El Mate Tuerto

"Se fingirá el saber que no se tiene."

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Nombre: El Mate Tuerto
Ubicación: Argentina

19 junio, 2009

Sobre una ironía (no únicamente) porteña

1. Es una pequeña burla que Buenos Aires sea la capital del libro de 2011 según la Unesco, y que la cámara del libro de esa ciudad esté tan empeñada en hundir la difusión de textos y autores —querámoslo o no— importantísimos para la última centuria. Así, Horacio Potel [1], abrió los textos de Nietzsche, Heidegger y Derrida desde 1999, y a principios de este año la Cámara del Libro argentina ha puesto una demanda en su contra, contra su sitio y la difusión de tales ideas. Con poco que hacer antes de la resolución judicial, Potel desmanteló sus sitios excepto el de Nietzsche, porque ya se contaban más de 70 años desde su muerte, ergo, los cerdos ya no podían sacarle más dinero apelando a sus dizque derechos de autor. Cosa que no ocurrió con Derrida, motivo por el que la embajada francesa inició los procesos contra tales sitios. Parece que el poder no se la puede con las células que se mueven contra corriente. Hay manchas que no pueden ser removidas sin que la tela se rasgue. Demostración dolorosa de que el sistema (socio/político/económico) no se la puede con la individualidad más que incorporándola como ‘diversidad’ por medio de la operación de la tolerancia, y nunca como diferencia real y activa por parte de sus usuarios. Aún la industria del entretenimiento no le toma el peso corporativamente a las formas nacientes de intercambio de datos. Aún no se hacen preguntas fundamentales sobre el lugar que sus productos tienen entre sus consumidores, ni mucho menos sobre el lugar que han contribuido a crear en sus décadas de trabajo febril. Quizás únicamente haya que mencionar que en el juicio en Suecia contra el sitio The Pirate Bay, los abogados de las multinacionales del disco y cine, no pudieron (ni supieron) explicar el método por el cual ese sitio permitía la descarga gratuita de contenido protegido por el riguroso copyright.

2. ¿Qué presupone el autor en tanto creador? ¿Supone, de antemano, una negación al uso libre de tales contenidos? Digo, ¿qué limitantes tengo al usufructuar (no económicamente) de los términos definidos en mi Larousse? ¿Habré de pagar tributo sólo en el caso en que utilice esos contenidos con un beneficio económico posterior y premeditado? Pero también: ¿qué importa la apertura y publicación en la web de esos textos? Es seguro que todo estudiante de filosofía (y humanidades) de Latinoamérica pasó alguna vez por las páginas de Potel, cuando el libro estaba pedido en su biblioteca, cuando estaba apurado en un ensayo, cuando necesitaba una cita. Y en esto, quizás el origen mismo del problema: la materialidad que defiende la Cámara. Los mismos objetos defendidos con anterioridad, cuando la policía ingresó a la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, en busca de los desalmados estudiantes lectores de fotocopias. Podrían estar allí los guardianes de las editoriales, cuando algún siútico pasado de copas intenta llevar a la cama a alguna ingenua lolita citándole a Foucault, sin que ella lo sepa…

3. ¿Y dónde está la diferencia cualitativa entre 15, 30 ó 70 años (o nada) para que el dominio público se pueda beneficiar de una obra? Por lo pronto ni siquiera se tiene muy claro qué sea tal ‘dominio’, porque tenerlo claro implicaría saber también qué límites y posibilidades tendría: la discusión que ninguna Cámara de Empresarios del Libro (ni del Disco ni del Cine) dará es aquella que pregunta por la necesidad a que tales obras tiendan a la apertura social, al beneficio mutuo: en la misma medida en que siendo productos culturales, no pudieron haber sido creadas por un eremita mítico.

4. El meollo se ha centrado en la utilidad que la sociedad toda puede sacar de las obras. El artista —básico, predecible y aliado con sus patrones— supone que siempre y en todo contexto ha de ser pagado con metálico la utilización de sus obras. Pero que se jodan si quieren que les pague un penique porque subo un vídeo de una fiesta familiar a Youtube, donde accidentalmente por el fondo se escucha un tema con copyright (como ha ocurrido en España); o que venga un editor a exigirme compensaciones por la lectura pública que hace Gernández de Houellebecq (grabación que sí existe) [2].

