Sobre Soberanía, Malvinas y Clarín
Me cuesta muchísimo hablar de Malvinas. Es un tema mío, que no viene al caso en este momento. Pero quisiera dejar mi opinión sobre lo que está sucediendo.
Desde hace ya bastante tiempo, esto no es reciente, el gobierno británico está desplegando una estrategia tendiente a efectivizar la exploración y extracción de hidrocarburos en territorios marítimos circundantes a Malvinas. Tales medidas se llevaron, y se llevan a cabo, de manera unilateral por parte del gobierno británico, violando así las resoluciones de la ONU al respecto.
Hay razones profundas por las cuales la Argentina, su gobierno, debería reaccionar frente a la extracción de recursos naturales de Malvinas. Primero, no olvidar, por una cuestión de SOBERANIA. La Argentina guarda derechos LEGITIMOS de soberanía sobre las islas. Si realmente creemos eso, entonces el gobierno debe tomar medidas tendientes a impedir la explotación de sus recursos, que serían nuestros recursos, por parte de otros países. Punto. Pero si no queremos pensar en eso, podemos poner entre parentésis nuestros derechos legítimos y limitarnos a señalar que hay resoluciones de ONU que impiden decidir sobre estas cuestiones de manera unilateral, a cualquiera de los dos países.
La lucha diplomática por nuestros legitimos derechos de soberanía sobre las islas será larga y Gran Bretaña no detendrá la exploración petrolera (en un contexto de crisis mundial) para sentarse a negociar en una mesa de ONU con un país que supo ser su colonia (gracias a gente como Federico Pinedo, abuelo). Por estas razones, nuestra Jefa de Estado firmó el decreto 256/2010 por el cual dispone que todos los barcos que quieran navegar entre los puertos del territorio continental argentino y los puertos de Malvinas deberán solicitar “autorización previa de las autoridades competentes” del Ejecutivo. La intención de esta medida es aumentar los costos de logística de aquellos buques vinculados a la exploración británica, al obligarlos a reabastecerse de combustible en otros puertos que los nacionales.
La medida, en tanto es meramente comercial, es insuficiente. Es sólo un parche. Ningún descenso en las acciones de las empresas británicas involucradas ni aumento alguno en los costos de transporte modificará la determinación del gobierno británico de explotar las islas. La discusión fuerte deberá darse en términos diplomáticos en la ONU, y deberemos contar, como mínimo, con el apoyo de los países latinoamericanos que participarán en la cumbre del Grupo Río. Repito: sólo un parche. Pero necesario, dado el apuro británico.
Nadie del arco opositor salió a criticar la medida, y eso que se trata de un decreto presidencial, sin el apoyo de la comisión bicameral relevante. Obviamente, tampoco van a aplaudirla, nadie espera eso (aclaro: nadie espera eso de menemistas como de Narvaez o radicales como Alfonsin o Cobos. Pero sí espero una palabra, una al menos, de Solanas o Lozano). El silencio indica el buen camino. Ningún opositor habla de los millones de pibes a los cuales la asignación universal por hijo les mejoró, un poco, la vida. Dado el contexto político que vivimos, el que calla otorga.
Sin embargo, la prensa dirigida al cacerolero nacional (antes llamado "medio pelo") ha tomado otra actitud, pues hace tiempo que perdieron contacto con la realidad y se han convertido en el muro de facebook de Magnetto y Ernestina. No es que Clarín sea un pasquin de derecha, no lo es. Apoya a la izquierda o a la derecha, no importa, mientras sus negocios estén seguros y sus cuentan crezcan. Así apoyaron a K desde 2003 hasta 2007. Ellos no quieren perder su monopolio, ese es su unico objetivo. Este gobierno se cruzó en su camino, y van a luchar contra él, no importa el costo político, económico o periodístico. Y, por supuesto, no importan los hechos. Estos son negocios, nada más. Pedir patriotismo es ocioso.
Y la verdad es que no puedo, no puedo dejar de indignarme con su hijoputez, todavía asombrado, y eso que ya pasaron casi dos años de aquel marzo de 2008.
