El Mate Tuerto

"Se fingirá el saber que no se tiene."

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Nombre: El Mate Tuerto
Ubicación: Argentina

08 julio, 2009

Carta a un hombre sin miedo

Querido Ángel:

Espero sepas disculparme el atrevimiento de llamarte por tu nombre y tutearte aunque no tengamos el gusto de conocernos. Bueno, a decir verdad yo sí te conozco; te conozco desde que eras el fiel ladero del único escritor que metió un gol en la final de un mundial, en su aventura como DT de los merengues. Después te vi alternar en algunos equipos argentinos con suerte diversa, tal vez por eso no le di mucha bolilla a tu designación como entrenador de un equipo otrora grande, que parece inmerso en una sempiterna crisis institucional y cuyo único objetivo a principios de año consistía en obtener una veintena de puntos para escaparle al fantasma del descenso. Y tenía que ser así: el mejor equipo sólo se podía gestar desde el lugar más frágil, desde el más incierto, en el máximo peligro, como decía Hölderlin, también anida la chance de nuestra salvación. Al principio parecía casualidad “Huracán ganó un par de partidos”, después un rumor sostenido “El que está haciendo una buena campaña es Huracán, eh”, y al final una feliz certeza “Che, pero qué bien que juega Huracán”. Y que me perdonen los dioses de las buenas letras, por el lugar común, pero vos tomaste un rejunte de jugadores y los convertiste en un Equipo. Cuando conocemos a una persona que nos deslumbra decimos que tiene ángel. A este Huracán vos le prestaste tu nombre, no era el equipo de Angel, fue un equipo con ángel. Y esos muchachos en los que vos depositaste toda tu confianza, ilustres desconocidos, Pastore, De Federico, Bolatti, se convirtieron por obra y gracia de tu fútbol en las figuras del campeonato. Pero ¿Cómo puede ser que fueran tan, pero tan buenos y antes nadie se hubiera dado cuenta? Voy a citar a tu amigo, Angel, él nos va a dar una mano: “El miedo condiciona el comportamiento de los entrenadores, que no solamente son poco creativos sino que le temen a los jugadores creativos. El entrenador tiene la obligación de imaginarse el partido que se va a disputar. Empieza a ver cómo contrarrestar los peligros posibles, y el jugador creativo, que suele ser un poco displicente, termina dándole angustia al técnico, que prefiere al jugador que le garantiza seguridad y rendimiento regular. El jugador que tiene una concepción más poética del juego es por lógica más intermitente”[1] . Vos no les tuviste miedo a tus jugadores y les trasmitiste esa misma valentía, les explicaste la falsa dicotomía entre jugar bien y ganar, les dijiste que se defendieran con la pelota, hiciste del pase preciso un dogma, la belleza fue tu emblema, la poesía del fútbol tu estandarte. Y, en la era del pánico, nos enseñaste a todos a no tener miedo. Yo creo que por eso te odiaba la Corporación Mediática, esa sistemática empaquetadora, distribuidora y comercializadora de terrores: los hombres sin miedo son muy mal ejemplo para una sociedad cuánto más cagada en las patas, mejor.

Angel querido, me sigo tomando cofianza, pero es que vos también me conocés: soy uno más de todos los hinchas anónimos que en esta sociedad de antagonismos se pusieron la casaca del Globo. Yo los veía, en los bares, en las oficinas, en las paradas de colectivos, completamente olvidados de sus mediocres equipos que se la pasan jugando a no perder, alabando el fútbol que desplegaba Huracán y sus intérpretes: la gambeta endiablada de De Feredico, los pasos de bailarín de Pastore, la frente en alto, el tranco seguro, sacando pecho, de Bolatti. Después de mucho, mucho tiempo, nos dieron ganas de ver a un equipo por la mera razón de que su juego representaba un hecho estético: con tu Huracán el fútbol recuperó por un rato su belleza en tanto juego, al margen de resultados, de especulaciones, de negocios turbios, de derechos televisivos y comisiones millonarias y evasiones impositivas. Nos devolviste, más que la pasión (ese significante turbio con el que se arropa la violencia corporativa de los barras y la fraudulenta complicidad de los programas de la tele), la alegría, nos diste un motivo para ser felices.
Y los resultados te acompañaban, por supuesto. Encima Huracán ganaba todos los partidos. Yo creo que esto puso muy nervioso a las autoridades. Hubo preocupación en las “altas esferas”. Un tipo sin miedo propone recuperar la belleza del juego y le está yendo bien: Atención. Peligro. Por eso esa saña con la que te pegaban los primeros planos en las transmisiones, la alcahuetada de leerte los labios, pero otra vez la pifiaban, porque nos mostraban una y otra vez la mirada de un hombre con el fuego de la ilusión prendido en los ojos, un hombre de pie con la frente en alto, un Hombre sin miedo.

