Sexo y carácter
Los resultados que el último escrutinio arrojara muestran que la suma asciende a 19. 19 son las chicas con las que tuve sexo. (Comentario: No queda claro si el número reseñado revela modestia o altanería.) Houllebecq afirma que el principal conflicto del varón heterosexual antes de los cuarenta es cómo controlar la eyaculación precoz. Después de los cuarenta, lo que único relevante es cómo mantener una erección. Durante mucho tiempo lo que concentró mi interés era cómo hacer que acabaran. O más modestamente: cómo hacer que gozaran. (Nota: ‘gozaran’ es espantoso. Suena, a la vez, cursi y remilgado. ‘Pasarla bien’ está mejor, pero resta precisión.) Lo desconocía todo. Pensaba en la mujer como en un mecanismo más, con botones clave a pulsar que debía descubrir. Ignoraba o restaba importancia a los tiempos, a los ánimos, a las preferencias e historias. Así me iba. (Comentario: el autor debería comprender que el modelo de la mujer como mecanismo no es del todo incorrecto. Lo errado es pensar que cada mujer es el mismo mecanismo que las demás. Lo errado es pensar que la mujer es el mismo mecanismo cada vez. (Comentario: ¿no valdrá más, entonces, echar por la borda la idea de la mujer como robot?)) Con la primera mujer que estuve, a la sazón mi primera novia, fui todo lo horrible que un hombre puede ser en el imaginario femenino. Al menos se me paraba. Por otra parte, ¿qué menos se puede esperar de un hombre de 18 años? Se la metía a suma velocidad y acababa más rápido aún. Quizás mi historia sexual se explique como la sumatoria de mis rectificaciones. (Comentario: Trillado. Trilladísimo. Simplificador y sobresimplificador. Esfuércese, caballero: usted puede hacerlo mejor.) Lo siguiente relevante fue la mujer más importante de mi vida. Resulta significativo que el sexo con ella no haya sido bueno –y eso que tuvimos más de un año para mejorar. (Nota: pero de hecho mejoramos. Conservo el interrogante, sin embargo: ¿alguna vez logré arrancarle un orgasmo? Temo la respuesta.) Después fue una suma de boludeces y el inicio de los buenos momentos. La rubia de un metro ochenta acabando y acabando, la madre soltera poniendo los ojos en blanco y dándome material masturbatorio para el resto de mis días, luego los traumas otra vez. (Nota: es el momento para abandonar el orden cronológico.) La mujer amada que me excitó con solo levantar las piernas y dejar que se la chupara, por más que se negara enfática y sistemáticamente a ponerse en cuatro, y la otra rubia, la que logró hacer aflorar todas mis inseguridades a la vez con solo tener el mejor físico imaginable y lograr con una pregunta (“¿puedo ver el forro?”) o una demanda (“mostrame el forro. Necesito verlo”) que mi autoestima se estrellara contra el abismo más profundo porque no, no había acabado y sí, había fingido un orgasmo y sí, me sentí el más idiota y sí, pensé que nunca más se me iba a parar y sí, me sentí el peor amante del universo. (Nota: bien. Siempre te queda bien exagerar y sobreexagerar.) (Comentario: sí, sí, sos el peor de todos… ¿alguna vez vas a dejar de pensarte en los extremos? ¿Alguna vez vas a dejar de pensarte como extraordinario?) Cogí en cantidades industriales por períodos cortos de tiempo, pasé meses sin verle la cara a Dios. Tengo algunas deudas; todas pesan menos que las ganas formidables de coger mucho, todo el tiempo. Viviría atornillado. (Comentario: ¿cómo decía el Indio…? “A veces se te va la mano…”) Una tetona pasó meses chupándome la pija en la calle. De vuelta a casa, extremadamente alcoholizado, desperté con el 152 internándonos en lo oscuro de Olivos, demasiado lejos de casa. Bajamos y cebado y sacado