En su editorial de hace unos días, E. van der Kooy traza una fuerte analogía entre esta medida de la presidenta y la "gesta de Malvinas" de Galtieri en 1982. Dice: "La analogía de este tramo del pleito por las islas Malvinas con recorridos anteriores de la misma historia resulta inevitable. El más cercano, el más trágico, remonta a la guerra que en 1982 se desató entre la Argentina y Gran Bretaña por la inopinada determinación de la dictadura militar de reconquistar el archipiélago con armas. Sucede, sin embargo, como sucedió en las vísperas de 1982, que tanto en la Argentina como en Gran Bretaña, existen ahora gobiernos que atraviesan enormes dificultades políticas. Así como Thatcher se cruzó con la alocada impronta de la dictadura, Brown pareciera tener delante a una pareja presidencial, los Kirchner, que también intentan perdurar en el poder". Y termina: "Si los Kirchner intentaran ocultar esa realidad [la que clarín le cuenta a "la gente"] con este pleito de Malvinas, estarían incurriendo en un gesto tan desesperado como vano."
Qué descaro. Terreno peligro para el editor del diario de una APROPIADORA DE HIJOS DE DESAPARECIDOS venir a comparar a CFK con Galtieri. Comparar este momento de nuestra historia con las vísperas de 1982. Por más que quieran, a este gobierno, y a su proyecto nacional, lo eligió el pueblo, en elecciones libres, y gobierna y decide de acuerdo a ese derecho otorgado por el pueblo. Las dificultades políticas de este gobierno y las del gobierno militar de facto y asesino Galtieri son inconmensurables.
No nos olvidemos que el padre de la democracia fomentó los juicios a la Junta, pero lamentablemente se dobló antes de romperse y dictó el Punto final a los juicios. Y su sucesor, que supo llamarse peronista (ahora diría, "disidente") y a quien de Narvaez bancó en su última movida electoral (no se acuerdan? en serio no se acuerdan?), nos convenció de la Obediencia Debida. Dos leyes que ya no están. Y no por el viento de cola de los agronegocios, sino por una POLÍTICA DE ESTADO. Hoy estamos juzgando a Menéndez por tercera vez. Y se esperan muchos juicios más. Y yo, particularmente, espero con ansias el resultado de un examen.
Pero no es el punto. Mi punto es el siguiente.
En su afán neurótico por convertir toda medida de gobierno, y toda noticia o invento en general (incluso deportiva, esperen al mundial y van a ver) en un síntoma de la debacle y la futura derrota electoral del gobierno de Cristina Fernández, Clarín lee el decreto 256/2010 como un intento de "agitar el fantasma de Malvinas" en una "escalada de violencia" en las relaciones bilaterales - intento que estaría motivado por factores domésticos, que sólo obsesionan a Clarín, como la posibilidad de que el kircherismo recupere la intención de voto de la clase media en vistas a las elecciones primarias. Simplemente inverosímil.
Hay un problema de política internacional real: el comienzo inminente de la explotación petrolera imperialista en territorio sobre el cual guardamos legítimas pretensiones de soberanía (los que piensan distinto, están leyendo la nota equivocada, deberían estar comentando en lanacion.com). La Presidenta, y el gobierno nacional, toman una medida adecuada, pero parcial y de alcance limitado, tendiente a la defensa de dichas pretensiones: un esbozo de bloqueo comercial (una pequeña astilla en el camino de un camión enorme) con el objetivo dificultar las acciones británicas, mientras despliega recursos diplomáticos en organismos internacionales. La oposición no dice nada, o bien porque no les importa (demasiado centrados en dirimir sus problemitas de consorcio con vistas a las elecciones de ¡2011!) o bien porque les parece bien y son demasiado chiquitos como para admitirlo. Y Clarín, como siempre, miente. No se trata de un "gesto desesperado y vano". Gestos vanos eran los de Di Tella, en epocas del menemato, que le mandaba ositos de peluche en navidad a los kelpers para conquistarlos uno a uno. Dijo: "prefiero que los kelpers pienses que somos boludos y no peligrosos". Se llamó la "política del paraguas": poner entre parentésis la disputa (y la historia, y los pibes muertos) para retomar las relaciones carnales con nuestro viejo "aliado". ESOS eran gestos vanos.
No se acuerdan? En serio no se acuerdan?