Querido Angel, tu Huracán encarnó la estirpe de los equipos de veras Grandes: Hungría del ‘54 la Holanda del ‘74, el Brasil del ’82, y como ellos, va a lograr un mérito mucho mayor que la inscripción de un campeonato: perdurar en la memoria popular de todos los hinchas de fútbol. Gracias, Angel, porque si algún día tengo descendencia podré decirle a mis hijos y a mis nietos que pude ver jugar a tu Huracán, que fui gozoso testigo de la poesía que desplegaba sobre el césped de los estadios. No nos diste un burdo campeonato, Angel, pero nos regalaste un Equipo para Siempre.
Y sí, Angel, perdimos la final, consumamos el destino de las Buenas Causas y a pesar de ello, o por eso mismo, la seguiremos peleando. El antifútbol sabe jugar finales, qué duda cabe y suele recibir una mano de los poderes de turno. Vi la final en un bar de Saavedra con mi viejo. El bar estaba lleno y quedó gente afuera, y me la juego que ninguno era hincha de Huracán, pero todos alentábamos como el que más, puteábamos al árbitro, gritábamos los goles anulados y sentimos el frío acero en el pecho cuando se consumó la injusticia. Te cuento esto, para que sepas que no tuviste un cuadro, una parcialidad, tuviste todo un país de tu lado. Y por supuesto las cámaras se ensañaron con vos cuando supieron que podrían hacer leña del árbol caído. Y yo te vi de pie, firme. Aún cuando te mostraron sentado en el fondo de la banca, con los ojos cerrados, rumiando la derrota, pensando que todas las causas buenas se van a la mierda y que por eso mismo tiene el doble de valor encararlas, ponerles el cuerpo, pelear por ellas.

Querido Angel, me despido y aunque tal vez nunca te lleguen estas palabras, se que algo te llevará el viento, el susurro de un aliento, el eco apagado del grito sordo de gol. Me gustaría encontrarme con vos alguna vez, en la calle, por pura casualidad. Y entonces Angel yo te daría un abrazo. Nada más. Sin palabras. Sólo un abrazo, unas palmadas en la espalda y con eso quedaría más que claro mi mensaje.

Gracias Angel

Ariel Idez, Buenos Aires, 8 de julio de 2009.


[1] “Los responsables del azar. Conversaciones con Jorge Valdano” en Villoro, Juan, Dios es redondo, Bs As, 2006, pag. 211.

13 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Abrazamos la causa del toque corto, el pique al vacío y la gambeta perpetua, colocando nuestro deseo los más lejos posible de las sospechosas y fatalistas profecías en las que las almas bellas del fútbol enfriaban sus pueriles tórax ante la responsabilidad infinita de definir contra un pragmatismo enfermizo de pitidos inadecuados, pero el fatalismo profético impuso sin más sus propias condiciones.

8/7/09 14:51  
Blogger Playmobil Hipotético dijo...

la puta que te parió, estoy emocionado, ariel! Después escribo en extensión pero sólo quiero decir que el campeonato que merecia Huracán era un campeonato que no se lo podían dar los hechos, los brutos hechos, sino la sensación colectiva de que a Huracán le robaron el campeonato. Esa sensación que vos describís muy bien de que los buenos, los distintos no ganan es lo que alimenta aún más el mito "yo vi al Huracán del 09".

8/7/09 15:18  
Blogger Playmobil Hipotético dijo...

Quiero volver a laburar pero antes tambien tengo ganas de comentar algo. fui a buena parte de los partidos de local del Globo y en una fátidica decisión, fui al Ducó a ver la final. En cada uno de esos partidos, como una cábala implícita y velada, Ariel y yo nos mandabamos entre veinte y veinticinco mensajes de texto, comentando y titulando las distintas instancias dle jeugo; muchas veces, en el medio del salto por el gol que parecía no llegar más, el celular estuvo a punto de caer, los dedos se movían nerviosos buscando las letras; otros, lo llamaba y le ponía directamente el sonido ambiente de la popular.
En esa tradición cabalística de amigos que fue la nuestra, festejamos los goles bolivarianos, el heroismo de Gastón Monzón que se lo roban como se le roba al héroe, pegándole y dejandolo tirado, los goles de Golz y las pelotas de Bolatti.
Imagino que tardaré en volver a las canchas; pero espero que se sigan fabricando celulares con mensaje de texto cuando eso sea.

8/7/09 15:25  
Anonymous Matías Pailos dijo...

Vélez no es el antifútbol. Ciertamente tampoco lo es Lanús. Hay que hilar más fino para ver dónde está el enemigo. Pero acaso no sea necesario erigir frente a cada causa justa un Goliat malaonda. El Globo de Cappa fue por más, con talento y coraje. Y casi se da. Como las despedidas del Indio, estas derrotas heróicas son dolores dulces.

8/7/09 16:00  
Blogger Magalí dijo...

Sólo voy a decir que me emocioné. Hace unos meses, cuando ya éramos muchos los que hablábamos de este Huracán, tuve la oportunidad de compartir una mañana con Ángel. Y aunque me morí de verguenza pude decirle que el juego de su equipo estaba siendo un refugio para todos los que disfrutábamos del fútbol, aunque normalmente fuéramos hincha de otros equipos.
El domingo viví la final con emoción, ansiedad, tristeza y una sensación de injusticia que todavía no se borra

8/7/09 18:22  
Blogger Silvio Astier dijo...

