Contra lo transparente
No soy un buen lector, nunca lo fui, y no creo llegar a serlo. En verdad, todavía estoy buceando en mí, para saber si me interesa. He desperdiciado mi inteligencia en idioteces (hechos y cosas y gentes), durante casi toda mi vida, tratando de encontrar algo donde no lo había.
Pero me digo que debo perder la timidez, la vergüenza por pensar que hay que buscar el shock. Hay que buscar el shock, en la lectura.
Pero no el shock amarillo de la comunicación, sino el de lo estético literario. Trabajo grueso y fino, operaciones con la lengua, no dilatadas en el presente de un relato que luego me dirá, me “explicará” de qué se trata. Es por eso que considero que de ninguna manera, publicar antes que escribir.
Sacando el vitalismo de lado, ¿es mejor un escritor silenciado o un idiota gritón? Contesten ya, sin pensar, no hay tercera opción.
Entiendo que las lenguas escritas no pueden parecerse tanto a las naturales, eso le quita todo carácter de aventura al acto de leer.
Creo que precisamos reponer la extrañeza, porque de la extrañeza acaso brote el pensamiento. Sin la extrañeza, brota el tono remolón de lo religioso, pero sin siquiera trascendencia. Por eso mi voto es hacia la no comunicación, la no fluidez, hay que reventarle el espinazo a la comunicación, en la escritura, hay que desafiarse con el periodismo, citarse en la esquina y cagarlo a trompadas. En la literatura que entre todo, o casi, menos la Redacción.
Si todo discurre, entonces la escritura no nos pone en crisis. Es una escena pálida de un saber contra otro saber, un pacto de criterios.
Y la lectura tal vez deba ser una rotura del criterio.
Leo, gracias a la Universidad, Rivera, En esta dulce tierra, y leo Gusmán, Villa, y encuentro lenguas que vehiculizan mensajes, ideologías, templanzas. Basura. Ni hablar de Birmajer o Bizzio. En un mundo roto, ¿qué buscamos, entonces? Yo quiero ir al mito, al nervio, a los sentidos reventando contra la encía. Una voz tratando de decir algo en medio de todo. Beckett. Murena. Lamborghinis. No quiero que me demoren, no porque esté apurado, si hay algo que no estoy es apurado, pero no quiero que me vendan nada, quiero que la lengua de cada cual se ponga en bolas, no quiero profesionales.
Quiero tipos y tipas muertos de miedo, escribiendo. Me da asco el sillón del saber. No hay nada que saber, en la escritura. Ni antes ni después, de la escritura, para el que escribe. Si podés poner la lengua a funcionar, la cosa está hecha.
¿Y quién dice si la lengua, en tu texto, está puesta a funcionar?
Ese es el gran problema, amigos: nadie te lo va a decir, tus maestros te lo escupen a la oreja, por bien o por mal, sólo mientras escribís, sólo mientras estas solo.
Cuando escribís, muñeco, no hay lectura, no hay saber, hay la intemperie. ¿Te animás?
Pero me digo que debo perder la timidez, la vergüenza por pensar que hay que buscar el shock. Hay que buscar el shock, en la lectura.
Pero no el shock amarillo de la comunicación, sino el de lo estético literario. Trabajo grueso y fino, operaciones con la lengua, no dilatadas en el presente de un relato que luego me dirá, me “explicará” de qué se trata. Es por eso que considero que de ninguna manera, publicar antes que escribir.
Sacando el vitalismo de lado, ¿es mejor un escritor silenciado o un idiota gritón? Contesten ya, sin pensar, no hay tercera opción.
Entiendo que las lenguas escritas no pueden parecerse tanto a las naturales, eso le quita todo carácter de aventura al acto de leer.
Creo que precisamos reponer la extrañeza, porque de la extrañeza acaso brote el pensamiento. Sin la extrañeza, brota el tono remolón de lo religioso, pero sin siquiera trascendencia. Por eso mi voto es hacia la no comunicación, la no fluidez, hay que reventarle el espinazo a la comunicación, en la escritura, hay que desafiarse con el periodismo, citarse en la esquina y cagarlo a trompadas. En la literatura que entre todo, o casi, menos la Redacción.
Si todo discurre, entonces la escritura no nos pone en crisis. Es una escena pálida de un saber contra otro saber, un pacto de criterios.
Y la lectura tal vez deba ser una rotura del criterio.
Leo, gracias a la Universidad, Rivera, En esta dulce tierra, y leo Gusmán, Villa, y encuentro lenguas que vehiculizan mensajes, ideologías, templanzas. Basura. Ni hablar de Birmajer o Bizzio. En un mundo roto, ¿qué buscamos, entonces? Yo quiero ir al mito, al nervio, a los sentidos reventando contra la encía. Una voz tratando de decir algo en medio de todo. Beckett. Murena. Lamborghinis. No quiero que me demoren, no porque esté apurado, si hay algo que no estoy es apurado, pero no quiero que me vendan nada, quiero que la lengua de cada cual se ponga en bolas, no quiero profesionales.
Quiero tipos y tipas muertos de miedo, escribiendo. Me da asco el sillón del saber. No hay nada que saber, en la escritura. Ni antes ni después, de la escritura, para el que escribe. Si podés poner la lengua a funcionar, la cosa está hecha.
¿Y quién dice si la lengua, en tu texto, está puesta a funcionar?
Ese es el gran problema, amigos: nadie te lo va a decir, tus maestros te lo escupen a la oreja, por bien o por mal, sólo mientras escribís, sólo mientras estas solo.
Cuando escribís, muñeco, no hay lectura, no hay saber, hay la intemperie. ¿Te animás?
ER
15 Comentarios:
Hola, er!!
