Go East
_Electrónicos
Es lo primero que escuchás cuando entrás al Paraguay, si lo hacés por Ciudad de Este, A primera vista, East City es un Big Once, un vasto mercardo persa con calles atestadas de puestos por las que apenas puede pasar una persona a través de un estrecho corredor, la vereda egoísta de un solo carril en la que el paso del transeúnte activa el infinito pregón intermitente de la venta: cueros, cueros, zapatillas, zapatillas, relojes, relojes, radios, radios y a cada paso la boca de una galería que acoge en sus entrañas los nueve círculos del consumo. Nuestra visita es efímera, apenas el tiempo suficiente para comprar unas chucherías electrónicas y seguir viaje. Entro al país con una cédula vencida ¿A qué viene? A comprar. Electrónicos, Electrónicos. Pareciera que regalan pendraivs por la calle, como si los obsequiaran de souvenirs por la visita. Recuerdo del Paraguay. Ciudad del Este: sueño de una noche de verano de la política colonial Británica circa S. XIX, fiesta interminable de los servicios de inteligencia, orgía del compra vende. Damos unas vueltas para averiguar precios. Parecemos dos extraterrestres con nuestras mochilas entre la multitud ágil que se apresura a vender y comprar ¡Vamos el hippie! le grita a mi amigo Nicolás un tipo parado en la esquina, fasito del bueno le ofrece otro, uno de los pendraivs. Más puestos. El poco cielo visible tramado por una nervadura de cables tendidos a la marchanta. La ropa es made in La Salada más gastos de envío. Buenas Noticias Malas Noticias: Paraguay está caro, ya no corre el deme 2. Obstinado, Nico negocia dos calculadoras y una radio portátil por cincuenta mil guaraníes pero acaba pagando sesenta. Yo descubro que el primer local donde averigüé era el que ofrecía el precio más barato para el artículo que busco, pero imposible desandar el laberinto y reconocer el local entre los miles idénticos que abarrotan las calles. Termino comprando algo de menor calidad por menos plata y me ilusiono con que funcione cuando lo pruebe en casa. Nos sentamos a comer en un maxiquiosco fastfud con mesas adentro bajo la promesa del combo tres: cinco empanadas fritas y una coca de litro y medio. Mientras masticamos pasa un nene andrajoso en patas y harapos con el pelo revuelto y la mirada extraviada llevando a otro aún más chico de la mano, como si fueran víctimas colaterales de un bombardeo relámpago y un guardia de seguridad se asoma a la puerta del local que custodia y acaricia su bastón con voluptuosidad.
_Esta ciudad es viscosa
Dice Nico.
Caminamos por la avenida de los pioneros del este, buscando la terminal. En el puente que une la East con Foz do Iguazú la mototaxi viene y va y por dos dólar vos vas detrás. Las combis llevan cajas de electrodomésticos que llevan droga para los narcos brasileros y cajas de electrodomésticos que llevan M32 y M16 para los narcos brasileros y cajas de electrodomésticos que llevan electrodomésticos.
Atravesamos un mercado, es decir, seguimos caminando por la ciudad. Un nenito que no me llega a la cintura camina a mi lado y siento su manito hurgando mi bolsillo, pero sólo acariciará la desilusión del hurto fallido. We are not gringos.
Ciudad del Este: paisaje del mundo, extracto puro de capitalismo.
Ariel Idez
8 Comentarios:
Buena crónica.
Si llo escribiera una la llamaría "no quiero estar en Ciudad del Este".
Esta ciudad es viscosa y we're not gringos son mis frases favoritas de la crónica a toda velocidad. Fascinante. Con una sobra, pero fascinante. (Buenas escenas finales.)
Gracias Nacho, yo creo que vale la pena estar, algo se aprende, algo se ve, algo se escribe.
"Esta ciudad es Viscosa" se la debemos a Nicolás García Recoaro, mentor del viaje y gran latinoamericanista. Me alegro que haya gustado.
Abrazos
(El "con una sobra" pretendía referir a Ciudad del Este, no a las crónicas paraguayas.)
Ja, ja, quedate tranquilo, le vamó a llenar de crónica cherá.
buenisima la cronica ariel. Kant decia que el comercio servia para evitar guerras y unir pueblos, lastima que no conocio ciudad del este porque hubiese sido el ejemplo perfecto.
Hola Cristian! Que loco lo de Kant, yo creo que el comercio ha estado detrás de casi todas las guerras, algunas incluso llevan el nombre de la mercancía en cuestión: la guerra del opio, la guerra del petróleo y la que se viene, se viene: la guerra del agua. A Paraguay, por caso, lo hicieron cagar porque no se "abría" pacíficamente al comercio de las manufacturas británicas.
Abrazos!
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