El Mate Tuerto

"Se fingirá el saber que no se tiene."

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Nombre: El Mate Tuerto
Ubicación: Argentina

21 agosto, 2007

Cómo beneficiarse con la estupidez

Albergo la siguiente, injustificada impresión: buena parte de los mejores artistas del siglo en curso así como del inmediatamente anterior no eran mentes brillantes en este, impreciso sentido: no disponían de un coeficiente intelectual particularmente elevado, carecían de la destreza de poder leer mil páginas por día, su capacidad de abstracción no era en ningún sentido asombrosa. No obstante, los admiramos tanto o, acaso, más que a muchos, digamos, genios intelectuales. Es verdad: el carácter intelectual de los artistas es un asunto elusivo. ¿Es el suyo un talento relacionado con el intelecto, requiere su despliegue el ejercicio de algún tipo específico de inteligencia? Es probable que la respuesta a la segunda pregunta sea afirmativa (acá algunos hablan de ‘inteligencia emocional’; marran, en mi opinión, mas no por mucho). Qué decir ante el primer interrogante no es, empero, asunto para el que dispongamos de prístina evidencia. Acaso para ser un escritor se necesite, sí, de una mayor aptitud para jugar eficazmente con las ideas que, por caso, para ser músico o pintor. No es improbable que la inevitable proximidad y promiscuidad que el escritor tiene con las palabras sea un constituyente de la correcta explicación del fenómeno. (Quienes creen en una relación estrecha entre lenguaje y pensamiento sabrán convertir en algún tipo de abono este hecho –en caso que sea tal.) Como usualmente ocurre, me fui a la mierda.
Alguna vez sostuvo Bowie que todo individuo más o menos inteligente podía hacer cosas interesantes en cualquier disciplina artística. Como yo soy un tipo más o menos inteligente, yo podría no solo escribir un libro bueno, sino también grabar un disco bueno y, ¿por qué no? pintar un cuadro no despreciable y filmar una película de cierto mérito. Les advierto: lo voy a hacer. (Esa advertencia tuvo no poco de apóstrofe y reconvención, no sé por qué.) Ah, me olvidaba: ustedes también pueden hacerlo.
Desde hace, digamos, una parva de años me subleva bastante la creencia de que crear es difícil. Es verdad que no es fácil… si uno no lo ha hecho nunca antes. Pero cuando hay algunos muertos en nuestro haber, matar no es un experiencia que (perdón) te cambie la vida (aunque sea algo sin lo que, podés creer, la vida sea mucho peor). Antes de debutar uno es un manojo de nervios, dudas, incertidumbres y peor: pesimismo rancio, miedo pánico, certeza de la imposibilidad de que nada pase, o al menos de que nada bueno vaya a pasar. Pero, como sostuvo Ceratti, “pasa el tiempo y ahora creo que el vacío es un lugar normal”. Uno se acostumbra a coger y uno se acostumbra a escribir. Y a componer, supongo, y también a pintar, sacar fotos o filmar. Claro, señalará, por caso, Cobiñas: cualquier puede cantar; no cualquiera puede cantar bien; se amparará aquí en Chesterton y su dictamen de que el mal poeta también es poeta. Hará bien. Claro, va a equivocarse. Cualquiera puede cantar bien. Lo difícil es la excelencia o la genialidad. Lo difícil es lo extraordinario, y es una obviedad, pero la única verdad que los castradores puedan reclamar. Porque nosotros, las minas y tipos más o menos inteligentes tenemos alguna sensibilidad, cierta empatía con nuestros congéneres, gusto amplio, curiosidad, desparpajo. Nada más se necesita. Sostengo algo más: nosotros estamos, aquí, y en general, en mejores condiciones que los muy inteligentes.
Los muy inteligentes suelen ser sujetos solitarios, concientes desde que eran así de chiquititos de su diferencia con el resto, lo que puede (y suele) llenarlos de soberbia o resentimiento o fobias, o, en su defecto, horas y días y semanas y meses y décadas de terapia. Suelen (y acá empiezo a quedarme sin argumentos, acá empiezo a recurrir a las intuiciones al por mayor) ser la mar de aprensivos, suelen devanarse los sesos en pos de la perfección, suelen ser muy, pero muy reacios a exhibir su producción.
Nosotros no.
Nosotros, tarde o tempranos, dejamos de buscar ser los mejores porque comprendemos, más temprano que tarde, que jamás lo vamos a ser. Nos conformamos con ser lo mejor que podamos. Pero no tenemos por qué ser tibios en nuestra apuesta: podemos lograr más cosas que ellos. Basta con hacer lo que nosotros podemos con una facilidad enormemente mayor que ellos: hacer mucho, producir en cantidad.
Nunca vamos a escribir una obra maestra; escribamos, entonces, un millón de obras de mérito. Con eso lograremos dos cosas que ellos, acaso, no logren: hacernos un lugar (en el fondo) de la historia del arte y ser felices. (Los lacanianos creemos que el mejor prospecto para la consecución de la felicidad se halla en el ejercicio indiscriminado de la creatividad, y no estamos dispuestos a negociar este punto.)
Concedo: no basta con hacer mucho. Hay que aprender a hacer bien. Pero: (a) una fuente principalísima de aprendizaje son los errores cometidos. Si no se hace no se comete errores. Tampoco se sabe que ese es un camino inviable; (b) la corrección supone la obra realizada. No hacer hasta no hacer muy bien es no hacer nunca.
He dicho.

Matías Pailos

15 Comentarios:

Blogger Hipotermia dijo...

