El Mate Tuerto

"Se fingirá el saber que no se tiene."

Mi foto
Nombre: El Mate Tuerto
Ubicación: Argentina

01 julio, 2007

Oh globo


Hay una trampa mortal que acecha a todos los niños del mundo. Se esconde bajo la forma de un mediometraje infantil, lleva el inocente título de El globo rojo y se presenta en forma simpática como la historia de una amistad entre un chico y un globo cuyo guión y dirección se adjudica Albert Lamorrise. Yo puedo dar testimonio: vi la película cuando tenía 7 u 8 años, probablemente en el mismo ciclo donde se emitiera Willy Wonka y la fábrica de chocolate a la que sólo pude hacerle justicia 20 años después. Esta semana un amigo me regaló “El globo rojo” en dvd y me sometí al extraño y fascinante ritual de cotejar “en vivo” un recuerdo de infancia con su referente auténtico. Y me asombró la afinidad entre ambos: el comienzo y el final eran tal como los rememoraba. Pero no se trata sólo de eso; el globo, en virtud de su ausencia de atributos, se permite simbolizarlo todo: la amistad, el amor, la libertad, la felicidad, el deseo. El globo “elige” al chico y lo acompaña a todas partes y lo convierte en la envidia de todos los otros niños, que sólo pueden abrigar la rencorosa idea de aniquilarlo a pedradas. Ver la película como adulto me permitió espiar a espaldas de los personajes el París de los años 50’ que es el París imaginario que todos querremos ver si visitamos París, con pequeñas tiendas cubiertas por toldos y cafés en las esquinas de los boulevares y calles empedradas por donde circulan los Citröen 3cv, aunque este es un detalle accesorio, como la excelente fotografía o el hecho de que no pueda concebirse este film en otro formato que no sea el Tecnicolor. En definitiva, debo decir que no descubrí nada en esta segunda mirada a El globo rojo que no me hubiera sido revelado cuando niño: no sólo se trató aquella de la primera emoción cinematográfica que experimenté en mi vida sino de algo mucho más grave, víctima, como todos los niños que la han visto, El globo rojo inoculó en mí el mal de la melancolía y me imprimió el sesgo de tristeza que caracteriza a todos los que conocen que no hay en esta vida nada tan importante que no sea tan frágil y efímero como un globo rojo impulsado hacia el remoto cielo azul.

Zedi Cioso

20 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Zedi, me tocó verla, y no una sino varias veces; en mi época era la única peli que se pasaba, casi, en cumpleaños asediados por la tecnología y la intelectualidad, por ejemplo, o en alguna visita con la escuela.
Lo de la melancolía que usted menciona me parece de una gran sutileza; agregaría algo en torno al valor del arte clásico en forma de relato fílmico idealista, que es en gran medida lo que deja el regusto melanco, seguramente, y el hecho de que más que inocularnos melancolía, (la cual en algún modo es inevitable, alguna vez, incluso en la infancia), lo que hace la película es defenderla estéticamente, o sea moralmente, como algo positivo.

Bueno lo suyo, salud

ER

1/7/07 21:34  
Blogger Cobiñas dijo...

Qué bueno, Zedi. Por qué será que sólo recuerdo haber visto "Mi amigo el dragón" durante mi infancia :-))
Abrazos

1/7/07 22:46  
Anonymous Anónimo dijo...

Que película hija de puta. Ninguna melancolía en mi caso. Solo tristeza áspera.

2/7/07 00:56  
Anonymous Anónimo dijo...

Muchas gracias, er, me resultaría extraño pensar, hoy, en cumpleaños donde a los niños se les exhiba esta película, creo que sería una experiencia interesante ver cómo reaccionan esas criaturas.

Cobiñas, si de algo le sirve, yo quisiera olvidar a Margarito Tereré, pero no puedo borrarlo de mi cabeza :D
Besos

MP, cuando pase por casa le voy a organizar una función privada entonces, para que haga llorar al niño que fue.

2/7/07 09:59  
Blogger verborrea dijo...

Debo confesar que la mayoría de mis recuerdos infantiles están viciados por juicios y percepciones posteriores.
Hoy busco hasta encontrar “mi planta de naranja/lima” y hago el mismo ejercicio que usted.
Calculo que ocurrirá lo mismo. (Lo que me ocurre a mí, no a usted)
Y será diferente… una pena.
Saludos

2/7/07 12:12  
Anonymous Anónimo dijo...

respecto de pasar esa pelicula a niños hoy, me quedo con la frase de bartleby...

salud,

2/7/07 13:28  
Anonymous Anónimo dijo...

Nunca había oído hablar de "El globo rojo", pero no puedo sino asociarlo con un compañero de doctorado que proclamaba a los 4 vientos que, para durar más en el acto sexual, pensaba en un globo rojo que se iba y se iba y se iba. Ahora por fin lo entiendo.
En mi infancia el tono melancólico lo aportaba un dibujo animado de un nene que se subía a una ballena y desaparecía en las profundidades de una pileta (o tal vez era el mar, aunque no lo creo)para reencontrarse con su abuela muerta. El dibujito siempre empezaba así y todavía hoy lo escribo y se me anuda la garganta. ¿Alguien alguna vez lo vio?

2/7/07 13:58  
Anonymous Anónimo dijo...