Quisiera decir mucho más. Pero me cuesta (literalmente) horrores pensar en esto, ya lo dije. Están invitados a comentar
SB
Desde hace ya bastante tiempo, esto no es reciente, el gobierno británico está desplegando una estrategia tendiente a efectivizar la exploración y extracción de hidrocarburos en territorios marítimos circundantes a Malvinas. Tales medidas se llevaron, y se llevan a cabo, de manera unilateral por parte del gobierno británico, violando así las resoluciones de la ONU al respecto.
Hay razones profundas por las cuales la Argentina, su gobierno, debería reaccionar frente a la extracción de recursos naturales de Malvinas. Primero, no olvidar, por una cuestión de SOBERANIA. La Argentina guarda derechos LEGITIMOS de soberanía sobre las islas. Si realmente creemos eso, entonces el gobierno debe tomar medidas tendientes a impedir la explotación de sus recursos, que serían nuestros recursos, por parte de otros países. Punto. Pero si no queremos pensar en eso, podemos poner entre parentésis nuestros derechos legítimos y limitarnos a señalar que hay resoluciones de ONU que impiden decidir sobre estas cuestiones de manera unilateral, a cualquiera de los dos países.
La lucha diplomática por nuestros legitimos derechos de soberanía sobre las islas será larga y Gran Bretaña no detendrá la exploración petrolera (en un contexto de crisis mundial) para sentarse a negociar en una mesa de ONU con un país que supo ser su colonia (gracias a gente como Federico Pinedo, abuelo). Por estas razones, nuestra Jefa de Estado firmó el decreto 256/2010 por el cual dispone que todos los barcos que quieran navegar entre los puertos del territorio continental argentino y los puertos de Malvinas deberán solicitar “autorización previa de las autoridades competentes” del Ejecutivo. La intención de esta medida es aumentar los costos de logística de aquellos buques vinculados a la exploración británica, al obligarlos a reabastecerse de combustible en otros puertos que los nacionales.
La medida, en tanto es meramente comercial, es insuficiente. Es sólo un parche. Ningún descenso en las acciones de las empresas británicas involucradas ni aumento alguno en los costos de transporte modificará la determinación del gobierno británico de explotar las islas. La discusión fuerte deberá darse en términos diplomáticos en la ONU, y deberemos contar, como mínimo, con el apoyo de los países latinoamericanos que participarán en la cumbre del Grupo Río. Repito: sólo un parche. Pero necesario, dado el apuro británico.
Nadie del arco opositor salió a criticar la medida, y eso que se trata de un decreto presidencial, sin el apoyo de la comisión bicameral relevante. Obviamente, tampoco van a aplaudirla, nadie espera eso (aclaro: nadie espera eso de menemistas como de Narvaez o radicales como Alfonsin o Cobos. Pero sí espero una palabra, una al menos, de Solanas o Lozano). El silencio indica el buen camino. Ningún opositor habla de los millones de pibes a los cuales la asignación universal por hijo les mejoró, un poco, la vida. Dado el contexto político que vivimos, el que calla otorga.
Sin embargo, la prensa dirigida al cacerolero nacional (antes llamado "medio pelo") ha tomado otra actitud, pues hace tiempo que perdieron contacto con la realidad y se han convertido en el muro de facebook de Magnetto y Ernestina. No es que Clarín sea un pasquin de derecha, no lo es. Apoya a la izquierda o a la derecha, no importa, mientras sus negocios estén seguros y sus cuentan crezcan. Así apoyaron a K desde 2003 hasta 2007. Ellos no quieren perder su monopolio, ese es su unico objetivo. Este gobierno se cruzó en su camino, y van a luchar contra él, no importa el costo político, económico o periodístico. Y, por supuesto, no importan los hechos. Estos son negocios, nada más. Pedir patriotismo es ocioso.
Y la verdad es que no puedo, no puedo dejar de indignarme con su hijoputez, todavía asombrado, y eso que ya pasaron casi dos años de aquel marzo de 2008.
