Frases
Mi novia me señala continuamente, con marcado disgusto, el peso condicionante que tienen en mi ánimo las sentencias de los múltiples agentes que admiro: escritores, músicos, amigos. Tiene razón, como muchas veces, como cada vez que no pretende elaborar una teoría. Recuerdo en particular la impresión que me causó lo que en cierta ocasión soltara un amigo que, habiendo padecido de mi parte uno de los tantos acorralamientos dialécticos de tres o cuatro horas a los que sometía a toda persona que juzgara más o menos intelectualmente respetable (porque antes, y yo sé que esto es difícil de creer, era mucho más fanático que ahora; cualquier asunto debía ser desmenuzado hasta dejarlo exhausto –al asunto y al interlocutor), y frente a una reconvención de mi parte ante lo insustancial de lo que recién acababa de emitir, dijo:
-Bueno… lo importante es mantener la conversación.
Y selló el dictamen con una risa sorda, acompañada de un destartalemiento de su esqueleto (era un tipo muy flaco).
Ustedes no se imaginan (es un decir: por supuesto que se lo imaginan) el impacto que esto causó en mí: ¡Claro: las cosas a veces se dicen por decir! ¡La comunicación es más importante que lo comunicado! ¡Puede incluso no haber nada para comunicar, nada para afirmar, nada para defender: relajate, charlá, jugá el juego de la omnipresente interacción verbal anodina!: todo eso y mucho más leí, decodifiqué y rumié por horas y meses, años, por qué no, en la frase de mi amigo, o ex-amigo. Creo que solo entonces comprendí que se puede hablar sin pensar, o que hablar sin pensar no es un pecado mortal (ni siquiera venial).
Este tipo dijo otra cosa, cuyo impacto siempre, quizás hasta hoy, había considerado menor. Me comentaba la rutina de su grupo de amigos (en la librería en la que trabajábamos no había tantas cosas para hacer, en todo caso no tantas para la multitud de empleados que éramos, así que podíamos sostener extensas conversaciones), y entre conteo y conteo hizo un alto, un silencio. Rápidamente chistó, pretendiendo restarle importancia a esa reflexión (o a cualquier reflexión) y apuntó:
-La vida es eso: estar con amigos, boludear, jugar al fútbol.
Inevitablemente (este tipo tenía una inconsciente injerencia en mis propias normas de vida, cosa que él seguramente ignoraba) adopté esta proposición como máxima. Quizás sea ese otro de los motivos por lo cuáles me separé de mi novia, digo, ex-novia. Todavía no me acostumbro.
Matías Pailos
-Bueno… lo importante es mantener la conversación.
Y selló el dictamen con una risa sorda, acompañada de un destartalemiento de su esqueleto (era un tipo muy flaco).
Ustedes no se imaginan (es un decir: por supuesto que se lo imaginan) el impacto que esto causó en mí: ¡Claro: las cosas a veces se dicen por decir! ¡La comunicación es más importante que lo comunicado! ¡Puede incluso no haber nada para comunicar, nada para afirmar, nada para defender: relajate, charlá, jugá el juego de la omnipresente interacción verbal anodina!: todo eso y mucho más leí, decodifiqué y rumié por horas y meses, años, por qué no, en la frase de mi amigo, o ex-amigo. Creo que solo entonces comprendí que se puede hablar sin pensar, o que hablar sin pensar no es un pecado mortal (ni siquiera venial).
Este tipo dijo otra cosa, cuyo impacto siempre, quizás hasta hoy, había considerado menor. Me comentaba la rutina de su grupo de amigos (en la librería en la que trabajábamos no había tantas cosas para hacer, en todo caso no tantas para la multitud de empleados que éramos, así que podíamos sostener extensas conversaciones), y entre conteo y conteo hizo un alto, un silencio. Rápidamente chistó, pretendiendo restarle importancia a esa reflexión (o a cualquier reflexión) y apuntó:
-La vida es eso: estar con amigos, boludear, jugar al fútbol.
Inevitablemente (este tipo tenía una inconsciente injerencia en mis propias normas de vida, cosa que él seguramente ignoraba) adopté esta proposición como máxima. Quizás sea ese otro de los motivos por lo cuáles me separé de mi novia, digo, ex-novia. Todavía no me acostumbro.
Matías Pailos
18 Comentarios:
acotacion mia muy ñoña (mientras leo La estetica del silencio de susan sontag):
¨´hablar por hablar es la formula de la emancipacion´ dijo Novalis(...), hablar por hablar (...)nos impulsa a desechar el sfdo como norma del lenguaje del arte, y sustituirlo por el uso, la tesis de Wittgestein de ¨el sfdo es el uso¨, estrategia d ela literalidad¨
amen
Voy a contener el impulso a la clarificación propio de todo consumidor de filosofía analítica, porque a veces la luz afea.
Hablar por hablar es inevitable. Si no podemos relajarnos al respecto, es en general porque no queremos. Si no disfrutamos, por ejemplo, de lo que los angloparlantes llaman 'small talk', es porque no queremos. Hay placer ahí: al menos el de ejercitar el músculo bucal. Pero hay más. Hay algunas otras constataciones, también placenteras.
Pero creo que Sontag apunto más al placer lúdico de la asociación de significantes y significados, a faltarle el respeto a las normas de la literalidad y de la voluntad informativa que otra cosa, ¿no?