Y si ésa era la imagen de la melancolía la del TERROR era "El corcel blanco" (o algo así, porque en realidad lo recuerdo como negro), una película en la que transportaban en un barco a un caballo y el barco se hundía y el caballo naufragaba hacia una playa y se encontraba con un chico. La imagen del corcel levantando sus patas delanteras en medio del mar nocturno quedó en mi vida como la imagen misma del terror. (No sé por qué: el caballo era bueno) Besos, Vero.

2/7/07 14:05  
Anonymous Anónimo dijo...

Similar sensación (de melancolía) tuve cuando vi El globo blanco, del iraní Panahi. (Aunque ese globito, en manos de una dulcísima niña iraní, cobraba formas mucho más concretas, o si se quiere inequívocas.)

2/7/07 20:53  
Blogger Lulu dijo...

Esa película la ví en el contexto de "ver películas que me nombra el chico que me gusta" y me gustó más que el chico en cuestión.
De igual manera, quizás porque sea una hija fiel del capitalismo y ahora corra por palermo después de tantas propagandas de nike, en mi mente sólo acuden imágenes del Rey León, Pequeño Pony y una que nunca más supe su nombre de un príncipe sapo.

3/7/07 11:59  
Anonymous Anónimo dijo...

Verborrea, yo tengo entre 10 y 12 años, estoy en la parte de arriba de una cucheta en mi dormitorio y lloro desconsoladamente, lloro como nunca había llorado antes y creo que nunca lloraré después por un libro, mi madre pasa y me pregunta qué me pasa y yo le digo que nada, no pasa nada mamá, es inútil que le explique que acaba de morir el Portugués porque eso para ella no significaría nada, "si te hace mal, dejá de leer" sugiere ella, "no, mamá, no puedo dejar de leer".
Nunca me atrevería a volver a Mi planta de naranja-lima. Aunque se bien en qué rincón de mi biblioteca me espera.

4/7/07 13:24  
Anonymous Anónimo dijo...

Hola vero, curiosa costumbre la de su compañero, pero daría para un post aparte las cosas que los hombres pensamos en esos momentos a fin de aplazar el éxtasis.
Creo que alguna vez vi el dibujo que menciona pero no lo recuerdo con exactitud. A mí de Robotech y transformers no me sacaban.

4/7/07 13:27  
Anonymous Anónimo dijo...

Vero, la película era El corcel negro y recuerdo esa imagen del caballo en el agua, aunque no me provoca el mismo efecto. Trataré de vencer mi natural rechazo por el cine iraní y ver el globo blanco.

LLL, suele pasar, y todos los príncipes son un sapo.

4/7/07 13:30  
Blogger verborrea dijo...

zc, nunca dormi en cucheta, pero la misma reaccion, el mismo momento. mi padre diciendo que ya no lo lea... no lo encontre, creo que voy a dejar de buscarlo. por alguna razon decidio esconderce. sabe que va a producirme la misma tristeza? quizas.
saludos

4/7/07 17:57  
Blogger Tommy Barban dijo...

Los niños con vocación por la felicidad, en lugar de la del globo, veíamos 13 veces "Melody".

5/7/07 08:28  
Anonymous Anónimo dijo...

Verborrea, ya lo encotrará, apenas deje de buscarlo.

Tommy, supongo que los niños de nuestra generación se dividían entre aquellos que sufrieron con El globo rojo y los que fueron felices con Melody.

6/7/07 11:14  
Anonymous Anónimo dijo...

cuando vi el globo rojo, en la clase de plástica en segundo grado, era demasiado chica y no recuerdo demasiado.
mi planta de naranja lima es un libro que nunca entendí como un adulto, mi tía abuela, habiéndolo leído, me lo pudo pasar. es muy triste. tengo el recuedo de todos los personajes y hay imágenes, como cuando se colgaban de los autos para jugar, que se me aparecen todo el tiempo ahora. era muy bueno leer a esa edad.
muy emotivo el post también por los recuerdos de los demás. voy agregar la escena de la historia sin fin cuando el caballo de atreyu se hunde en el pantano.

6/7/07 21:52  
Blogger betina dijo...

ahora entiendo la causa de mi esquizofrénico estado anímico habitual: yo me melancolicé con el globo rojo (una única vez, pero efectiva) y fui feliz (unas ocho veces) con melody.
(pd: ahora me dieron ganas de conseguir las dos copias y volver a verlas...)

9/7/07 12:09  
Blogger Hipotermia dijo...

Yo nunca la vi porque he sido prevenida acerca de la melancolía que transmite. En mi infancia fui fanática y soñadora de La historia sin fin y de Laberinto.
Saludos a ZC y al mate tuerto. Se cocina nuevo post?

pd: mi ex marido, que ahora llora por una rosarina, me decía cuando me conoció que yo me parecía a melody. Era bueno o malo eso?

9/7/07 19:32  
Anonymous Anónimo dijo...

Muchas gracias Vero por sumar la historia sin fin a este compilado de melancolías infantiles. Yo la ví un poco más grandecito, pero también me acongojó esa escena del caballo.

Betina, yo le recomiendo que se busque otro antídoto cinematográfico (Truffaut, quizás?)

Hipo, yo no pude entender Laberinto más que retrospectivamente como una celebración glam de la vida infantil, lamentablemente me perdí Melody y me quedé sólo con la melanco del Globo rojo, así que no puedo darle mi opinión.

10/7/07 08:34  

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal