Lo que queda una vez que sacamos la literatura
Acabo de sostener una discusión… bah, acaba de serme inferido un sermón, un soliloquio más bien, salmodiado por ese amigo mío del que otrora les hablé, ¿recuerdan?, ese que porta mi nombre y acaba de separarse… bueno: el mismo. Transcribo literalmente sus dichos. Tal cuál él dijo lo que dijo ustedes leeeán lo que leerán –para asegurarme lo cual lo tengo a él, al mismo, aquí a un metro de mí dictándome, repitiendo palabra por palabra. Ahí va:
“Hay más factores que influyen en nuestro deguste literario que el propio texto, agentes más ligados con la materialidad (con lo que ahora se conoce como el ‘soporte material’) del texto: peso, longitud, olor, tipo de letra empleada, tamaño del carácter, magnitud del espacio interlineal, arte de tapa, calidad de la impresión, resistencia del objeto-libro a golpes, magulladuras, aberturas, a eventuales charquitos de café, te y otras infusiones, color del fondo. Tomados en consideración todos estos factores, elaboré el siguiente inapelable ranking (aunque estrictamente personal, aunque variable de individuo a individuo): Anagrama grande, Seix Barral, Anagrama chico, Cátedra, Planeta, Emecé (y ya derrapamos con Emecé). Es claro que Anagrama grande es insuperable. Es un tipo de objeto que garantiza el disfrute, o un mínimo disfrute, o el impulso inicial de lectura (que ineluctablemente nos lleva al menos hasta la mitad del texto). Dificulto que yo hubiera terminado ‘El Testigo’, de Juan Villoro, de no haber sido editado por Anagrama grande. De todos modos hay claras variaciones en las ubicaciones internas a cada ítem: Cátedra es el mejor en espacio interlinear (allí donde Seix Barral es pésimo), por ejemplo –pero Seix Barral atesora un tamaño de letra de mayor atractivo. ¿En qué medida, sin embargo, la literatura disfrutada en estas colecciones no insta a una mayor apreciación afectiva del soporte material? En gran medida, como siempre, aburridamente, hay un equilibrio reflexivo entre ambas notas: lo espiritual (el texto, que no es ese rosario de marcas tipográficas) afecta lo material en similar medida en que este influye en aquél. Quizás no en igual medida. Quizás todos hubiésemos gustado de todas maneras de los libros que más nos gustan por más horrible hubiese sido la edición con la que nos hubiésemos topado, probablemente hubiéramos odiado de todos modos ese libro o autor que insobornablemente detestamos. Quizás. Pero, ¿y lo que está en medio de lo sublime y lo nefasto? Cuanto más bonito sea el envoltorio, cuántas más reminiscencias placenteras nos arrime, más gustaremos de lo otro, lo inasible, lo inmaterial: la literatura.”
Así habló el engendro.
Matías Pailos
“Hay más factores que influyen en nuestro deguste literario que el propio texto, agentes más ligados con la materialidad (con lo que ahora se conoce como el ‘soporte material’) del texto: peso, longitud, olor, tipo de letra empleada, tamaño del carácter, magnitud del espacio interlineal, arte de tapa, calidad de la impresión, resistencia del objeto-libro a golpes, magulladuras, aberturas, a eventuales charquitos de café, te y otras infusiones, color del fondo. Tomados en consideración todos estos factores, elaboré el siguiente inapelable ranking (aunque estrictamente personal, aunque variable de individuo a individuo): Anagrama grande, Seix Barral, Anagrama chico, Cátedra, Planeta, Emecé (y ya derrapamos con Emecé). Es claro que Anagrama grande es insuperable. Es un tipo de objeto que garantiza el disfrute, o un mínimo disfrute, o el impulso inicial de lectura (que ineluctablemente nos lleva al menos hasta la mitad del texto). Dificulto que yo hubiera terminado ‘El Testigo’, de Juan Villoro, de no haber sido editado por Anagrama grande. De todos modos hay claras variaciones en las ubicaciones internas a cada ítem: Cátedra es el mejor en espacio interlinear (allí donde Seix Barral es pésimo), por ejemplo –pero Seix Barral atesora un tamaño de letra de mayor atractivo. ¿En qué medida, sin embargo, la literatura disfrutada en estas colecciones no insta a una mayor apreciación afectiva del soporte material? En gran medida, como siempre, aburridamente, hay un equilibrio reflexivo entre ambas notas: lo espiritual (el texto, que no es ese rosario de marcas tipográficas) afecta lo material en similar medida en que este influye en aquél. Quizás no en igual medida. Quizás todos hubiésemos gustado de todas maneras de los libros que más nos gustan por más horrible hubiese sido la edición con la que nos hubiésemos topado, probablemente hubiéramos odiado de todos modos ese libro o autor que insobornablemente detestamos. Quizás. Pero, ¿y lo que está en medio de lo sublime y lo nefasto? Cuanto más bonito sea el envoltorio, cuántas más reminiscencias placenteras nos arrime, más gustaremos de lo otro, lo inasible, lo inmaterial: la literatura.”
Así habló el engendro.
Matías Pailos
4 Comentarios:
Coincido con el engendro en el elogio de Anagrama grande, una editorial que no puede, normativamente, publicar cosas malas; ahora, no puedo olvidar que si no fuera por las pesimas ediciones de 2 pesos de las obras de shakespeare, o por 3, el proceso de kafka, todo comprado urbanamente en avenida corrientes, mi vida sería distinta;
Permítanme reivindicar, ya que estamos, las ediciones a doble columna de Aguilar y de Tor, en que he degustado los clásicos rusos. ¿Por qué el eufemismo? A Dostoievski y a Tolstoi.
Está bien que existan ediciones baratas (y berretas). Pero siempre mejor lo caro y de calidad.
Estoy de acuerdo con el engendro en cuanto a su opinión acerca de que en la literatura y su goce influyen otros factores más allá del texto. Por caso, ahora estoy leyendo un libro que me fue prestado, Transatlántico, una edición vieja, un libro sufrido, se nota el paso del tiempo, las hojas resecan mis manos y tiene olor a polvo. Igualmente cabe mencionar que hoy en día el marketing se debe encargar del packaging de los libros y seguramente algún yuppie que maneje un corsa, pero que anhele un Mercedes, se quemó (o no) el coco para que los libros sean más cómodos.
Off Topic: Estoy haciendo mecha con la publicidad de matetuerto en un foro de babasonicos al que pertenezco. En este he publicado textos de mi autoría, añunque no pegan con el contexto, simplemente por el gusto y el vértigo que me produce escribir y hacer pública mi prosa. Si les interesa formar parte para entrar y hacerme sus comentarios entren a www.cuatroam.com.ar háganse un ususario (esto no toa más de 4 minutos) y busquen en el foro de discución ETC. yo soy el moncho vip.
Gracias por la difusión. Sé que es usted un excedido fanático de nuestro amigo Orible, el único colaborador analfabeto de una publicación literaria. Que no se le suba a la cabeza: produce monstruos.
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