Perdón, no pude con mi genio: me aburrí hasta a mí.
no, es cierto. pero es tb una forma de hablar por hablar, si se uiere. si lo quieren lxs lectorxs clasicxs.
(uuxxxx)
Tiene razón, señorita, tiene toda la razón. La invito a tomar un café y hablemos por hablar. Digo, hablando por hablar, nomás.
PD: Me gusta mucho tu blog. Te lo digo por este medio, que me da menos pudor.
y pensar que uno pensaba que había algo así como un consenso sólido, al cual podía arribarse mediante la argumentación racional y pautada; lo que hay, en el final de una discusión, especialmente las extensas, es calor: calor que se resuelve de varias formas:
a) se va a tomar una cerveza y confirma que nuestro discutidor es alguien no solo respetable, sino un amigo.
b) hay una despedida indolora y cada uno se va pensando en cómo cagar al otro la próxima vez que discutan; esos no son amigos pero a veces hacen falta.
slds:
bitacoras me censura hace 5 días; voy a empezar a postear en los comentarios de blogs amigos, creo. mierda.
Cuando quieras te digo como postear acá, porque lo que te hacen los turros de bitácora no puede ser. Cada vez que entro me topo con la misma 'Advertencia' ya leida veinte veces.
A veces uno se va a tomar una cerveza con alguien, descubre que ese alguien es una persona razonable, y a pesar de todo piensa cómo cagarla la siguiente vez que discutan. Es que uno es flor de turro, qué le vamos a hacer.
PD: tu blog también es bonito, no te pongas celoso.
Che, Hijo de Puta ¡Te separaste y no me dijiste nada!
Yo ya te voy a dar frases para el recuerdo.
Z.C.
Si sumáramos a Playmobil al staff de Matetuerto creo que ya seríamos como unos Galácticos del Blog.
Zed.
Es que lo mío es como Brasil, a lo grande. No estoy para chiquitadas: lo grito a todo el mundo.
Escúcheme, sr n: uno es otro y uno es muchos, así que cada vez que habla, habla y es hablado por otro u otros. Ahora no sé si el reparto de alteregos es equitativo, porque a mí me tocaron todos boludos. (¿Será que cada individuo tiene los alteregos que se merece?)
Yo quiero ser Raúl; es más yo quiero ser Raúl en la selección española; así de triste.
O mais grande do mundo, Pailos, o mais grande; yo ya se lo dije la semana pasada.
Hoy voy a ver mi nuevo depto; preparese Cioso para asistir a un asado como dios manda.
Bien, las cosas por su nombre: "la vida es eso: estar con amigos, boludear, jugar al fútbol". Eso quiere decir que leer libros o escribirlos, escuchar música o componerla, mirar películas o filmarlas, amar, temer, partir, sexo, drogas, rock & roll, y millones de otras cosas, entrarían dentro del item "boludear".
Playmobil, ¿cómo es eso de departamento nuevo y yo no lo sabía?
Bueno, mi amigo no pretendía exhaustividad. Creo que el espíritu de su afirmación es que parte de lo que uno puede hacer para ser feliz o estar más o menos satisfecho es boludear, etcétera. Que está bien hacer eso, que está bien relajarse, no pensar: recrearse en trivialidades. ¿A quién le debemos algo? ¿Por qué empeñarnos en empresas de más fuste? Si queremos dilapidar nuestras aptitudes, es cosa nuestra. Creo que de eso se trataba.
Yo siempre quise ser Alfredo Di Stéfano. O Johan Cruyff.
Bueno, con Sorín me conformo.
Y para completar: creo que cada uno, alter ego o detentor de alter egos, es un detentod de alter egos que se cree nadie. (Excepción hecha de los megalomaníacos, claro.)
Compañeros, yo les digo: no nos detendremos hasta copar el departamente de PH. Retroceder nunca, rendirse jamás.
MP, me decepciona con esa explicación. Hubiera preferido que defendiera a su amigo a lo macho con un "¿y qué?" y una invitación a pelear. O al menos con una levantadita de hombros, aunque ahí ya no sería tana lo macho.
Yo quise ser el Beto Alonso y que Spinetta me dedicara una canción.
Hasta la Victoria O Campo!!!
"Ahí va el Capitan Beto por el espacio, con su nave de fibra hecha en Haedo". (¿de 'fibra' era?) (No falta acento: Spinetta dice clarito 'Capitan')
si, de fibra hecha en haedo; era inevitable ser de river despues de escuchar esa canción; así como es evitable ser de boca despues de escuchar a los ratones paranoicos. en otro orden de cosas, me mude virtualmente; estoy en blogspot.
alfred, ya le contare; usted también se merece un asado.
Y el Beto es de Haedo.
Asado violento!!!
Es una cagada que Spinetta sea de River y no de Independiente. Calamaro es de Independiente, pero, que yo sepa, todavía no le hizo una canción al Kun Aguero (ni al Bocha tampoco).
Alfredo, estoy retirado del pugilato. Pero soy medio Foreman, y cada tanto se me da por regresar.
Otra frase que recuerdo de mi amigo/ex amigo, que no me marcó para nada, pero que sí recuerdo es 'y, yo soy así, medio borrachín'. Y otro día recuerdo que dijo 'Uy, qué sueño'.
Espero departir hasta altas horas en el depto de Playmobil. Pero no sé si será antes o después de mis anheladas vacaciones, que se inician el sábado 4.
Zedi Cioso
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