El Mate Tuerto

"Se fingirá el saber que no se tiene."

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Nombre: El Mate Tuerto
Ubicación: Argentina

17 septiembre, 2007

Cuba



Cuba es el lugar de los resorts en las playas paradisíacas, del mojito, del ron y de los habanos. De la revolución, del Che y de las primeras colonias españolas. De la Nueva Trova y de la casa de Hemingway, de los Chevrolet de los 50, de las mulatas espectaculares, las jineteras y la salsa. Esto es lo que la hace irresistible; una formula perfecta para dejar contentos a los operadores turísticos. En Cuba todo esta al alcance de la mano. A pesar de eso, increíblemente, nada de lo que se busca se termina encontrando.
A la isla van los que buscan eficientes hoteles, los que quieren atestiguar el último bastión del socialismo y los que sueñan con la imposible espontaneidad del turismo sexual. Los primeros quieren, en realidad, servicios. Pero terminan horrorizados cuando se dan cuenta de que en Cuba la comida no es ni buena ni variada, de que no sale agua caliente de la ducha, de que la luz se corta a cada rato, de que hay pulgas en la cama, o de que “los locales se les acercan a hablar” (sic). Es que evidentemente llegaron al lugar engañados. Ante la opcion de ir a Dominicana, Cancún, Aruba o Cuba algunos, ingenuos y ahorrativos, terminan por elegir lo que les resulta mas exótico. Después de todo, pensaran, los resorts son todos iguales y, por lo tanto, no hay sorpresas ni riesgos posibles. Muy a pesar suyo, son ellos los que sostienen la economia cubana y al gobierno que tanto desprecian. Son canadienses, europeos y americanos, y todos tienen en común un absoluto desinterés por conocer aquello que se aleja de los confines del problemático pero siempre aséptico hotel. Una vez que vuelven a sus paises, se les nota un cierto dejo de alegria (si no indiferencia) por volver a sus barrios, su televisión, sus oficinas. Nada, salvo su color de piel, cambio en esos dias.
Los que buscan sexo son, creo, la mayoría y los que más dinero dejan. Una guía turística los clasifica de dos maneras: o bien como “mochileros-aventureros que dicen enamorarse de las mujeres cubanas, y niegan la base económica de la relación”, o bien como “veteranos que buscan aquello que no pueden obtener en sus países de origen”. Y la clasificación no puede ser más acertada. Los primeros efectivamente se enamoran, o así parece, pero tarde o temprano terminan descubriendo que el vil metal, y no otra cosa, explica el tierno trato recibido por parte de su querida amada. Y sí, acúsenme de discriminación, pero la única motivación que parecen tener los cubanos para acercarse a los extranjeros es siempre, en última instancia, el dinero. Los segundos, ciudadanos decentes, con poder adquisitivo, pero cansados de las complicaciones y demandas de compromiso, o de la frialdad con que los tratan las prostitutas en sus países, van en busca de las jineteras. Por eso no es raro ver en la calle un viejo alemán, desagradable y panzón, acompañado de una mulata de menos de veinte. La ilusión de que la jinetera está sinceramente interesada en el cliente es pasajera, pero real. Al menos más real que en algún barrio rojo europeo.
Nosotros, creo, no pertenecíamos a ninguna de esas categorías, sino a la de “turista social”. El turista social es comprometido y solidario, pero a la vez se reconforta al saber que no tiene que pasar por las penurias a las que llevó la economía planificada desde el estado, o el adoctrinamiento político. El turista social es un producto de las sociedades capitalistas de occidente. Busca asir la historia de la revolución y sus rastros diseminados en el presente. Quizás por eso la última noche creímos que nuestra pesquisa había llegado a su fin. Luego de haber recorrido las ciudades de Trinidad, Cienfuegos y la Habana, llegamos a Santa Clara, lugar en donde el Che peleó su última batalla, la decisiva, contra los soldados de Batista. Al caer el sol, fuimos a un bar, quizás el único abierto esa noche, y nos sentamos en una mesa con un simpático ancianito. El hombre, un tal Julio Guerra Niebla, afirmaba haber combatido en las sierras junto al Che Guevara, haber sido torturado por las tropas de Batista en una escuela de la zona, haber fusilado a unos once hombres en la terraza del hotel que está frente a la plaza pública, haber sido invitado por el Che a Bolivia, y haberse perdido el viaje por culpa de Castro (parte, según él, del plan secreto de Fidel para acabar con la vida del Che), etc. etc. Ante semejantes acontecimientos, y como tenía(mos) unos mojitos de más encima, surgió en nosotros la duda de si nos estaba mintiendo. Pero después nos mostró una mano con cuatro dedos como prueba, un agujero de bala en una pierna, y otros cuantos detalles. Al rato, cuando aún se notaba un cierto escepticismo en nuestros rostros, nos llevó a su casa para seguir mostrándonos pruebas: una bandera que le robó a Batista, balas y fusiles, artículos de diarios que se escribieron sobre él, fotos posando junto al Che, y hasta la mismísima boina del Che, que tuve el extraño placer de lucir en mi cabeza.
Esta historia es atractiva y fácil de vender, pero pasaba desapercibida entre los tranquilos habitantes de Santa Clara. Para ellos, Julio Niebla era un personaje más, apenas un cantor para niños, un repartidor de caramelos. Para nosotros, en cambio, era la ilusión de que el viaje había valido la pena...

