Otro libro de cuentos

Este punto es clave. La no publicación (la ninguna publicación) envenena. Esto, al menos, se lee en la página 463 de la biografía de Osvaldo Lamborghini escrita por Ricardo Strafacce y es, a la vez, parte de una carta que, el 23 de Febrero de 1977, el propio Lamborghini enviara a Tamara Kamenszain. Lamborghini, como habitualmente ocurre, tiene razón. Impedido de momento de publicar –por pajero, por perder cada concurso al que me presento-, prefiero, si no tengo acceso al antídoto, franquearme los retrovirales que demoren el malón tóxico. La publicación virtual es el purgatorio : publicar como cualquier cosa, aún antes de escribir. Es una forma de media vida/subvida al estilo de la que pulula en el “Ubik” de Philip Dick (pero literaria). Me conformo con esto, que es mejor que nada –pero menos que lo ideal, que es, al menos, estar publicado.
En http://www.matiaspailos.com.ar/ESO.doc -pero también acá al lado, señora, a la izquierda de su pantalla, tiene el link pertinente- pueden espantarse con otra colección de 6 cuentos de mi autoría –qué se le va a hacer-, todos escritos este año. Incluye 3 cuentos breves y 3 cuentos largos, que acaso califiquen también para el rubro ‘nouvelle’. “Deporte en acción”, “El amor” y “El encantador de serpientes” son los cortos –y los primeros. Con “Deporte en acción” quise rescribir mi cuento favorito, un clásico del siglo XX. “El amor” probablemente sea lo más cercano a un relato político que haya escrito. “El encantador de serpientes”, por su parte, fue publicado en estas mismas páginas unos meses ha. (Ver http://matetuerto.blogspot.com/2008_06_01_archive.html, al respecto.) Los más largos son “Viaje”, “La canción es la misma” y “ESO” –que da nombre al volumen (por llamarlo de alguna manera, a pesar de la tercera dimensión necesaria para tener –digo- volumen, ausente en todo formato virtual). Hablemos de los temas, eso que a veces parece no importar –pero sí, decididamente sí importan –al menos acá. “Viaje” habla de la competencia entre hermanos. Es, también, un relato de aprendizaje (¡puaj!). “La canción es la misma” transcurre en los días de escuela, y remite al primer Vargas Llosa, al de Cachorros y Jefes. “ESO” es varias cosas. Digamos que intenta consignar una mitología contemporánea en torno al genio creador (perdón).
El momento de las dedicatorias: cada uno de estos cuentos es menos malo de lo que podría gracias a la lectura, corrección y consejo de Facundo García Valverde, Sebastián Robles y Ariel Idez. A ustedes, putos: muchas gracias totales.

Matías Pailos