El Mate Tuerto

"Se fingirá el saber que no se tiene."

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Nombre: El Mate Tuerto
Ubicación: Argentina

09 septiembre, 2007

La Fraternidad


El hermano menor suele ser el arquetipo del hincha pelotas. Más aún si los hermanos son dos, tal mi caso, y el menor toma al mayor como insustituible ideal del yo. Ya de muy chico el menor se convierte en el enemigo público Nro. 1 de los juguetes que con tanto esfuerzo supimos conseguir (que nos regalen) y a los 8 años lo vemos con el pañuelo atado a la cabeza entonando con voz chillona los falsetes de Axl Rose mientras que de adolescente intentará desmarcarse de la funesta influencia haciéndose fanático de alguna banda que a su mentor sólo le provoca un interés marginal mientras insiste en asistir a todas las fiestas, reuniones, encuentros del mayor y sus amigos y ni que hablar si una vez concluido el secundario se inscribe en el mismo curso con rápida salida laboral y el primogénito debe luego acogerlo y darle la bienvenida como flamante y ocasional compañero de trabajo.

Hasta aquí el hermano menor es un fardo, un peso, una sombra furtiva que se empecina en caminar los mismos pasos en otra calle; sin embargo, llega un momento impreciso en el que la carga se revierte y el hermano menor saca a relucir un capital que, como los combustibles fósiles, sólo muestra su valor cuando comienza a escasear: su juventud, su lozanía, su elan vital, y justamente en virtud de aquella identificación monomaníaca (por no hablar del parecido físico) lo que el mayor vislumbra en el menor es una versión de sí mismo algo distorsionada que ha logrado retroceder 7 años en el tiempo y ese descubrimiento lo deslumbra.

Todo esto, sino más, me fue revelado el fin de semana pasado. El sábado, de visita en casa de mis padres mi hermano volvió a traer a colación a Martín Buscaglia, novísimo cantautor uruguayo y digo volvió porque ya había insistido en otras tantas oportunidades con el mentado músico sin obtener de mi parte el menor grado de atención y tras mencionar las cualidades de Buscaglia procedió a iniciar la reproducción de su primer y único disco hasta ahora: El evangelio según mi jardinero, que se bajó unos meses atrás y comentó como quien no quiere la cosa que el susodicho actuaría el día siguiente en el Bafim, la feria de la música que se celebraba en El Dorrego, el galpón fashion que el gobierno de la ciudad instaló en Dorrego y Zapiola, y propuso que fuéramos juntos a verlo. Atención ¿Una salida con mi hermano menor solos él y yo para ver a una promesa de la canción uruguaya? ¿A quién podía ocurrírsele semejante dislate? A mi hermano menor, claro está. Le contesté con un ‘pse’ que se pareció menos a una afirmación que a una muestra de cortesía. No obstante, le presté atención a las canciones que sonaban en los parlantes de la compu y se superponían a la charla familiar.

El domingo al mediodía sonó el teléfono de mi casa. Era mi hermano que llamaba para “confirmar la salida y ajustar los detalles del encuentro”. El día, pronósticos al margen, se presentaba cubierto por los espesos nubarrones de la melancolía. Mi 2 ambientes interno se me antojaba más opresivo que nunca. ¡Al carajo! Pensé, y en un rapto de osadía le dije que sí, que nos encontráramos 15 minutos antes en la esquina. Ya mientras caminaba por Dorrego rumbo al galpón junto a dispersos grupúsculos de jóvenes sentía que mi ánimo experimentaba una creciente transformación. Mi hermano me esperaba en la esquina, detrás de un inmenso foco que habían instalado allí vaya uno a saber por qué y que recortaba su silueta en contraluz. Lo saludé cegado por la claridad como si abrazara a una sombra y nos encaminamos al interior del recinto “por esta no” dijo él cuando llegamos a la entrada principal donde se agolpaba el público y me hizo seguirlo hasta una puerta lateral que nadie utilizaba.