Xilofon

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13 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Gran historia, Xilo! Ya el nombre de este personaje auguraba gestas de dimensiones épicas. Supongo que a tu excelente catálogo de lo que la gente busca en Cuba ahora podremos agregar que es uno de los últimos rincones del mundo donde todavía es posible toparse en la mesa del bar de la esquina con un auténtico revolucionario.

18/9/07 16:22  
Anonymous Anónimo dijo...

qué gran historia
quizá es muy ingenua la pregunta, no lo sé, pero... ¿es ficción, o es real?
realmente parece un cuento. o tuve esa sensación al leerlo, qué se yo. pero bueno, lo importante está claro, ahí cioso lo remarca arriba.

19/9/07 02:13  
Anonymous Anónimo dijo...

Gracias Cioso! Si, es curioso que se llame asi. Aparentemente los nombres dicen mucho en Cuba, por ejemplo el que despues termino siendo presidente "castró" a todos los cubanos (chiste malo a lo cioso)

Es real Juan Pablo. Lamento al dia de hoy no haber llevado una camara justo ese dia...

19/9/07 09:34  
Anonymous Anónimo dijo...

No creo que las putas alemanas sean tanto más gélidas que las cubanas. Me inclino por pensar que la mayoría de los turistas sexuales buscan: sexo barato, sexo con mujeres exóticas, dar con un sexo tan pero tan bueno que no baste con llamarlo sexo.

19/9/07 16:54  
Anonymous Anónimo dijo...

MP: no sabria decirte, lo mio es mas teorico que practico, basado en suposiciones y en lo poco que observe.

19/9/07 19:56  
Anonymous Anónimo dijo...

MP, agrego una cosa: si las prostitutas alemanas son como mi abuela, entonces creo que empezarian a correr los intereses a medida que se extiende el coito...

20/9/07 00:50  
Anonymous Anónimo dijo...

Che, creo que la oma acaba de conseguirse una compu! Y con coneccion a internet! Que buena noticia.

20/9/07 15:24  
Blogger Tommy Barban dijo...

Yo quiero saber más sobre esa boina.

21/9/07 06:33  
Anonymous Anónimo dijo...

Petale, yo creo que Xilofonino estuvo muy mal, asi que le voy a sacar el 18,01 % de la herencia...

21/9/07 13:23  
Anonymous Anónimo dijo...

TB: El tal Julio Niebla afirmaba que era del Che, que se la saco cuando en un arranque de furia la tiro al piso, pero por supuesto no hay pruebas de eso. Lo que si, si es cierta esta historia, es evidente que el Che tenia la demasiado pequenita, porque a mi no me entraba (la boina, claro esta)...

21/9/07 13:26  
Blogger Inigo Arqueiro dijo...

Acabamos de volver de Cuba,y tres años después en Santa Clara, supongo que en el mismo bar de la esquina nos hemos encontrado el dia antes de la Rebeldia Cubana(26 de Julio) con el mencionado Julio Guerra. Nos contó la misma historia, nos llevó a su casa, nos enseño la gorra del Che, las balas, las medallas y la bandera...
Por suerte lo encontramos al principio del viaje y seguramente nos cambió el cristal con el que juzgar a la isla.

9/8/10 16:46  
Anonymous Belén dijo...

Viajé a Cuba hace dos semanas y me ocurrió lo mismo. Conocimos a Julio en un bar de Santa Clara. A diferencia de mis compañeros de viaje, yo también dudé de la veracidad de sus historias. Por un compañero del viaje acabo de saber que Julio falleció el pasado jueves (buscad por internet y vereís la noticia) y parece que era cierto lo que explicaba. Quedará como uno de los mejores recuerdos de nuestro viaje. RIP.

11/6/11 19:45  
Anonymous el tite dijo...

Quisiera aclaral algo Julio Guerra si estubo con el CHE enla toma de santaclara los esbirros de batista le machacaron los granos y le sacaron los dientes selo afirmo porque este senor era mi tio y loque a hablado de su bida es sierto

15/6/11 07:13  

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