la arrinconé contra el equivalente contemporáneo de un zaguán, la puse de espaldas, bajé su pantalón y propiné unos pijazos rápidos y enfáticos que lejos estuvieron de hacerla acabar, pero que terminó conmigo riendo por cuadras y revoleando el forro contra el tejado de una casa baja. Esa misma chica de aspecto gatuno tuvo a bien disfrazarse de colegiala, con pollera corta tableada y colitas a tono y tuvo a bien ser castigada en pleno trance porrero con violentas nalgadas. Me saqué, realmente me saqué –y no fue la única vez. A otra la puse en cuatro y le di de derecha y de revés y me fui al carajo. Era violencia y era agresión y se recalentó y me recalenté. Con esta me di a los malabares. Como soy retacón y fuerte la cogí parado muchísimas veces, sin apoyo en pared ni nada de nada. Pura proeza física. Le conté historias. La llené de historias. Le conté que la violaban, que la cogía otra mina, que la cogía un caballo, que la cogía Jesús. Le conté que la cogía el padre, y acabó siempre y cada vez. La cogí mientras hablaba con el mismo padre con el que la había hecho coger, y lo mismo hice hace poco con otra, porque soy medio enfermito. (Comentario: ¿quién te creés, salame? Cualquiera tiene de esas historias. Cualquiera tiene mejores historias. Porque lo que molesta no es que tengas esas historias, sino el orgullo desmedido con que narrás incluso tus fracasos.) Dos veces estuve cerca de cogerme dos minas. En una arrugé, en la otra comprendí que no quería, no en ese momento, no con la otra. Espero con ansiedad la tercera.
Cogí, cogí emporrado, cogí enamorado, cogí emporrado y enamorado. Se les recomiendo enfáticamente. Se los vuelvo a recomendar.
Me gusta tanto coger que me gusta más coger que acabar.
Hasta hace poco tenía problemas con todas mis primeras veces. Me consideraba agradecido si se me paraba. Sigo con esos problemas.
Hasta hace poco pensaba qué iba a ser de mis cenizas. Ahora lo único que quiero con relación a mi muerte es que cuando acaezca, a mis jóvenes 115 años, me permitan clavarme esa muy sofisticada droga que haga que se me ponga tiesa como un caño y me haga delirar como cada vez que fumé y cogí y fumé y cogí hasta que venga una pendeja recién salida del secundario, flaca, alta y con tetitas, que haga desaparecer el caño de mis ojos.
Matías Pailos
Cogí, cogí emporrado, cogí enamorado, cogí emporrado y enamorado. Se les recomiendo enfáticamente. Se los vuelvo a recomendar.
Me gusta tanto coger que me gusta más coger que acabar.
Hasta hace poco tenía problemas con todas mis primeras veces. Me consideraba agradecido si se me paraba. Sigo con esos problemas.
Hasta hace poco pensaba qué iba a ser de mis cenizas. Ahora lo único que quiero con relación a mi muerte es que cuando acaezca, a mis jóvenes 115 años, me permitan clavarme esa muy sofisticada droga que haga que se me ponga tiesa como un caño y me haga delirar como cada vez que fumé y cogí y fumé y cogí hasta que venga una pendeja recién salida del secundario, flaca, alta y con tetitas, que haga desaparecer el caño de mis ojos.
Matías Pailos
21 Comentarios:
bueno... yo, te felicito.
te felicito, y espero comentarios femeninos.
mirá vos che, la vida en un gran resumen
Voy ensayando el cuarto tipo de comentario y en todos sale un que cojones Matías!!!
Que bonita-violenta forma de confesarse que tiene!
veo que finalmente te decidiste a leer Houllebecq, lo bien que haces. Te gusto?
Sólo digo lo siguiente: en el celebérrimo post "Paradas", era otro al que le había pasado lo de que le miraran el forro. Lo cual sugiere la pregunta: ¿cuántas cosas adjudicadas a otros serán de tu propiedad?
(¿Ha visto? Ya hay matetuertólogos.)
