El Mate Tuerto

"Se fingirá el saber que no se tiene."

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Nombre: El Mate Tuerto
Ubicación: Argentina

05 junio, 2008

Teoría de la acción seductiva (1): la deducción trascendental del beso

“Dar un beso es como saltar edificios en la matrix. Nadie lo logra la primera vez.”
Neo Anderson


No estoy seguro de que se pueda deducir trascendentalmente un beso. Lo intenté. Pero no me salió. Algunos intentan demostrar la existencia de Dios. Otros, la del éter. Yo sólo quería deducirte un beso. Estuve cerca. Desarrollé el argumento de manera sintética y precisa. Las premisas eran todas verdaderas. Vos, yo, tu boca, la mía, la fuerza de gravedad, nuestro deseo. El beso se seguía necesariamente. No había ningún mundo posible donde se dieran esas condiciones y el beso no aconteciera.
Vos me desafiaste con la lógica irrefutable de la realidad.
“Beso, no hay”.

Los besos no se deducen. Los besos se dan. Se roban. Se quitan. Se piden “¿Me das un beso?”. Se anuncian “Te voy a dar un beso”. Se niegan “Te lo voy a hacer difícil (Ah, entonces me lo vas a hacer)”. Está la trampa artera. “¿Alguna vez te dieron un beso porteño?”. Los sofismas “(Dame un beso ahora) Si no, no me lo vas a poder dar más”.
La apelación a la piedad “Por favor, por Dios, por el perro”. E incluso la empatía “Si yo fuera vos, me daría un beso”. Sin embargo, la madre de todos los recursos es la insistencia. No obstante, para quien trata de deducir un beso, recurrir a lo empírico es lamentable. Y algunos recursos lo son más que otros. En mi escala de valores, primero está el beso zen. Obtenido por medio de la no acción y el silencio. El beso zen no hace, se deja hacer. Poner en movimiento, sin quererlo, las fuerzas seminales que, en algún momento, darán lugar al beso. Después le siguen los intentos constructivistas. Esta escuela plantea el beso en la boca como una batalla. No importa las fintas o la agilidad del oponente. Siempre que corre la boca deja al descubierto alguna zona vital donde es posible asestar un golpe. El cuello, la nuca, la oreja o el hombro son zonas que trasmiten el placer como una reacción en cadena al resto del cuerpo. Ninguna persona que no sufra de una severa disociación con su cuerpo puede resistir demasiado tiempo estos embates. Por último, están los recursos del divino Ulises: las falacias, las trampas y los robos. Aquí entramos en el reino de la razón instrumental. Sólo fines, sin importar los medios que utilice para alcanzarlos. Es la línea que siguen bilardistas y amantes del calcio. “El buen juego dura 24 hs, los resultados toda la vida”. Y su moral, es la moral de la vergüenza. El mal es lo vergonzoso. Y sólo es vergonzoso no tener éxito. Éxito es más cantidad y calidad de besos, índice este último que se suele medir tomando como referencia las revistas del kiosco de diarios.

El deductivista es indiferente a estos intentos pragmáticos. Todas estas técnicas son versiones degradadas del beso perfecto, el beso trascendental. Aquel que es condición de posibilidad de todos los besos espacio temporales. Deducir trascendentalmente un beso significa demostrar que no puede darse el caso que no me des un beso. Los irracionalistas rabiosos escupen sobre la subjetividad del teórico trascendental. Sin embargo, la crítica más dura viene del lado de los consecuencialistas. Recurrir a lo empírico funciona. Un teórico duro, no se amedrenta siquiera ante el tribunal de los resultados. “La demostración trascendental del beso es válida, el problema con X es que nunca la llegó a comprenderla”. Pero esto tampoco vale. No hay consecuencia lógica pragmática. No se puede partir de las ideas para terminar en el acto. Entre teoría y práxis. Entre pensamiento y acto, sólo hay un salto. Sobre un abismo insondable. Abismo sostenido por un paralelismo ontológico irreductible. Res cogitans verus res extensa. En un mundo así, sólo Dios puede ser la causa real de los besos. Nuestra voluntad, es una mera causa ocasional. Esto, lo hemos olvidado. Por las sucesivas reencarnaciones. O cuando fuimos expulsados del paraíso. Pero basta con mirarla a los ojos para saber: el abismo existe. Hay quienes, frente a semejante horror, se refugian en el alcohol. El problema suele ser que lo que ganan en lubricidad y fluidez a la hora del salto, lo pierden en precisión. Y terminan aterrizando con el beso en cualquier lado. Estrellados contra un piano. Suspendidos en el aire, el cuello estirado, hasta perder el equilibrio.

Nacho

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34 Comentarios:

Blogger julieta eme dijo...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

5/6/08 11:47  
Blogger julieta eme dijo...

guau, nacho. esto supera en mucho mis expectativas con respecto a Teoría de la acción... impecable. perfecto. me encanta el estilo. para leerlo y re leerlo.

5/6/08 11:53  
Blogger julieta eme dijo...

nacho: ¿cómo se hace para deducir una cita, o un encuentro: sexual, romántico, o lo que sea?

espero futuros capítulos...

