No te maquinés
Ante el inminente comienzo de un nuevo mundial la decepción se renueva. Días atrás se reveló el secreto mejor guardado y la canción oficial de la gesta mundialista fue dada a conocer; Il Divo: cuatro pibitos facheros que comen pasta Light y entonan con voz ídem adagios y allegros de ópera pop (o ¡Plop!), acompañados por una morocha-que-raja-la-tierra, cantan con falso sentimiento exasperado un montón de estrofas musicales insulsas. Eso, sí, todos ponen las caras sufridas y esforzadas de dos semanas de vientre constreñido, como si estuvieran cantando un responso en el mismísimo velorio del fútbol.
Y, otra vez, no queda más remedio que ejercitar la memoria musical (apoyada por las campañas publicitarias que cooptan los sentimientos más genuinos para vender los productos más imbéciles) y remitirse a esa obra maestra de Benneto Nannini, Un State Italiana, la canción oficial de Italia 90.
Basta con escuchar ese solo de guitar hero que abre el tema para ponerse la piel de gallina. Desde entonces, nada fue igual, a pesar del enorme bagaje musical de algunos países anfitriones ¿Van Halen en USA 94? No, apenas el penal pifiado de Dianna Ross a dos metros del arco en la ceremonia de apertura ¿Benjamin Biolay susurrando la tristeza de la pelota solitaria en la mitad de la cancha un domingo de lluvia en Francia 98? No, Ricky Martin batiendo las caderas al ritmo de livin’ el fútbol loco.
Supongo que esta tragedia se desencadenó el día que los organizadores delegaron la responsabilidad de la canción mundialista a manos de los analistas de marketing. Y éstos, tras un sinnúmero de análisis de mercado y focus group, acaban por componer una canción a la medida del gusto de todo el mercado global, es decir, al gusto de nadie.
Ya quedaron lejos los días en que Azzociazioni de Calcio podía convocar una figura pop local y encargarle esa crucial tarea -Eh, Nannini, ma’ componete una cancione mundialista- y Benneto, a dúo con la chica de voz cascada, escribir y cantar una canción simple, emotiva, que hable de una justa de colores, del viento acariciando las banderas, de un estadio italiano, una aventura y más: que evoque noches mágicas llenas de goles y que explote en un estribillo pegadizo y termine bien arriba con el clímax de un grito de Gooooooool!
Zedi Cioso
Y, otra vez, no queda más remedio que ejercitar la memoria musical (apoyada por las campañas publicitarias que cooptan los sentimientos más genuinos para vender los productos más imbéciles) y remitirse a esa obra maestra de Benneto Nannini, Un State Italiana, la canción oficial de Italia 90.
Basta con escuchar ese solo de guitar hero que abre el tema para ponerse la piel de gallina. Desde entonces, nada fue igual, a pesar del enorme bagaje musical de algunos países anfitriones ¿Van Halen en USA 94? No, apenas el penal pifiado de Dianna Ross a dos metros del arco en la ceremonia de apertura ¿Benjamin Biolay susurrando la tristeza de la pelota solitaria en la mitad de la cancha un domingo de lluvia en Francia 98? No, Ricky Martin batiendo las caderas al ritmo de livin’ el fútbol loco.
Supongo que esta tragedia se desencadenó el día que los organizadores delegaron la responsabilidad de la canción mundialista a manos de los analistas de marketing. Y éstos, tras un sinnúmero de análisis de mercado y focus group, acaban por componer una canción a la medida del gusto de todo el mercado global, es decir, al gusto de nadie.
Ya quedaron lejos los días en que Azzociazioni de Calcio podía convocar una figura pop local y encargarle esa crucial tarea -Eh, Nannini, ma’ componete una cancione mundialista- y Benneto, a dúo con la chica de voz cascada, escribir y cantar una canción simple, emotiva, que hable de una justa de colores, del viento acariciando las banderas, de un estadio italiano, una aventura y más: que evoque noches mágicas llenas de goles y que explote en un estribillo pegadizo y termine bien arriba con el clímax de un grito de Gooooooool!
Zedi Cioso
9 Comentarios:
Lamento comunicarte que el gusto de nadie es el gusto de la primera minoría (de la que, en este caso, estamos excluídos). Esos muchachacos hacen roncha entre muchos. Mi vieja, por caso.
Descarto a 'No te máquinés' como himno de la Copa en Alemania. Pero nada les hubiera costado llamar a Kraftwerk, que además están entrenados en esas lides: dedicaron un disco entero al Tour de France. Si no Kraftwerk, no sé, Can. Incluso podrían haber convocado al corazón alemán de Brian Eno, siquiera dejarlo hacer una versión libre del ignoto tema a cargo de ''Il Divo'.
Para finalizar: ¿alguien escuchó el tema? Lo peor no es que sea insufrible. Lo peor es que nadie lo escuchó.
Nadie lo escucha porque el tema es tan, pero tan malo que nadie lo utiliza como para las cortinas o promociones de los programas mundialistas. Es un tema hecho para que nadie lo escuche ni lo quiera escuchar.
Creo que es la que usan en la propaganda de CTI, que es una de las pocas medianamente lindas sobre el mundial.
y hablando de canciones del mundial siempre recordaré "25 millones de argentinos" acompañado simultaneamente de un horrible escalofrío.
saludos.
Hay un tema del '78 que compuso Giorgio Moroder que está muy bien. Pero no sé si es '25 millones...', creo que no.
Usted Pailos lo llevó a la cuestión musical, yo me refería a la inevitable asociación que uno hace con ciertas marchitas y ciertas épocas nefastas, recordad también "tras un manto de neblina.." (pero ese fue otro juego, no?)
Sí, es verdad, derrapé. Disculpenmé.
es que la internel no tiene tonos...
Sí,P. de Pau, el tema del 78 es escalofriantes, como si el estribillo dijera en acero "el fútbol los hará libres".
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