PD: Lentamente, voy volviendo al mundo blogger.
Estuve pensando cómo reaccionarían las lectoras. Me parece que, contra nuestras prevenciones masculinas, Zato, no se toman este tipo de declaraciones a mal. (Gracias libélula, a este respecto.)
ML: no diferencio muy bien entre mi entorno y yo. Así que le voy previniendo que voy a seguir robándole afirmaciones, gestos y actitudes. (Celebro su vuelta.)
Ojo que puede que yo no sea el prototipo de mujer tampoco eh? Ya van a llegar mas mujeres a reivindicarme.
Si yo escribiera este mismo post con mis mismísimas confesiones el signo jodida (puta, sin corazon y otros) quedaría asociado para siempre a mi nombre y estoy en pos de una imagen menos jodida de mi misma. (??)
¿Y por qué podriamos tomarlo a mal MP? ¿Cuán diferentes cree que son nuestros pensamientos acerca del sexo?
Justamente estoy sorprendida de las varias coincidencias conmigo que encontré aqui... Te digo dos por lo menos: totalmente de acuerdo, enamorado + porro + sexo es bárbaro. Y también la idea de preferir coger que acabar... o más bien, coger sólo y nada más que para acabar a veces aburre.
Con lo del orgasmo en las mujeres a veces pienso que... hay que tener en cuenta la diferencia de "soporte" del mismo, es decir, no es lo mismo que el soporte sea interno (mujeres) que externo (hombres), y como toda cosa que está escondida, adentro, suele tener actitudes varias y desconcertantes...
Lindo post como siempre
Sigo dejando mensajitos (me averguenza el fanatismo que tengo por éste blog): exacto Libélula, coincido, me pasa lo mismo, si yo escribo ese post, o enumero aqui las coincidencias con el post de MP, probablemente traería aparejado comentarios como los que decís; puta, trola, jodida, perra, etc...
Quizás la cosa pasa por ahí, nosotras (al menos yo) no nos confesamos abiertamente (por ahora) para evitar esas asociaciones.
Y de paso, esto tiene que ver con todo, me pidieron en mi blog MP, que escribamos en conjunto un post de sexo (!!!!!!)
Muy bueno, muy bueno. Todo un hallazgo este blog.
Debo confesar que mis experiencias sexuales no son tan variadas como la suya, aunque no porque yo no quiera. Un ejemplo, en el verano fui en avión a Chile, le propuse a mi pareja tener sexo rápido en el baño y me sacó cagando. Se lo propuse también en la playa, pero que hace frío, que no hay como la cama...
Pero qué va a hacer, cuando uno está enamorado se lo banca igual, como usted dice por ahí.
No sé si mezclar cannabis con sexo sea una buena cosa. En mi caso para nada: la verga no se enhiesta, y se debe esperar un rato que parece eterno.
Aunque todavía no pruebo con la cocaína y el sexo.
Habría que callarse y simplemente hacerlo. Lo que sea.
Pasé por acá y me detuve a leer. Que buena frase: " me gusta tanto coger que me gusta más coger que acabar".
Coincido.
Saludos
Increíble cifra, ya me ha sacado dos dígitos de ventaja. Y todavía recuerdo el día que le hice un croquis del cunninlingus. Que lejanos han quedado aquellos tiempos. Querido Pailos, no sé que está haciendo usted de su vida, pero me late que es algo muy parecido a la literatura.
Confieso que tenía ganas de saber que se comentaba antes de escribir algo, y me alegra coincidir con mucho de lo que dicen Lib y Simpática, de hecho yo también lo primero que pensé es que pensarían de mí si escribiera éste post(con las variaciones de género, off course).
Y me doy cuenta que todo sigue igual, mucha modernidad y mucho blog, pero si una mina confiesa la mitad de lo que decís sería tildada de trola (y creo que las primeras que pensarían eso son otras mujeres!!!)
Yo no tengo nada que confesar, mi mayor disfrute pasa casualmente porque se sepa poco de mí.