5/6/08 12:14  
Anonymous Anónimo dijo...

No puedo parar de reir! Me encantó la 1º parte de la "TAS", y espero más.

Beso,

Romina

5/6/08 12:32  
Anonymous Anónimo dijo...

El beso zen es dificilísimo en tanto primer beso. Mis aproximaciones iniciales son casi invariablemente constructivistas, a menos que el nivel etílico o tehacheístico en sangre sea elevado. Es muy importante la maniobra de Juyitsu, que saca provecho de la energía evasiva del oponente y reconvierte una finta ajena en un tiro al blanco propio. (A un blanco que no es el rojo de sus labios, pero que no por eso es un tiro en saco roto.)
En estos casos la ortodoxia es irracionalista, y profundamente creyente: uno es el elegido. Siempre.

5/6/08 13:07  
Blogger perra de agua dijo...

cuántos besos tenés pensado recaudar con la deducción trascendental de uno?

5/6/08 13:10  
Blogger nacho dijo...

Gracias a todos y todas por sus comentarios. Esta es la primera muestra de la Teoría de la Acción Seductiva (en adelante TAS). Intentaremos recoger con los autores todas las ideas que dejen de aquí en adelante.

Jul: no se me había ocurrido la idea de deducir trascendentalmente una cita.Veré que dicen los especialistas kantianos al respecto.

MP: jujitsu. Claramente tiene que estar incluido en una versión ampliada. También lo del elegido. Muy matrix. Tomo nota.

Perra: lo mío es amor a la sabiduría. Pero si cae un lindo beso de rebote, será bienvenido.

5/6/08 13:55  
Blogger perra de agua dijo...

Uno solo? No se haga el humilde. Tanto empeño en la búsqueda de la sabiduría colectiva merece más que uno.
Ahora ud dice que la insistencia es la madre de todos los recursos, pero si me habla de mi madre yo no sé si le daría un beso.

5/6/08 14:07  
Blogger Julieta dijo...

Ser...yo de análisis no sé nada y menos cuando a puro balbuceo se expresa el cuerpo.
creo que cuando se trata del decir de un beso no lo pienso mucho y mejor lo doy. Después de todo los impulsos son lo más cercano a lo sublime que tenemos.
Uno, dos, más besos para ud!

5/6/08 19:25  
Anonymous Anónimo dijo...

Romina: mil disculpas. Me olvidé de agradecerte personalmente. Imperdonable. Es un placer tenerte por acá. Ya viste como te afané lo del TAS.

5/6/08 20:32  
Anonymous Anónimo dijo...

Perra: ¿Tu también eres hija de la insistencia? ¡Oh divino incesto!

Julieta: Kiss non verba, a full.

5/6/08 20:42  
Blogger perra de agua dijo...

Preferible ser hija de la insistencia a ser hija de la lágrima. me hiciste reir. Eso suma para los besos.

5/6/08 20:54  
Blogger j. dijo...

Nacho, me encantó el post! Me reí muchísimo, y como dice Julieta, es para releer unas cuantas veces más. De todos modos no creo que sea bueno (salvo en casos muy puntuales y difíciles, véase post anterior en este mismo blog) *pedir* un beso; significa que uno tiene que rogar, que ya perdió la batalla, que si viene beso es de favor. Tampoco creo que la insistencia, si es efeciva, genere un buen beso. Porque una cosa es el beso de onda, digamos, y otra el beso "te beso pa'que me dejes de joder, mirá".

5/6/08 23:11  
Blogger Playmobil Hipotético dijo...

No hay duda; si hubiera algo así como el papa de los zen, y si además de eso, tuviera que promocionar el zen, usted tendría s usted tendtodos los números. El beso zen seduce por todas partes; como algo que ni siquiera respodne al orden de los humanos, convertidos en mero recipiente semivacío de ese beso que ha esperado años por imponerse sobre labios ajenos.
Sin embargo, a esta altura y dado la economía escasa de nosotros los investigadores, usted debería estar más cerca del coaching seductivo que de la mera teoría; es más. yo le preguntaría lo siguiente.
¿Por qué cada vez que le voy a dar un beso a una chica por primera vez , a pesar de saber que esté todo bien, tengo que anunciarlo verbalmente: verbigracia: "bueno, y ahora viene el momento donde yo te beso." "¿qué te parece si te callás y yo te doy un beso?" o "sí, tenés razón pero te voy a dar un beso" y así. ¿Por qué necesito esos efectos perlocucionarios?¿Es sólo mala lógica?
Gracias doctor.

6/6/08 03:14  
Blogger julieta eme dijo...

ja ja... muy bueno, PH... me encantó lo de "¿qué te parece si te callás y yo te doy un beso?"... ja ja... es así, hay gente que le tiene terror al silencio, pero un poco de silencio en medio de una linda charla nunca viene mal...

6/6/08 10:06  
Blogger L dijo...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

6/6/08 13:28  
Blogger L dijo...

