El Mate Tuerto

"Se fingirá el saber que no se tiene."

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Nombre: El Mate Tuerto
Ubicación: Argentina

22 septiembre, 2006

Héroes intelectuales

¿En qué se parecen el budismo zen, el psicoanálisis lacaniano, y el pragmatismo de cuño rortiano? En muchísimas cosas, por supuesto. Tantas como las que los diferencian. Dadme tres cosas cualesquiera y os mostraré sus infinitas semejanzas y diferencias. Entonces la pregunta, o es poco interesante, o señala a otro lado. Asumamos que se pretende esto último. ¿A qué apunta?
El Maestro Nacho, pensador de amplio renombre y enorme mérito, revista en las filas de cierta-heterodoxa-versión del budismo zen. Lee que es una barbaridad. Lee mucho a Suzuki, ese tipo que en los años ’60 firmaba libros con Erich Fromm (por caso). Nacho suele emitir los siguientes juicios, en algunas cenas, en otros posts: “el Zen es así. No puede definirse. Cuando a un maestro Zen le preguntás qué es dejar fluir tu inconsciente, te dice que dejar fluir es el Zen. ¿Entendés? Y si le preguntás qué es el Zen, te va a decir ‘El Zen es el Zen’, ¿entendés?”. O también: “El maestro Zen no anda todo el día con kimono. Si yo fuera maestro Zen lo que tengo que hacer es vestirme como me visto, comer lo que como, hacer lo que hago”. Ajá. Ajá, Nacho. Bueno. Situación: restaurante coreano. Bacanal de proporciones, en la que era ardua tarea discernir quién de ambos, Nacho o yo, ingeríamos mayor cantidad de manjares. (Nunca nadie comió más rápido que nosotros allí ahí.) Luego de narrarle una de mis variopintas tribulaciones, Nacho sentenció: ‘¡No, noo…! ¿Por qué hacés eso? ¿Por qué te hacés eso?
Hache Erre es un especialista en fracasos, pero también es conspicuo lector de Jacques Lacan. Incluso tiene el tupé, la impudicia de reivindicarse como ‘lacaniano’. Sea como fuere, suele insistir, por ejemplo en el debate posterior a la primera y última edición del aclamado ciclo de video-debate promocionado en esta página, en la primacía del deseo. Esa idea tiene tintes normativos. No es que el deseo sea el condicionante habitual de la conducta humana. Por el contrario: rara vez lo es. Actuar conforme a deseo es un síntoma de salud. Y no somos muy saludables. Una de las primeras medidas que hay que tomar para recuperar la salud anímica perdida es asumir que, por lo general, no actuamos según nuestro deseo porque no queremos. Simple, terminantemente. Hache Erre podría haber coreado la requisitoria de Nacho: ¿Por qué te hacés eso?
Yo también me etiqueto. Yo me digo pragmatista, en su vertiente rortiana. Rorty dice muchas cosas. La idea que más me gusta es uno de sus (voy a ser pomposo) ‘criterios metafilosóficos’: a qué norma apelan los filósofos para dirimir disputas, para evaluar tesis filosóficas. Bueno: una de esas cosas es la idea de que debemos elegir, ante un debate, la tesis que contribuya de modo más decisivo a la realización general humana, a la expansión de la libertad. (Eso fue la mar de pomposo. Otra versión más simple de la misma idea:) Debemos optar por la idea más útil. ¿Más útil para qué? Más útil para la consecución de la felicidad humana. Si yo hubiera cenado conmigo y Nacho y Hache Erre, me hubiera dicho: ¿Por qué te hacés eso?
Rorty no es Susuki ni Lacan. El segundo tampoco es el tercero. Albergo mis reparos tanto con respecto al budismo zen (no importa cuál de sus ediciones. Supongo que a mayor edad de la edición, mayores reparos albergaré), como en relación al psicoanálisis lacaniano. Para ser bien vago, diré que del b.z. resiento su oscurecimiento y anonadamiento del yo, esa voluntad de renuncia. Del p.l., me molesta más que nada cierto fanatismo con la idea de que siempre que uno sufre, sufre por culpa propia. Muchas veces, y no solo en los casos en los que evidentemente esto no es así, esto no es así. Pero no importa, pero nada nada. Susuki le sirve a Nacho más que Lacan y Rorty sumados. Lacan, y no Rorty, y no Susuki, es uno de los puntales de la ideología (de la vida, vamos) de Hache Erre. Y mientras Susuki y Lacan no son mucho para mí, Rorty lo es todo. Prefiero, en este momento (les decía) no ahondar las diferencias. Otro ‘principio metafilosófico’ pragmatista es que nada que no haga diferencia en la práctica, debe hacerlo en la filosofía. Puesto a responder a mi inquietud, Nacho, H.R. y yo mismo tenemos la misma opinión. Como norte intelectual, como auriga del alma, tanto vale un japonés como un francés. O un yanqui.