Llegamos justo cuando Buscaglia acometía los primeros acordes del primer tema correspondiente al mejor recital que he visto este año (aunque temo que sea el único). A medida que las canciones se sucedían comprobé sorprendido que ya reconocía algunas. Las chicas movían sus hombritos de aquí para allá al ritmo contagioso del funk, Buscaglia bailaba como un pequeño demonio, hacía chistes y se permitía ciertos experimentos en escena que yo no veía desde Tom Zé a esta parte. Había una suerte de desodorante de ambientes industrial que despedía el olor de la felicidad. De pronto descubrí que Buscaglia me gustaba. Que me gustaba mucho. Que ya quería estar cantando todo el día “Ante la duda, todo” como si de una declaración de principios se tratase. Y si no decidí, cuanto menos intuí, que apenas llegara a casa iba a instalar el demorado programa para bajar música y El evangelio según mi jardinero iba a ser mi primera víctima y se iba a transformar en la banda de sonido de esta inminente primavera al tiempo que me preguntaba ¿Cuánto hace que no escucho un disco nuevo y lo convierto en banda de sonido de esta mi vida? La apatía con la que había iniciado el recital había quedado atrás para ser reemplazada por unas irresistibles ganas de bailar y cantar Jesús/ is mi coach a coro con todo el público a pedido de nuestro frontman, sentía que estaba en el lugar donde tenía que estar en ese preciso instante, el lugar al que había llegado siguiendo los pasos de mi hermano, a quién terminado el show le propuse recorrer los stands de la feria, lo que aceptó a regañadientes porque, según aclaró, “no le interesaban demasiado” y así fue hasta que reparó en una barra que repartía Fernet gratis y allí se dirigió como una saeta, pero su trayectoria fue interceptada por un guardia de seguridad que le exigió la credencial correspondiente para acceder a ese sector restringido y mi hermano que no se amilana y yo lo veo de lejos, desplegando sus dotes histriónicas y su carisma frente al security man hasta conseguir que esa bola de músculos, conmovida, lo palmee en la espalda y le franquee el paso y mi hermano regrese heroico con 2 vasos de Fernet y me convide uno y yo piense que siempre admiré en secreto su desfachatez. Después me anunció que ya se tenía que ir yendo “¿Cómo, –le pregunté sorprendido– no hay nada más para ver? “Bueno, si querés quedate vos solo a ver a Los Pericos”. Lo seguí hasta la salida y nos fuimos caminando por Honduras. El clima benigno de esa noche ya prometía las delicias que la primavera nos depara. Charlamos de cualquier cosa hasta que a la altura de Juan B. Justo mi hermano me anunció que se iba a Gorriti a tomar el 39 porque su novia lo estaba esperando. No sé si habrá sido cierto o era mi presencia que ya se le estaba tornando un poco pesada.


Zedi Cioso

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13 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

bueno... acabo de cortar con cioso, estoy lagrimeando... y (no) me siento un boludo. Me emociona. Uno de los parecidos y diferencias más hermosos y singulares que comparto con mi hermano es: Ambos elegimos una carrera artística, ambos elegimos un oficio para bancarse el trance de que esa carrera se transforme en un medio de vida (que desagradable esa frase... "medio de vida"). Pero Cioso viró para el lado de la Literatura y yo me fuí hacia la actuación. Y hete aquí que cada tanto le remarco que siento que la literatura te vuelve más frío, analítico tal vez, si bien sensible a algunos aspectos y obviamente permeable a las sutilezas. En cambio el juego actoral me fue transformando en alguien un poco más sensible, en contacto con mis emociones primariamente y las ajenas en un segundo plano. En el reciente llamado fue tan clara esa diferencia:
P-Che leí tu nota (no se me entendía porque moqueaba)
A- ¿¿!!qué¡¡??
P- (habiendo tomado aire) Que leí tu nota... me emocionó!!
A- Ah!... bueno...
P- Chau nos vemos mañana.
A-Listo, chau!
Esas diferencias hacen que la individualidad de cada uno genere interés en el otro...
Te quiero con mi alma brother.

10/9/07 00:14  
Blogger Cobiñas dijo...

Lindo, muy lindo post.
Abrazos, Cobas

10/9/07 17:43  
Blogger Cosima dijo...

Qué lindo post y qué lindo comentario de Pablo.

Al fin y al cabo, la sangre si no todo, qué vital que es. Yo me siento así con mi hermana menor seis años, aunque somos 4 en total.

Bellamente escrito!

11/9/07 09:31  
Anonymous Anónimo dijo...

Por suerte el paso de los años nos dá esas revanchas a los hermanos menores.