En su editorial de hace unos días, E. van der Kooy traza una fuerte analogía entre esta medida de la presidenta y la "gesta de Malvinas" de Galtieri en 1982. Dice: "La analogía de este tramo del pleito por las islas Malvinas con recorridos anteriores de la misma historia resulta inevitable. El más cercano, el más trágico, remonta a la guerra que en 1982 se desató entre la Argentina y Gran Bretaña por la inopinada determinación de la dictadura militar de reconquistar el archipiélago con armas. Sucede, sin embargo, como sucedió en las vísperas de 1982, que tanto en la Argentina como en Gran Bretaña, existen ahora gobiernos que atraviesan enormes dificultades políticas. Así como Thatcher se cruzó con la alocada impronta de la dictadura, Brown pareciera tener delante a una pareja presidencial, los Kirchner, que también intentan perdurar en el poder". Y termina: "Si los Kirchner intentaran ocultar esa realidad [la que clarín le cuenta a "la gente"] con este pleito de Malvinas, estarían incurriendo en un gesto tan desesperado como vano."
Qué descaro. Terreno peligro para el editor del diario de una APROPIADORA DE HIJOS DE DESAPARECIDOS venir a comparar a CFK con Galtieri. Comparar este momento de nuestra historia con las vísperas de 1982. Por más que quieran, a este gobierno, y a su proyecto nacional, lo eligió el pueblo, en elecciones libres, y gobierna y decide de acuerdo a ese derecho otorgado por el pueblo. Las dificultades políticas de este gobierno y las del gobierno militar de facto y asesino Galtieri son inconmensurables.
No nos olvidemos que el padre de la democracia fomentó los juicios a la Junta, pero lamentablemente se dobló antes de romperse y dictó el Punto final a los juicios. Y su sucesor, que supo llamarse peronista (ahora diría, "disidente") y a quien de Narvaez bancó en su última movida electoral (no se acuerdan? en serio no se acuerdan?), nos convenció de la Obediencia Debida. Dos leyes que ya no están. Y no por el viento de cola de los agronegocios, sino por una POLÍTICA DE ESTADO. Hoy estamos juzgando a Menéndez por tercera vez. Y se esperan muchos juicios más. Y yo, particularmente, espero con ansias el resultado de un examen.
Pero no es el punto. Mi punto es el siguiente.
En su afán neurótico por convertir toda medida de gobierno, y toda noticia o invento en general (incluso deportiva, esperen al mundial y van a ver) en un síntoma de la debacle y la futura derrota electoral del gobierno de Cristina Fernández, Clarín lee el decreto 256/2010 como un intento de "agitar el fantasma de Malvinas" en una "escalada de violencia" en las relaciones bilaterales - intento que estaría motivado por factores domésticos, que sólo obsesionan a Clarín, como la posibilidad de que el kircherismo recupere la intención de voto de la clase media en vistas a las elecciones primarias. Simplemente inverosímil.
Hay un problema de política internacional real: el comienzo inminente de la explotación petrolera imperialista en territorio sobre el cual guardamos legítimas pretensiones de soberanía (los que piensan distinto, están leyendo la nota equivocada, deberían estar comentando en lanacion.com). La Presidenta, y el gobierno nacional, toman una medida adecuada, pero parcial y de alcance limitado, tendiente a la defensa de dichas pretensiones: un esbozo de bloqueo comercial (una pequeña astilla en el camino de un camión enorme) con el objetivo dificultar las acciones británicas, mientras despliega recursos diplomáticos en organismos internacionales. La oposición no dice nada, o bien porque no les importa (demasiado centrados en dirimir sus problemitas de consorcio con vistas a las elecciones de ¡2011!) o bien porque les parece bien y son demasiado chiquitos como para admitirlo. Y Clarín, como siempre, miente. No se trata de un "gesto desesperado y vano". Gestos vanos eran los de Di Tella, en epocas del menemato, que le mandaba ositos de peluche en navidad a los kelpers para conquistarlos uno a uno. Dijo: "prefiero que los kelpers pienses que somos boludos y no peligrosos". Se llamó la "política del paraguas": poner entre parentésis la disputa (y la historia, y los pibes muertos) para retomar las relaciones carnales con nuestro viejo "aliado". ESOS eran gestos vanos.
No se acuerdan? En serio no se acuerdan?
Quisiera decir mucho más. Pero me cuesta (literalmente) horrores pensar en esto, ya lo dije. Están invitados a comentar
SB
Etiquetas: Políticas
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