Excelente post Matías.
Simpática: somos varios los integrantes del fanclub!!
Saludos.
Lib, SYP y Pau: quizás las tildarían de putas, es verdad. El problema no está en lo que digan de uno sino en la importancia que uno le otorga. (¡Ajjj...! Es que, entiendan: ayer fui a mi analista y quedé diciendo obviedades...)
SYP: lo de gustar más de coger que de acabar es un rasgo femenino, ¿no? (Esto va también para madmoiselle alma, que firma más abajo.)
La idea del post a cuatro manos es excelente. Pongámonos en contacto y llevemos a cabo este proyecto de una vez.
Zed: ese croquis me acompañó por años. Hoy duerme el sueño de los justos en mi circular arcón de los recuerdos.
Enamorado: usted no proponga nada; solo haga. Si lo paran... bueno, veremos. Pero no pregunte.
RSB: No le recomiendo la cocaína para eso. Me dicen que el éxtasis funciona mejor.
Muy bueno! Hay que escribir y escribir cogí, cogí y cogí sin ser obsceno! Te felicito! ¿Para cuándo el libro? ¿O ya lo tenés?. Un abrazo! Silvia
Sí, sí, divertido...
Alguna vez, no creo que postee, pero me gustaría escribir algo similar, y llevarlo al teatro.
¿qué edad tiene ud?
saludos
Rompo la armonia con la excusa de que el 17 es de mala suerte.
No lei todo, quiero decir,fui a salto de mata. Para lo obvio hago memoria y me aburro de mi.
Humildemente, y tomandome esto como una confesion de vida privada con alguna que otra intencio de literatura, no creo que tu vida sexual tuviera acompañantes. Despues de leer, o semi leer, me parece que en realidad todo el tiempo cogiste con vos mismo. En terminos psiquiatricos, digamos que tu escritura es un arrebato de narcisimo imbecil. Y digo escritura para dejar bien guardad tu vida privada.
Quizas por eso me da cierta nostalgia, y bronca tapada, los comentarios femeninos. En la maquina del yo yo yo, yo y mis objetos, yo y mi pija, yo y el forro con el que tapo mi pija, yo y mis dudas con como tengo la pija, yo y los objetos, perdon mujeres, que rodean a mi pija. En todo eso parecia veniamos siendo diferentes.
Pero que mas da! Los tiempos cambian, habra que tomar daiquiris y salir de caceria.
Ah por cierto. Si esto es un arrebato a lo Houllebecq, mi opinion es que te hizo muy mal. Solo confirma que es el comodo pensador de la derecha pasiva.
Somos tan buenos para pelear y tan malos en la cama, diria alguien que si te haria bien leer. O volver a leer.
Si me tome todo muy en serio, pido disculpas.
Silvia: creí haber sido obseno. Me siento algo frustrado. El libro (sobre este tema y afines) está. Ahora tengo que lograr publicarlo.
Marina: 30 años.
Anónimo: No leí Houllebecq, pero tengo ganas. ¿El que citás es Bolaño? Sí, quiero releerlo. (Nada de deberes, por favor.) Mi escritura es un arrebato de narcisismo. Confiaba que no fuera tan imbécil.
si me lo decis de frente te cago a trompadas... asi demostramos quien tiene el puño duro y quien la pija blanda (en caso contrario, yo no le pego a las mujeres, no por machismo, sino por deporte, tampoco me agarro con un peso pesado).
el ataque desinteresado y desapegado y superado y psiquiatrico no me convencen cuando el narcisismo se escribe con nombre anonimo.
por tus formas no se si sos bueno en la cama o malo en la disputa.
mostra tu cara, no seas cobarde, porque, indudablemente, perteneces a la izquierda revolucionaria.
(si sos conocido sera tambien trompadas... a la primera sangre.
si sos mujer te puteo y de digo cosas como frigida y asi, que las convicciones no repriman nuestros prejuicios).
(Nico en The end me hirve la cabeza).
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