El paso del tiempo me hace pensar que ya no se juega al fútbol como antes. El fútbol que se juega ahora me hace ver que estoy viejo. Huracán me devolvió algo que había perdido hace años: ver fútbol, ver un partido en el que la camiseta (de Boca, en mi caso) no esté involucrada. Y no abandoné la práctica de verlo por puro desenfado, es que ya no hay equipos que jueguen al fútbol.

Salvo Huracán.

Y haciéndole justicia digamos que este Huracán no le hubiese ganado a su antepasado de Cuper ni a tantos otros equipos, porque no ha jugado un gran fútbol. Pero ha jugado mejor que el resto, por mucho.

Sucede que, al igual que un jugador cualquiera declara para la mass media que "(poner el nombre de cualquier equipo) es un equipo complicado", del mismo modo nos acostumbramos a ver un equipo que juega bien y pensar en que es el equipo de los sueños.

Sin dudas Huracán me devolvió la posibilidad de ver fútbol. Sin dudas sufrió la afrenta heroica de la injusticia cósmica. Sin dudas ha roto otro viejo slogan bilardista "del segundo no se acuerda nadie". Sin dudas Angel es un hombre valiente, y sus jugadores estuvieron a la altura del desafío.

He visto muchos equipos mejores. Pero sólo porque soy viejo.

8/7/09 19:46  
Blogger el trico de José Ingenieros dijo...

Soy conciente que la nostalgia y la melancolía no son buenas consejeras, especialmente cuando uno ya se va poniendo "viejito", donde la emoción y la sensibilidad están a flor de piel, y más aun, cuando el autor de la nota que origina este comentario es su propio hijo. Pero todo este sensiblero introito es porque quiero decirte que me vienen a la memoria aquellas épocas en las que dabas tus primeros pasitos en la literatura: "LA LUNA DE SAAVEDRA", ¿ Te acordás ? Alguna vez me dijiste que yo era tu hincha más fanático. Bueno pibe, hoy volviste a hacerme emocionar.

9/7/09 13:36  
Anonymous Anónimo dijo...

Hace mucho tiempo que no comentaba aqui, pero debo decirte, Ariel, que tu post me ha conmovido. Los bemoles de la sinfonía del hombre sin miedo atravesaron la cordillera llevados por el viento que a todos convoca. También ví y gocé con el Huracán 2009 y también rabié y me indigné con la forma en que los asaltaron a cinco minutos de llegar a la meta. Tal vez es como tú dices y más vale que estos equipos fantásticos queden en el recuerdo como algo que estuvo a punto de ser. La memoria disfruta más con ilusiones que con certezas, y los globos tarde o temprano se esfuman.

Te mando un abrazo. Y por cierto, buenísima tu novela.

Gernández.

9/7/09 13:52  
Anonymous Ariel Idez dijo...

Gracias Anónimo, muy buena su arenga barroca, ojalá al igual que con el fatalismo, también haya una profética redención.

Playmobil: esos mensajes deberían ser atesorados en las vitrinas lustrosas del museo de la pasión y la amistad. Con gusto compartiré las gradas del Ducó en el primer partido que juegue el Globo en el próximo torneo.

Querido Matías, el robo, la impotencia ante la injusticia, no es un dolor dulce, es una amarga angustia. No culpo a Velez, equipo ordenado y eficiente (como una buena empresa) que merece mis respetos. Exalto a Huracán, equipo glorioso, valiente, arrojado, heroico y trágico, que guardaré para siempre en mi memoria futbolística.

Gracias Magalí, qué bueno haber podido comartir un café con Angel, si lo vuelve a ver por favor dele un abrazo de mi parte.

Gracias Silvio, comparto sus opiniones, aunque no se lo ve tan viejo en la foto, eh. Yo he visto muy buenos equipos argentinos en mi vida, pero uno que convoque la adhesión del resto de los hinchas por su estilo de juego, ninguno como este Huracán, que yo recuerde.

Gracias Papá, por inculcarme el gusto por el buen fútbol y las causas nobles.

Hola Gernández! Qué bueno tenerte por acá, cuánto me alegra que la belleza de Huracán haya cruzado la cordillera. Muchas gracias también por el elogio a la novela, me alegra que te haya gustado.
Te envío un gran abrazo transcordillerano.

9/7/09 16:17  
Anonymous MP dijo...

Con esto termino de cruzar las referencias. Otra alma herida: http://wlwh.blogspot.com/

11/7/09 16:43  
Anonymous Anónimo dijo...

que mentira el pastor cappa! mas mentira que el pastor gimenez!

20/7/09 16:12  
Anonymous AI dijo...

¿Por qué mentira, anonimo? ¿Viste algún partido de Huracán? ¿Viste cómo trataban la pelota jugadores que apenas un torneo atrás la reventaban a la tribuna? ¿Te parece que Cappa no tiene nada que ver?
Saludos

23/7/09 12:25  
Anonymous hector dijo...

vos pensás que Valdano es un escritor? Te recomiendo que empieces a indagar un poquito en la literatura universal porque lo que decís es síntoma de una incultura que da miedo. No nos agredas con tu mala prosa.

17/3/10 15:20  

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