MP, al principio de su ... apología de la mediocridad? (chiste), no bueno, de su relato, me colmé de entusiasmo y casi dejo de leer el post para empezar una obra en tres actos. Pero cometí el error de seguir leyendo. Y sí, yo soy de esas que de chiquita ... y hoy nada, peor que mal. Lástima. La vida decadente.
Dos cosas por ahora:
1) basta con el verbo "marrar". suena feo, es de lo académico, lo peor.
2) volvió al nosotros y al ellos. qué dice su analista lacaniano de esto?

Saludos disolutos,
hip

21/8/07 18:24  
Anonymous Anónimo dijo...

Estoy a punto de cambiar el título del post por 'Apología de la mediocridad'.
Bueno, no se conduela: los genios como usted también pueden redimirse con esfuerzo y adquirir algunas de las virtudes de nosotros los mediocres.
Pido perdón por mi empecinamiento obstinadamente emperrado con el 'marrar' (desterraré en su compañía el 'yerrar'). Pero, ¿académico?
El 'nosotros' es la voluntad peronista de mayorías. Y el ellos... no es que seamos paranoicos, pero los gorilas nos persiguen (chiste, chiste).

PD: tomo su declaración como promesa. ¿Le parece que para Septiembre tendrá lista la obra? (Y ahora sí: ¡feliz cumpleaños!)

21/8/07 20:45  
Anonymous Anónimo dijo...

Copio este post y lo guardo como manifiesto personal. Espero que sea lo que incline el fiel de mi balanza interna definitivamente en pos del mediocre productivo y en desmedro del genio castrador.

(Feliz, feliz cumpleaños hipo)

22/8/07 00:05  
Blogger Mariano Dorr dijo...

Foucault señalaba la importancia de acercarse a la estupidez, hasta la caricia. Allì anida el pensamiento.

22/8/07 03:24  
Anonymous Anónimo dijo...

No podría decirle, MD: en mi caso, la cercanía con la estupidez no es electiva.
Lo importante es producir. Mejor talentoso productivo que talentoso improductivo. (Ya sé: mejor estúpido tímido a estúpido hacendoso.)

22/8/07 16:23  
Anonymous Anónimo dijo...

¿Usted, mp, en qué categoría se incluye?

22/8/07 16:58  
Blogger Hipotermia dijo...

Quién pudiera acariciar la estupidez de Foucault!

MP, espero que responda la pregunta de anónimo.

(Ah, y yo no prometí nada. Usted se está pareciendo a papá y mamá: la causa de toda frustración).

MP y ZC, gracias, los cumplí feliz.
Saludos.

22/8/07 19:45  
Anonymous Anónimo dijo...

Hip: ya está poniendo escusas para no hacer lo que USTED quiere hacer.

Anónimo: ya lo dije en el post: yo soy más o menos inteligente.

22/8/07 20:06  
Blogger Lautaro dijo...

Mi obra dice algo que seguro podemos probar equivalente a lo que dice MP.

---

Creo que la instanciación de esta actitud en mí tiene estas características:

1)Alegría siempre por haber aprendido la lección del "tiempo perdido", a tiempo.
2)Usar el término "obra" para referirme a lo que sea que haya hecho.
3)Ser optimista.
4)Un poco de desesperación ante la inacción.

y más, qué sé yo

22/8/07 21:28  
Anonymous Anónimo dijo...

Creo que sos un poco más optimista que yo. Y no es exactamente alegría lo que siento ante la lección aprendida. (Aunque sí trate de aprovecharme de ellas.) Por otra parte, sospecho que sí, no somos muy diferentes en estos aspectos.

Ah: sí, es 'excusa'; no 'escusas'. (Díganme 'burro'.)

23/8/07 11:54  
Blogger Hipotermia dijo...

vurro!

hablemos de eso. porqué tantos errores no forzados? a qué se debe?

es culpa de la globalización y la explosión de las comunicaciones? o es algo más subjetivo? digo, cuando no son meros errores de tipeo.

23/8/07 19:27  
Blogger Luciana dijo...

MP, me gustó el post y sí, hay que aprender a ser feliz, al menos, cuando se produce.
Ah! Se llamó lacaniano. Adoré.

24/8/07 17:54  
Anonymous Anónimo dijo...

Luciana: sí, parece que soy lacaniano. Eso, al menos, sostiene un lacaniano amigo. (Nos vemos esta noche, me parece...)

Hip: en mi caso, se debe a que escribo estas cosas de corrido y corrijo una vez que lo veo publicado. Pero usted tiene otras hipótesis, sospecho.

25/8/07 20:35  
Anonymous Anónimo dijo...

"...Pero llegaría un momento en q el libro estaría escrito, estaría detrás de mí,y pienso q un poco de claridad caería sobre mi pasado. Entonces quizá pudiera, a través de el, recordar mi vida sin repugnancia. Quizá un día, pensando precisamente en esta hora lúgubre en q espero, con la espalda agobiada, q llegue el momento de subir al tren, quizá sienta q el corazón me late más rápidamente, y me diga: fué aquél día, aquélla hora cuando comenzó todo. Y llegaré, en el pasado, sólo en el pasado,a aceptarme." La Naúsea- Jean Paul Sartre.

leía el post, y pensé en este libro.
saludos.

25/8/07 21:36  
Anonymous Anónimo dijo...

Gracias por la cita, Vero.
Sí, hay un aire de familia. El escribe mejor y tiene una predisposición más marcada a anteponer un menos allí donde yo opto por un más, pero somos los dos igualmente petisos.

26/8/07 20:47  

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