Bueno, al final me animo a comentar. La culpa es de Playmobil que desenmascaró el cartel luminoso "ahora te beso" que uno siente que tiene que prender cuando va a besar. Es como el cartel luminoso de "aplauso". Bien PH. Yo creo que los que sufren "el mal del cartel luminoso" son aquellos que tienen el tipo obsesivo-deductivo ¿me equivoco? El deductivo alimenta al obsesivo y le dice "siempre existe la posibilidad de que te corra la cara". La seguridad lógica es muy jodida. A pesar de que el mal del cartel parece incurable, de vez en cuando está bueno dar el beso de sopetón, aunque más no sea bajo efectos etílicos o de otra clase. Va bien. La mente O-D los disfruta más porque es novedad.

6/6/08 13:36  
Anonymous Anónimo dijo...

ejemplo de excelente beso y cómo y cuándo darlo, es el de la escena de expiación deseo y pecado, cuando se besan por primera vez.

6/6/08 15:10  
Anonymous Anónimo dijo...

Ostento orgulloso el record de caras corridas de lectores de este blog. Papá...

6/6/08 20:00  
Blogger nacho dijo...

Queridos PH y L,
La inseguridad nos hace hablar de más. Y pensar de más nos hace inseguros. Si Manu Ginóbili pensara que “siempre existe la posibilidad de no embocarla”, sería filósofo en lugar de basquetbolista.
No obstante, los que padecemos de este mal tenemos una solución. Pero hay que recurrir a la práctica, algo que el tipo obsesivo-deductivo desprecia (sólo a un tipo obsesivo-deductivo se le puede ocurrir una deducción trascendental para alcanzar un beso). Nuestro maestro del beso será la hoja de bambú (*). Uno puede ver como se va inclinando cada vez mas bajo el peso de la nieve y, de pronto, la nieve se desliza hasta el suelo sin que la hoja se haya siquiera estremecido. Hay que permanecer de esa misma manera en el punto de mayor tensión hasta que el beso “caiga”. Así, cuando la tensión ha llegado al máximo, el beso debe “caer” por sí mismo, debe caer de los amantes como la nieve de una hoja de bambú, antes que ninguno haya podido siquiera pensarlo. Lo que no implica no pensar en nada. O tomar ciertas medidas prácticas para posibilitar el beso (los detalles se dan en el libro de TAS o por MP). Lo mejor que se puede pensar es “si no es ahora, está todo bien, será la próxima”. Si no pasó nada, es que no había la suficiente tensión. Y nada genera más tensión que retardar el placer de un buen beso hasta la próxima cita.

(*) lo de la hoja de bambú ha sido plagiado de El zen y el arte de los arqueros japoneses de Eugen Herrigel

PD a PH: TAS fue idea tuya. Coaching seductivo también. Como ves, absorbo la genialidad como una esponja (mi virtud está en verla).

6/6/08 21:35  
Anonymous Anónimo dijo...

Gracias Nacho por el agradecimiento dirigido...

Sepa disculpar mi espíritu cientificista, pero podría haber un lugarcito para una teoría inductivo-empírica del beso? Una de sus virtudes es que asegura que el caballero besador será correspondido y vuelve innecesaria toda mediación discursiva...
Podrían considerarlo hasta haber dominado el beso Zen...Si quieren después paso el esquema aplicativo...
Sds,
Romina

7/6/08 11:07  
Blogger julieta eme dijo...

muy bien, romina! adhiero a la teoría inductivo-empírica del beso... muy buena...

7/6/08 12:39  
Blogger nacho dijo...

SyP: Imagino que te referís al beso de la biblioteca (no vi la película). Muy interesante. Muy SyP.

7/6/08 17:58  
Blogger nacho dijo...

Romina: no entiendo la teoría inductiva-empírica del beso. ¿Podés desarrollar?

7/6/08 18:09  
Blogger julieta eme dijo...

yo tampoco entiendo del todo la teoría de romina, pero adhiero sobre todo a la virtud que romina le asigna.

de pronto, el mate se convirtió en todo besos por todas partes...

9/6/08 10:40  
Anonymous Anónimo dijo...

Es que todavía no expliqué en que consiste la teoría!
Prometo en breve ampliar...
Romina

9/6/08 11:33  
Anonymous Anónimo dijo...

Hay que besarse mas...

10/6/08 11:07  
Anonymous Anónimo dijo...

mirá la película!

10/6/08 13:14  
Blogger nacho dijo...

Roberto: sos lo más!

SyP: ¿Es una invitación?

11/6/08 20:41  
Anonymous Anónimo dijo...

es una orden

12/6/08 11:02  
Blogger nacho dijo...

SyP: Ok. Le voy a preguntar a tu prima PyF que es más copada.
:D

12/6/08 11:29  
Anonymous Anónimo dijo...

jajaja
el 19 los voy a ver!
ya están practicando?

12/6/08 11:48  
Anonymous Anónimo dijo...

cuánta crueldad en este mundo. un cigarrillo y un beso no se le niega a nadie.

30/6/08 12:14  
Anonymous Anónimo dijo...

Lo del cigarrillo puede ser (¿el último también?) Pero el beso... eso es otra cosa.
Gracias por el comentario.
:D

13/7/08 05:41  

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