5. De partida ignoran los dueños de la cultura, que la circulación libre de contenidos ha sido un motor importantísimo del desarrollo de sus propios negocios, como antecedente histórico y germen de combinaciones y discusiones siempre saludables. Pero da lo mismo que lo sepan. En el fondo tampoco importa mucho que sus negocios se vengan abajo, porque si lo hacen será únicamente por tacañería y porfía intelectual, puesto que para nadie es secreto que el modelo de negocios de las disqueras (por lo pronto) ha de cambiar radicalmente so pena de extinguirse rápidamente: los grandes beneficios no vienen por la venta de los objetos-discos, sino por las entradas a conciertos; la descarga digital de música no atentará contra los artistas, pero sí contra las máquinas corporativas que les soportaban en la antigüedad (10 años atrás solamente).

6. La cochina obsesión capitalista por las cosas como ob-jetos que dan personalidad. Por eso quizás la Argentina (ni el resto del mundo) no sobrevive a la visión de todos los libros de Aira que propone Idez. Porque tener el libro-en-sí nunca será lo mismo que las fotocopias ajadas o incluso anilladas y con tapitas plásticas, en la medida que no se siente como un libro, ni con su peso ni con su textura. De ahí que sea un signo de los tiempos que una vez lanzado el lector de libros digitales Kindle (de Amazon) aparecieran productos accesorios muy peculiares: un spray que promete darle el olor de los libros reales a la máquina portátil…

7. Idiotez máxima del empresariado global: nada superará nunca el olor ni el peso de un libro, del fetiche intelectualoide por ese objeto puesto en la repisa. Ningún emepetrés mantendrá a raya una obsesión melómana. No por bajarme un jpg de Rembrandt seré objeto de encarcelamiento. Ni acepto —digan lo que digan—, que por duplicar una película estoy a la altura de un empresario promedio o un desmantelador de autos.

8. Fin del “autor” como desfase de la idea de “autoría”. Desfase entre la idea de autoría como propiedad. Separación que habrá de llevar al autor al evidente provecho por su trabajo, pero también al resto, a aprovecharlo libremente bajo las condiciones que el autor inteligente dicte: básicamente, divulgación perpetua entre distintos formatos de almacenamiento y tipos de presentación; reconocimiento de la autoría en tanto firma, e imposibilidad de utilización para fines de lucro. O ya de plano, la donación total de la obra creada, sin límite alguno a su utilización: la licencia Creative Commons Zero.

9. ¿Y si ya no se pudiese celebrar un gol como lo hacía Marcelo Salas? El colmo representado por los abogados de Los Simpsons, impidiendo que el abuelo Abe «cante bajo la lluvia» por los derechos implicados.

Rodrigo Salgado Boza

Notas
[1] [http://www.nietzscheana.com.ar/]
[2] [http://www.youtube.com/watch?v=iAZD2FriGQw]

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7 Comentarios:

Blogger YO dijo...

Que bueno que no haya habido aun otro comentario: me apesta ser uno más del montón.

Está muy divertido el texto, mas, sólo porque cuando un amigo hace algo, por el hecho de ser amigo, lo pongo en duda, me he puesto un poco la lupa en frente y me gustaría aclarar un pqeueño detalle:

