El Mate Tuerto

"Se fingirá el saber que no se tiene."

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Nombre: El Mate Tuerto
Ubicación: Argentina

03 marzo, 2006

Una duda

Años de lectura, y todavía no logro comprender mínimamente los dichos de escritores, críticos y editores. Por ejemplo, reiteradamente me topo con esta expresión usada por uno, por otro, por todos en entrevistas, comentarios y reseñas, y sigo sin poder interpretarla. ¿Qué significa 'escribir bien'? Agradezco clarificaciones.

Matías Pailos

6 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

No creo que haya una respuesta determinante. Posiblemente dependa de quién sea que emita el juicio. Para un escritor, evidentemente, "escribir bien" puede ser algo muy distinto que para un editor de ésos que andan el ojo puesto en las posibles ventas. Una definición acaso demasiado arriesgada, y posiblemente falsa, de qué es escribir bien para mí sería: escribir adecuándose a todas las reglas de un determinado género, menos una o dos. No importa cuáles. En algún punto hay que producir un quiebre que le de sentido a lo escrito. Pero dudo de que ésta sea una definición satisfactoria.

4/3/06 13:37  
Anonymous Anónimo dijo...

Voy a ponerme en hinchapelotas, lo que no me cuesta mucho: si se quiebran 3 reglas del género, ¿se está dejando de escribir bien? ¿Y si se quiebran 7? Más aún: ¿cuáles y cuántas son las reglas de un género? Cioso cree que hay un 'género Lamborghini'. ¿Es este un género del mismo tipo que el policial inglés, por ejemplo? Finalmente: ¿no se puede escribir bien respetando toda regla de un género? ¿No podríamos quizás pensar a Hammett o a Stevenson como casos de este tipo?

4/3/06 22:50  
Anonymous Anónimo dijo...

Creo que mucho antes que los géneros, están los textos.
Los géneros tal vez sean construcciones culturales que no hagan más que intentar encajonar lo poético, de ahí que el ajuste estricto a reglas de género, dudo que sea un mecanismo eficaz para conseguir un texto que pegue el salto.
Hammet acaso pueda saltar la valla del género en que nadaban sus textos, y es por eso que perdura.
Lo mismo Philip Dick, o Mafalda. O Moby Dick.
Me pregunto: ¿si las reglas del género no se violan, retuercen y ponen en duda, no se está sobre un camino ya trazado, que no permite sorpresas?
¿Por qué perdura Led Zeppelin, por ajustarse a uan clase de rock, o por desajustarse?
Por mi parte, creo que el objetivo debiera ser escribir mal, no por snobismo maldito, sino para ir a contrapelo, justamente, de los géneros y su enfoque tranquilizador sobre los textos.
Me ha pasado de estar escuchando Charlie Mingus, por ejemplo, y que una persona me diga "Ah, te gusta el jazz", a lo que respondo "No me gusta el jazz, me gusta Mingus", que es música que entiendo que vuela mucho más allá del jazz. Particularmente gozo cuando un texto me ha llevado a un lugar sin costas visibles, ése es el momento del texto, ahí ya se ha escapado de todo condicionamiento externo, para imponer su mirada propia.
Cuando no importa el género, porque ha quedado atrás, habiendo funcionado en todo caso como pretexto, cuando se está inmerso en la euforia que provoca una construcción poética, seguramente el texto habrá logrado hablar del mundo con un sentido propio.
Y cuando un texto logra eso, calculo que su escritura ya no se explica entre el bien y el mal, sino entre la vida y la muerte.

5/3/06 04:36  
Anonymous Anónimo dijo...

Acuerdo con mucho de lo que decís, er, solo tengo algunas (creo que solo dos, de hechos) precisiones que hacer.
1)Hay dos sentidos de 'género' al menos (relevantes para el caso). El primero, el que lo iguala a 'género popular', y en ese sentido parece claro que, digamos, 'Ulises' no es una novela de género. Pero hay otro sentido, que más o menos implica el ajustarse a algunas reglas, a algunos modelos, a algunos modos de escritura. En este otro sentido el 'Ulises' sí es una novela de género. No sé, quizás el género 'novela totalizadora', qué se yo. Quizás sea muy muy difícil escribir ficción (escribir cualquier cosa) sin ajustarse a reglas, es decir: sin que lo escrito pertenezca a alguna tradición o, en este sentido, a un género.
2)Es verdad que lo impartante es la emoción o reacción o movilización que provoca el texto, y nada más -ni siquiera el género a que pertenece, ni siquiera si está bien o mal escrito. Pero el problema es que cosas más o menos parecidas que a los que algunos nos despierta, digamos, 'El sueño de los heroes', a otros se las genera los textos de Jorge Bucay. Y parece (no estoy seguro en este punto -y lo digo en serio) que estamos interesados en distinguir a Bioy de Bucay.

6/3/06 16:43  
Anonymous Anónimo dijo...

Bien Matías, atendiendo a esa distinción, yo me refería al tipo de género literario, digamos.
Respecto a que cualquier texto está jugando en un mar de reglas, en eso no creo que se diferencie de cualquier hecho de nuestro mundo, estoy de acuerdo en que eso es inevitable, y deseable, si no, pareciera que abogo por una supuesta libertad en la que, francamente, no creo.
Digo que ya que no existe la tal libertad, y estamos enmarcados así como todo lo humano, en millones de reglas, normas, códigos, ¿también hay que ajustarse a las reglas de género literario inevitablemente?
Eso es lo que sospecho que puede escamotearse, más bien, aunque no tenga muy claro cómo.
De hecho, me imagino que los textos que dieron vuelta alguna cosa, estaban revolviéndose contra la norma en algún sentido, ya sea Wilde con sus comedias decadentes protagonizadas por una clase social, o Beckett con su Molloy y las relaciones parentales, o Lamborgha con El niño proletario y la literatura comprometida enjabonándose las partes con jabón de Sade.
Es más, como se fingirá el saber que no se tiene, diré una animalada: Bajtin (o lo que de él recuerdo, más bien) será muy bueno para leer, pero para pensar en escribir, mmmm, tengo un prejuicio: estar en el género, es estar en el rebaño, si tal cosa existiera, y sospecho que sí.
Respecto del tema de la emoción, en fin, no lo planteo en términos de mera subjetividad, claramente hay en las personas estados de cultura, esto hay que decirlo aunque suene antipático, entiendo que, como dice mi amiga Adriana Barrandeguy, el lugar común tiene un poder extraordinario, no cualquier cosa llega a serlo...

interrumpo aquí porque debo irme, luego seguiré...

6/3/06 20:55  
Anonymous Anónimo dijo...

Nuevamente acuerdo, es decir, voy a introducir una salvedad. Hay una serie de autores muy caros a mi persona: O Lamborghini, Laiseca, (ahora parece que) Zelarayan, (el primer) Gusmán, Fogwill, Aira (al menos el de Cecil Taylor), Copi. ¿En qué se parecen todos ellos? En que no solo buscaban subvertir las leyes de la labor literaria seria (en el sentido de 'no popular'), sino que procuraban explicitar esas normas en su discurso. En este sentido constituyen una tradición, un paradigma literario. En este sentido, no quiebran las leyes de esa tradición (la de quebrar leyes otras que las propias) (entre paréntesis: en ese sentido Gusmán, incursionando en un relato más clásico, es el más heterodoxo de todos).
Pero acuerdo en que la originalidad es un mérito, y uno no menor. Sobre si podemos agrupar a todos los grandes autores bajo este mérito... puede ser. Tengo mis dudas (lo contrario es claro que no: no todo escritor original es un gran escritor).

8/3/06 01:03  

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