ello vamos a detenernos a analizar los vericuetos intrínsicos de la pasividad de quien se encuentre en el rol de receptor del objeto de estudio, lease: el beso. En principio debemos dejar en claro las cuestiones de género. Besado y besador pueden intercambiar sexos a gusto y hasta pueden pertenecer al mismo sexo o grupo etario o no. Etnia y religión tampoco interfieren en un beso honesto. Marcado este punto, diremos que la elección del contrincante, o contrincantes, queda totalmente ad libitum de los interesados en la propinación de los besos. Pero nos limitaremos, por falencias en el relevamiento de datos, al caso en el que una mujer es besada por un hombre. El cien por ciento de las proveedoras de información, (una, en este caso yo) son mujeres. Y aunque han confesado que en gran parte de las ocasiones ellas mismas le han comido la boca a nobles varones -y a otros no tan nobles- sin esperar acción, pero si reacción, se les ha indicado referirse al proceso de recepción pasiva del acople bucal y ellas han asentido dispuestas, tras aclarar que todo lo hacen por el progreso de la ciencia. Luego han puesto cara de vaca que ve pasar el tren y con una mano sobre la mejilla han insistido en señalar que en realidad no están muy seguras de que el progreso exista, y aún menos de que la ciencia avance, ni progrese, ni una mierda han dicho. Pero otra vez se les ha marcado que traten de atenerse al recorte epistemológico que nuestra investigación amerita, y ellas nuevamente han aceptado gustosas. El método de abordaje del mencionado estudio ha sido cualitativo. Lo importante, destacaron los profesionales consultados, es el desgloce y análisis profundo de las manifestaciones de las encuestadas. De acuerdo con las entrevistas recabadas podemos afirmnar que a las mujeres les encanta que el hombre que les gusta les anticipe que las va a besar. Pero también han marcado, en otra ocasión, que mueren ante aquel que les estampa un beso sin pedirlo, ni ponerle pasacalles en la puerta de su casa, ni hacerle gestos de aproximación corporal previos. Y han declarado que en más de una oportunidad se han espantado ante aquellos que les anunciaron o les pidieron un beso. Entonces se les ha repreguntado, notando que su respuesta contradecía la declaración previa. Y han respondido rotundamente: “y claro estaba sobria y no me gustaba”. Sin más dimos por concluido el análisis y dejamos en manos de los intelectuales, antes aludidos, la búsqueda del oasis de conocimiento que pueda dar con respuestas más certeras y provechosas para el avance de la ciencia en el que la encuestada no tiene fe. Aunque recalca estar dispuesta a seguir aceptando besos y hasta arrumacos de aquellos hombres que le gusten. Y se la ha mandado posteriormente al carajo, diciendole que es una histérica rompepelotas de mierda. Pero se tomó nota (al pie) de que eso ya lo sabe.
Perra de agua
Perra de agua
Etiquetas: Teoría de la Acción Seductiva
15 Comentarios:
muy bueno!! felicitaciones, Perra!! por fin un aporte femenino a la TAS!! a mí no se me ocurre nada... respondiendo a la encuesta, yo diría que me gusta que me pidan/anuncien los besos... es algo entre gracioso y tierno... y me gusta...
Uy, juli, gracias, no esperaba aprecer hecha post. Me da como pudor. Es un orgullo.
A mí una vez me dijeron "anda pensando la próxima excusa que me vas a poner dentro de cinco minutos cuando te vuelva a tratar de comer la boca", eso me gustó.
Perra: Ahora entiendo porque me gustó Casino Royale, vos escribiste la escena del taxi.
Miss Broadchest!!
Juli, me gusta eso de entre gracioso y tierno, eso da siempre tierno, no??
ves? es medio gracioso... y lindo...
también hay formas físicas de anunciar el beso: por ejemplo, llevando al chico en cuestión al bordecito de un macetero, parándose una arriba del bordecito y quedando exactamente a la altura de su boca...
bob: sí, da siempre tierno...
la primera respuesta era para Perra. pero me ganaste y te metiste en el medio, bob.
Cómo me gustó, Perra! Maravilloso. Y sí, la cosa de la recepción de beso tiene el sucio truco de que en realidad no importa nada de lo que el besador haga o diga: que anuncie, que no, que venga lento, que caiga cual chorro agua, que nos mire durante horas antes o que el beso interrumpa el saludo matutino. No importa nada porque la receptora del beso ya sabe, incluso antes de que el besador cruce la puerta, si le gustaría o no ser besada por él. Y si la respuesta es no, pocos malabarismos puede hacer el desdichado en cuestión para convencernos de lo contrario.
Salvo, claro, besarnos como los dioses. :)
Juli: gracias
J.: Me alegro de que te gustara. "La receptora del beso ya sabe, incluso antes de que el besador cruce la puerta, si le gustaría o no ser besada por él" me gustó esto, resulta que es un momento de sabiduría suprema.
mmm... yo prefiero pensar que una nunca sabe de antes...
Que lindo perra escuchar sus cuestiones por otros lados, como acá.
Lindo escrito, lindo.
Me gusta el pensamiento de Julieta, que está abierta a la sorpresa. Cuándo prejuicio ha dejado a un buen besador a las puertas del chupón, porque ella decidió, apenas lo vio, que no gustaría ser besada.
No digo que la dama en cuestión tenga la obligación de probar cualquier jeta que ande buscando, pero que lindo sería abrir la cosa a la sorpresa.
Por un beso la mujer no pierde nada y el hombre se va contento.
anonimita
Uh, nadie leyó la última frase de mi comentario. :(
pocos malabarismos puede hacer el desdichado en cuestión para convencernos de lo contrario.
Salvo, claro, besarnos como los dioses. :)
Pero como se llega de los malabarismos inutiles al beso divino?
EStas abonando a la teoría de la Violencia o la fuerza: "El camino más corto entre dos bocas es el ejercicio de la violencia".
Nunca pude entender como los violentos llegan a su cometido y consiguen la posterior aceptación, pero tengo un amigo que de ese modo era el gran chapador de la noche neuquina.
Hace unos años heredé una biblioteca de 800 libros. Entre las obras completas de Nietzsche, Borges y los escritos de Artaud.. encontré varias ediciones del kamasutra y un libro titulado "Cómo besar bien".
El beso como forma de conocimiento: recuerdo la experiencia de una amiga, filósofa, quien en una noche de música electrónica se rindió ante una boca. No lo conocía, y durante unas horas él fue sólo esos besos.
el beso es la posta, ahi se sabe o se siente lo que pasa o lo que no pasa entre dos personas.
yo creo en la cuestion de piel mas que en nada.
Erica
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