Matías Pailos

9 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Rorty? hmm... ese sujeto me cae mal. Todos los relativistas me caen mal, en realidad. Muy bueno el post de todas maneras.
(ya escribi la mitad del post sobre perfeccionismo. cuando lo termine lo cuelgo)

23/9/06 01:35  
Anonymous Anónimo dijo...

Apurá el post que este blog se muere. Ya nadie, salvo yo, publica. Y, como le dije al propio Hache Erre, el público lector desfallece de aburrimiento.
Rorty no es relativista. ¿Cuántas veces tendré que decirle? Et-no-cen-tris-ta, macho: etnocentrista. (El relativismo se autorrefuta. No somos TAN dolobus.)

23/9/06 13:51  
Anonymous Anónimo dijo...

No soy conspicuo lector de Lacan. Me resulta muy difícil.Y goce tranquilo, no vaya a ser cosa que un cocodrilo deseante le altere la siesta.
Hache Errrrre

24/9/06 12:16  
Anonymous Anónimo dijo...

Cha gracia. Pero no se confunda con mi personaje, le pido.

24/9/06 16:27  
Anonymous Anónimo dijo...

(Entre paréntesis: ¿por qué este lacaniano parece no poder comentar sin agredir? ¡Estamos de acuerdo, HR! A eso se resume el post que acaba de leer. Estamos a favor del deseo y contra el goce. (Qué tipo metepúa, ¡por Dios!))

24/9/06 19:45  
Anonymous Anónimo dijo...

(Perdón, estaba aburrido. Hace mucho que no voy a la cancha y puteo a un juez de línea. ¿Tan agresivo sonó? También usted..."no se actúa según el deseo porque no se quiere"...Me hace acordar a un pasaje de análisis de un amigo - lacaniano, por supuesto - en el que se deslizó el significante gombrowicziano NOPODERMIENTO, y el dispositivo lo desarticuló en: NO PODER, MIENTO. Más que agresivo, cruel.
HR

25/9/06 14:35  
Anonymous Anónimo dijo...

Sí, recuerdo el episodio. Si no recuerdo mal, en su momento lo viste como una auténtica revelación.
Para eso estamos: para que nos puteen. Mientras comenten, que tiren mierda, si quieren. Somos chanchos: no discriminamos entre mierda y rosas.

25/9/06 23:45  
Anonymous Anónimo dijo...

Qué bacanal... Yo estuve ahí. El momento más zen de la velada era cuando no parabamos de comer ni para mirarnos.

Con respecto a la crítica que hace Matias al budismo zen, tengo un comentario que hacer. La mal interpretada ausencia de yo que predica el budismo, sólo tiene sentido en la medida que alguien sostiene una hiperatrofiada noción de yo. La función de la ausencia es dejar inerte la primera idea, al yo hiperatrofiado. Luego aparece la tranquilidad, ¿de quíen? la tuya o la mía o la del que sea...
En todo caso, la ausencia de yo o la hipertrofía del yo, no hacen diferencia práctica (Hesse, en "Sidharta", nos recuerda que el yo se puede aniquilar mediante la vía ascética como mediante el chupi y la joda)por lo que no deberían hacer tampoco una diferencia filosófica.
Abrazo
Nacho

PD: Entre el alimento para el ego y el arroz del otro día me quedo con el segundo.

27/9/06 20:00  
Anonymous Anónimo dijo...

yo también.
Zanjada la cuestión del yo hipertrofiado vs budismo zen; zanjada la disputa Pailos vs Lacan. Perdí por goleada en ambos frentes.
Hay amplio acuerdo en que esto es lo peor que escribí en meses. Doy, así, por clausurado este post.

27/9/06 22:21  

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