Qué bueno tenerlo de vuelta. Bienvenido! Me gustó su post, y muchas de las cosas que ud dice me recordaron a "Literatura de izquierda" de Tabarovsky.
Yo creo que prefiero --antes que un escritor silenciado-- un coro de gritones a viva voz; por lo menos eso impulsa, tal vez, a que alguien salga de su silencio y se le anime a la intemperie. Besos. V.
Bueno, mi querida Vero, celebro su saludo, pero respecto de Tabarovski, no leí su texto, como editor es un miserable que no se digna ni siquiera a hacerle responder a su secretaria de Interzona los mails de mendigos como uno, para saber si sus ocupados ojos han tenido tiempo de leer el manuscrito dejado en recepción.
Seguramente, claro, frente a alguien que venda 500 ejemplares se moja como Nazarena frente a un empresario con avión privado.
Respecto de la preferencia, respetable, claro; por mi parte no tengo la menor idea, estoy buceando, apenas.
pero sí hay una tercera opción: la del escritor gritón.
Decía, antes de que un corte de luz cegara mi respuesta, que hay escritores buenos de todas las calañas, incluso en las Redacciones. Y citaba a Walsh, y decía que sospechaba que Briante y Hemingway también podían servir como contraejemplo.
Después (seguía diciendo) te informaba que acordaba con todas tus preferencias y ambiciones enunciadas, y rechazaba la mayor parte de tus rechazos. (Pero entiendo la pretención de que el relato no explique; Salinger me lo está refregando por la cara a cada línea.)
Pero, finalizaba, prefiero desatar el nudo que ata escritura con soledad. Es verdad que hay un momento (sustantivo, mayoritario) de uno con (o contra, de acuerdo al temperamento) el teclado. Pero también está la discusión de argumentos, procedimientos, los consejos pedidos, aceptados, desechados, las lecturas de terceros y las correcciones a las que conspiran
PD: lo que escribo sería el doble de malo sin la asesoría literaria de Cioso.
PD2: ¿hubiera sido igual de bueno Borges sin Bioy? No arriesgo demasiado al afirmar que no.
ah claro que hay que achicar el pánico con otro, si es posible muchos otros, si no, se trata de otro tipo de soledad de la que hablaríamos; lo único que hay que tener en cuenta es que ese otro no se convierta en un lector apenas cómplice, porque en el mismo lodo, todos manoseaos, está bueno, pero nada indica del afuera.
Briante y Hemingway son desconocidos para mí, pero Walsh, precisamente, hace literatura con eso, me parece, y por eso trasciende, no?
Lamentablemente, más allá de algún acierto, leo Villa y leo literatura para el mercado, más allá, muuuucho más allá, del tema.
er, qué tal, nunca tuve el placer, creo, y hoy es mi primera vez. es que soy una idiota, cuando grito y cuando callo.
no me queda claro si lo que decís es desde el punto de vista del lector (así empieza el post) o del escritor (así termina)
estoy muy de acuerdo en general aunque soy escéptica acerca de una teoría de lo literario -o es que soy muy laxa de criterio- pero no podemos evitar que el escepticismo también sea teoría. y si un día ocupa el sillón del saber y se pone remolón?
fue provocador leer acá. terrible lo de los maestros, siempre falsos. eso es la soledad.
saludo.
pd al pd2 de mp: borges sin bioy mucho mejor para todos nosotros, mucho peor para la industria editorial. bioy podría no haber estado nunca del lado del autor y todos felices. en estos días le tengo una especial bronca.
HT:
felizmente, al leer me di cuenta de que la cosa iba y venía de la escritura a la lectura.
Respecto del sillón del saber, mmm, difícil, me gusta no saber y estar acostado.
ER
Que bueno leer algo suyo por acá, estimado ER, hace un tiempo había preguntado por ud.
Muy buen post,y sabrá disculpar que no tengo lo que decir mas que saludarlo.(LA neurona está trabajando en otros temas)
saludos.
Es el segundo comentario descalificador contra ABC que recibo por estos días. Es verdad: a veces te explica cuatro veces la historia... pero a mí me sigue gustando. (Y no hace eso en 'El sueño de los héroes', que es un gran libro, aunque hoy esté escaso de argumentos.)
PD a Hipotermia: lo chismoso no quita lo bueno.
Hola ER, hace 3 días que leo su post y pienso cómo articular una respuesta y no puedo, sucede que ha puesto ud el dedo en una de mis llagas literarias, he pensado en este asunto de la escritura contra la comunicación y la transparencia una vez, y otra vez, y otra vez y cada una de ellas he llegado a conclusiones distintas o a ninguna conclusión en absoluto. A veces pienso que no se hace lo que se quiere, sino lo que se puede, y cuando a mí me sale transparente la cosa, me resigno a que al menos algo salga. Lamborghini Oswaldo es un horizonte por donde sale y se pone el sol, pero está allá, tan, tan lejos. En fin, es una gran alegría verlo de vuelta por acá y con un texto tan bueno, provocativo y valiente.
De Bioy me quedo con su elegancia. En todo sentido.
Desecho el resto.
Noto que este sujeto se mete también con temas literarios, siempre desde la ignorancia, claro.
A mí se me hace que es un aparato, un troglodita que nunca entendió nada. En algún momento me ocuparé de refutarlo.
El resto del blog me gustó, entré de casualidad pero pienso quedarme.
The clown
ok, concedo "el sueño de los héroes", pero es casi una obra menor. el refinamiento no hace de por sí, una gran obra, creo, oh, tengo miedo de que venga un payaso malo y me pegue.
sigo estudiando
Che, gracias por la bienvenida, miren que así voy a seguir enchastrando el blog, eh.
siga enchastrando, er, siga enchastrando; no se deje intimidar.
Gracias, Vero. Lo intentaré.
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