Bello post, gracias.

11/9/07 09:33  
Anonymous Anónimo dijo...

Hola hermano mío. No creo que el teatro te haya puesto en contacto con tus emociones ¡Siempre fuiste un sentimental! Por lo demás acuerdo en todo con tu apreciación: el escritor suele ser más frío y analítico. Para acertar al corazón hay que apuntar con la cabeza.

Muchas Gracias Cobiñas, me alegro que le haya gustado.

Gracias Cosima, no puedo imaginarme cómo serán las conexiones entre 4 hermanos, usted tendrá de seguro mucho para contar al respecto.

Hola Pau! Exactamente, Menores, no sufran, El mundo será suyo!

11/9/07 10:46  
Anonymous Anónimo dijo...

muy lindo post, Zedi. Y muy linda la foto. Lo de la voluntad de mimetizacion del hermano menor (sobre todo si viene seguidito)no puede ser mas preciso. Mi hermana M., por ejemplo, simulaba pensar en la heladeria hasta que yo eligiera mis gustos y despues se los copiaba. A mi me daba tanta tanta bronca que tardaba todavia mas asi no le quedaba otra que elegir a ella. La guerra de silencio, claro, terminaba con la impaciencia del heladero y una buena patada en el tujes de parte de nuestra progenitora. Besos, V. (ah, a partir de ahora agrego la "g" porque ya vi que por ahi anda otra "vero" que a veces deja comentarios tb)

11/9/07 15:41  
Anonymous Anónimo dijo...

Muchas Gracias Vero g. Es cierto lo de la mimetización en los gustos y eso me remite también al hermano menor repitiendo como loro todo lo que dice el mayor hasta sacarlo de quicio.
Saludos

11/9/07 19:18  
Anonymous Anónimo dijo...

Me acuerdo de mí cantando los temas de los guns, que linda la mimetización...
igualmente hoy sucede... pero con cosas un poco menos evidentes.
creo que fue crucial para que mi hermano y yo nos llevemos bien que él se mudara y yo madurara.
Hoy la admiración existe, el otro día sin ir más lejos estaba almorzando en la casa de la tía de mi novia (fua!! que detallista......so campanelli) y entre una pila de cosas avisté un página/12 de esa fecha y ¿quiçén publicaba una nota? me pasé 4 minutos reloj comunicándole a cada comensal que el que compartía mi apellido es mi hermano menor y algunas de las respuestas más emotivas fueron:
-que bueno... ¿me servís un vaso de coca light?
-y es mayor o menor que vos?
-te gustó al final la cazueña de calamares o no?

No importa bro, yo la leí...
siemrpe que publiques me voy a compar un página.

11/9/07 20:39  
Anonymous Anónimo dijo...

Un mérito no menor de Pablo es la obstinación, que sumado al ya citado desparpajo o desfachatez, garantizan que haga roncha allí donde fuere. (Estamos esperando con ansias el estreno de la obra.)
Sí: a veces se torna hincha pelotas. Pero la escacez de paciencia de ZC siempre me sonó excesiva. ("Claro: vos porque no lo tenés encima todos los días". Y... no.)
Valga para la literatura lo mismo que para el futbol dijera el ingeniero Pellegrini: cabeza fría y corazón caliente. (Pero el dictum de Cioso es más lindo.)

14/9/07 11:59  
Anonymous Anónimo dijo...

ya se que no hay que ser biografista, pero me encanta el Cioso revelador, sentimental, apasionado, violento, familiar.

16/9/07 12:08  
Anonymous Anónimo dijo...

Querido Zato, muchas gracias por su retahíla de inmerecidos adjetivos.
Trataré de satisfacerlo.

16/9/07 19:15  
Blogger Daniel Pecheny dijo...

Por la red internacional de tías de Pablo y Cioso nos enteramos de esto y a nosotros también nos emocionó.

Lo de Cioso también conecta con los sentimientos entre Uds. Gracias por compartirlo.

Dice la tía (la de Almagro) que está orgullosa de que los dos escriban bien.

22/9/07 17:01  
Anonymous Anónimo dijo...

Bueno, muchas gracias entonces a la Red Internacional de Tías que brega incansablemente por la noble causa de difundir la obra de sus sobrinos.

23/9/07 14:09  

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