El Mate Tuerto

"Se fingirá el saber que no se tiene."

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Nombre: El Mate Tuerto
Ubicación: Argentina

04 noviembre, 2005

Por qué nos gusta tanto Bolaño

Sopesé varios modos de iniciar este comentario. Opto por el método acumulativo: superponer cita de causa tras cita de causa hasta constituir una ristra de motivos, una retahíla apologética.
Por el desborde imaginativo, por el innumero montón de historias que nos vuelca encima (descripción que heredo de la que Villoro hace de RB), por el exceso fabulativo, ya que en número sino en calidad de anécdotas: poetas delatores, artistas avant-garde que fungen obras con humo, putas asesinas, condesas putas editoras, generales con pijas perpetuamente enhiestas que mueren empalados por su tropa a la desbandada, escritores rusos estalinistas de ciencia ficción que nunca publican... pero esto no basta (¿cuántos de estos escritores hay pululando en el éter?). Es más que (¿y no principalmente?) esto.
Es el cruce de historias de libro a libro (Lima o Bolaño: padre de Lalo Cura), es el mismo nombre con otra historia (el ya mencionado LC), son las historias de amor desesperado y desapasionado (nos estamos acercando (no se quejen de la despasión))... a ver... es el tono; es el estilo (no me vengan con que todo es estilo: en todo caso estoy hablando de otra acepción de ‘estilo’): distante, altivo, compasivo y comprensivo (para con sus personajes y para con nosotros, (¿falsamente?) para con sí mismo), humorístico (a veces), heroico. Retomo: el tono contrasta con el tenor porno o escato o desgarrador de las historias (y el contraste nos gusta (acá nos gusta)). Acá se diferencia de Borges. En JLB no hay (estos) contrastes. Pero sí hay heroicidad. No sólo (vuelvo a Bolaño) en lo narrado, sino en el modo (modo de la cosa/cosa modalizada: si sirve la dicotomía, se la usa), en ‘la voz’ (esa categoría sinatriana tan cara a los afectos de muchos): con ‘la voz’ nos dice: esto que pasa es tremendo, cunde la angustia&el desamor y la soledad&el oasis de desesperación en el desierto de aburrimiento, pero yo: piola. Yo: me la banco, y ni te digo que me la banco, yo contemplo mi caída y ni me digno a un gesto, ni sonrío, simplemente caigo, y mi acto es simple y fulminante, y me granjeo la admiración urbi et orbi. Claro que sí.
Y después está la literatura. La literatura como objeto de discurso, como vocación de los personajes, como ejercicio, como salvación. Bolaño dijo de Dick que en él la salvación está en la amistad, el sexo, el amor, la aventura compartida. No en la literatura.
No podemos decir lo mismo de Bolaño.
Amén.

Matías Pailos

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