El problema de la tacañería que lleva a los "dueños de la cultura" a ser porfiados (o al revés), y a no darse cuenta de que en realidad algo tienen que perder en el momento de la digitalización de la realidad, es uno que se las tiene que ver de uno versus uno con el de la "autoría" que señalas más abajo, ya que el "autor" como fuente de "autoridad" es el que tiene el DEBER de que lo que crea (o produzca, ya que somos capitalistas) tenga el PODER necesario como para que los libros, como bien dices, sean únicos, y nada pueda comparárseles como objetos, como cosas. El autor no es solo el que escribe o inventa (para hechos de copiright), sino el que tiene el poder de realizar un trabajo único, en el que el lector deposita toda su confianza material para poder "tenerlo" en su pieza junto a él, con lindas tapas, con hermosos olores.
A la retirada frente a la cual estamos, es a la de los autores, que nos hacen tener aun libros de hace 50 años y para atrás (lo demás es fotocopia), y producto de eso es la digitalización masiva de los textos virtuales que necesitamos para la escuela. No se trata solo del fin del autor como idea de "autoría", sino del autor como autoridad que nos hace depositar nuestra vida consagrada a sus lecturas.
Lo que los "autores" de hoy no entienden, no es que la industria ha comenzado a cagar encima de lo que antes era ser autor, sino que no son autores, y que si no vemos aquel amor por los libros que se veía antes, y que era representable, más que por la figura del amor, por la relación que se establecía entre el autor y el lector como un espacio necesario para el convivir de la gente, es porque ya no son autoridades, porque ya no hay metarrelatos, porque la época contemporánea con la cara de un lector consumista y enfermizo, ha hecho que incluso los creadores de teztos, sean la cara FINAL visible de la relación humana con los textos: no hay autoridad en la lectura por el desarme contemporáneo.
Es, el fin del autor como tal por la desaparición de las jerarquías. Y ESO es lo que hace que ya no haya una adquisición masiva de libros. Son porfiados los "autores" de hoy, no porque tengan que saber que su creación va a ser divulgada en todos los idiomas sin tener la necesidad de contratar a alguien, sino porque insisten en creerse autores.

22/6/09 12:56  
Blogger salgadoboza dijo...

@YO: forma parte del pasado el que los textos sean la "glándula pituitaria" entre el lector y el mundo, y ya NO SE PUEDE dar que el autor (en tanto autoridad) cree mundos, o por lo menos fundamente los ya existentes. Quizás ahora no hay ficciones sino siempre y en todo momento 'crónicas': relatos del punto a punto del transcurrir de la historia y sus imágenes. Un relato que lo podría hacer cualquiera, sin necesidad de haber-leído como fue el mandato para el escritor en ese mundo muerto de la 'autoridad'.
Sólo elucubro, porque más preguntas me deja tu comentario.
Quizás allí está la horizontalidad que mencionas: incluso yo puedo publicar.

22/6/09 13:31  
Anonymous Matías Pailos dijo...

dejame ceñir el debate al ámbito de 'lo correcto'. Creo que las descargas gratuitas son parte del terreno en el que lo correcto y lo legal se llevan a las patadas. Con esto quiero decir: creo que no hay nada malo en las descargas gratuitas (aunque en muchas casos sí sea ilegal. Acá toco de oído: no sé cuánto hay de prohibido y cuánto de vacío legal). Mis motivos son, como tantas veces, utilitaristas: los beneficios (para todos) sobrepasan los perjuiciones (para quienes detenten los derechos). Sigo abajo, antes de que esto desaparezca.

22/6/09 15:17  
Anonymous MP dijo...

Y lo mismo, me parece, vale para los derechos intelectuales... pero debería pensar un poco más el tema. Es cierto que no cuesta menos escribir un libro o grabar un disco que hacer remeras o cosechar trigo. No obstante, parecemos más dispuestos a reconocer los derechos sobre remeras, granos y servicios dispensados que a productos intelectuales. Acaso no haya buenas razones para hacerlo, pero no sé.

22/6/09 15:21  
Blogger salgadoboza dijo...

@MP: en la producción de remeras o trigo no entrará jamás el tema de la 'originalidad' de lo producido (aunque si hilamos fino, veremos que los procedimientos técnicos sí que pueden ser reservados). ¿habrá sido alguna vez el nylon un producto propietario, es decir, con limitantes en su re-producción?, probablemente sí. pero así y todo, quienes crearon el material han de haber recibido 'reconocimiento', por lo menos, económico.

Resulta particularmente extraño el cuánto tenemos de conciencia respecto a los derechos de propiedad intelectual, pero no así los de "productividad": cualquiera puede hacer pan partiendo desde las semillas, pero no por ello habrá de pagar tributo a corporación agrícola alguna, aunque me imagina que no faltará el país en que se deba hacer algo así.

22/6/09 15:41  
Anonymous Nacho dijo...

Yo debería estar investigando el tema de propiedad intelectual y decir cosas muy acertadas acerca de esto pero ahora no me acuerdo nada.

22/6/09 19:20  
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