Me tiré por vos
… no sé… raro… muy raro, la verdad… no sé. Un poco desilusionada. Pero no, ‘desilucionada’ no es la palabra, es…
El tipo me agrega en facebook, así que pensé: ¡guau, qué flash! Yo estaba de vacaciones, otra onda… y el tipo me empieza a gastar por lo que puse en el perfil, por lo de ‘open-minded’, viste? Al toque el diálogo se pone bizarro. Nos metemos en una polémica en torno al tamaño de Groenlandia… viste? No sé cómo terminamos ahí. Creo que empezó él, me parece… bueno: que me empieza a apretar con eso de que me conviene un tipo mayor, pero no tanto. Me pone… pará que lo busco… “A usted le convienen claramente los hombres maduros -aunque no pasados. Muchachones de 30 y algo, vamos”. Okey, dije… él me gustó –siempre me gustó. Pero al toque me doy cuenta de que no sabe quién soy. En efecto: no sabía. Me había sumado al tun-tun… después me dijo que suma a 20 chicas por día. Obvio que tarde o temprano iba a caer. Le pregunté después, cuando nos vimos, que por qué me había agregado si no me conocía. Me dijo que era sencillo: foto de chica bonita con onda y un enter en Add as a Friend. Es decir: lo mismo que le dice a las demás, entendés? Entendés? Me dijo que era bonita!
Ahí me dijo de vernos y yo me hice un poquito la que ay, no sé, en fin, que te hablo de cualquier tema menos del encuentro, que te digo cosas lindas e insinuantes, que te dejo-entender-qué-me pasa-con vos, pero sin decirlo, claro. Y este troglodita me quiere hacer decirlo… Ob-bvio que NO se lo dije. Le dije que me podía, sí, y que me pasaban cosas, pero… en el contexto general de hacerme la boluda, no? Bueno: el tipo que me dice que no juegue al… pará que te lo cito… “encuentro casualmente planeado”… sí, bastante pavo el jueguito de palabras… bueno! Y que él puso día, hora y lugar y yo que me hacía la boluda, y… no. No… solo dejó a entender que me hacía la boluda… pero es e-vi-dente.
Quedamos en vernos en el Río. Paré en la estación de servicios para comprar ya sabés qué (… sí: eso) y hola, me dicen. Y me pongo toda colorada! Una boluda… me habla. Me relaja que me hable. ¡Cómo habla! Pero bien, cómo integrándote en el diálogo, como interesándose en vos… no sé… ahí me entero que no sabe manejar. Tenemos que enseñarte! Se ríe. Pero no encontramos bar. Todo mal…
Le digo de comprarnos una petaca e ir al Río, pero no quiere. Me dice de un bar. Zoey? No sabe cómo se llama. Conclusión: Zoey.
Qué tomo? Una caipirinha, of course. Él se pide una cerveza y me empieza a hablar. ¡Cómo habla! Habla demasiado. Qué dice? Me hace preguntas. Preguntas boludas, preguntas interesantes, preguntas ligeramente indiscretas. Me fuerza a contarle, no…? Lo del yanqui, nena…! No! Cómo te parece que va a hacer eso? Pero tanto preguntar de sexo, tanto contarme y opinar (sobre todo opinar), tanto rondar y meterse en el tema sexo que al final tengo-que-contarle… sí: la verdad que me puso un poco incómoda. No mucho, pero… sí: un toque. Pero bueno: supongo que ya estaba sobre aviso. Después de todo, de qué escribe? Sexo y porro. Nada más.
Drogas. Hablamos de drogas. Me dice que coger con porro es lo más. No sabe de qué habla. Éxtasis, nene! Concede. Me dice sí, sí, sí. Me dice que sí, que cree que sí, que no puede opinar porque nunca probó. Podés creer? Me dan ganas de tener para que colemos. Me dan ganas de morderle los labios. Cómo habla! Pará de hablar, nene!
Me cuelgo. Me pongo nerviosa, dejo de hablarle. Me mira las tetas. Bien: para algo me puse el escote. Deja de hablar. Lo controlo. La tendrá grande?, pienso. Estoy nerviosa. Le cuento…?
Tengo algo que contarte, le digo… sí, un poco me hago la boluda. Estoy nerviosa en serio, pero… más o menos. No. No en verdad. Ahí le cuento que lo leí, que leí las dos novelas que colgó, que… sí. Sí: pone cara de sorprendido. Y me dice cosas como de agradecido, pero… sí: como si no le importara. Me mira las tetas todo el tiempo. Me incomoda.
Pará, le digo –y lo saco. Besa re-suave –por lo menos ahí. Después… bueno… sí: un poco una decepción. Me entra a manosear. Sí: me pongo un poco… tengo ganas de bajarle los pantalones y chupársela. Salí, le digo. Me pide otra caipirinha. Nadie-me pide-tragos. Sí, un toque se asusta. Debe pensar… no sé, no sé, la verdad… te lo vas a tomar vos, le digo –y me hago la enojada.
Pará, le digo –y lo saco. Bueno, le digo. Me muero de ganas de preguntarle qué piensa. Hay que pagar, pero él ya pagó. Ok. Supongo que está acostumbrado a pagar… dale.
Le vuelvo a decir de la petaca. Le comento de la casa abandonada. Se niega otra vez… sí, medio aburrido, el tipo. Pará!: vas a aprender a manejar. Me empaco. Vas a aprender a manejar. Es por tu bien… sí, de esos tipos… sí, hay que obligarlos, pero por su bien. Si no, nunca hacen nada.
Obvio, nena. Yo consigo lo que quiero. Nos bajamos e intercambiamos asientos. Pisá el acelerador, largá el embriague, eso… le sale bastannnn-tebien –para ser la primera vez. Hace cinco metros, dobla a la derecha y estaciona… No, nena: hizo nada más que cinco metros! Evidentemente cree que soy boluda.
Entonces me enojé. Pero me renojé, eh? Es decir… me enojé en serio, pero jugando, entendés? Bajé del auto y le dije: ahora me enojé. Y pisé el acelerador… no, para nada. Tomé una caipirinha, nada más… hago tres cuadras rápido, pero nada más. Al tipo, no sé… como que entra en pánico, entendés…? Pero no pasa nada: tengo la situación bajo control. El tipo me habla, como que le tiembla la voz. Yo sigo. Hago tres cuadras a full, pero tranqui. Desacelero un toque para doblar, y… el tipo se tira del auto… no: en movimiento. El tipo se tira del auto en movimiento, entendés?
Matías Pailos
El tipo me agrega en facebook, así que pensé: ¡guau, qué flash! Yo estaba de vacaciones, otra onda… y el tipo me empieza a gastar por lo que puse en el perfil, por lo de ‘open-minded’, viste? Al toque el diálogo se pone bizarro. Nos metemos en una polémica en torno al tamaño de Groenlandia… viste? No sé cómo terminamos ahí. Creo que empezó él, me parece… bueno: que me empieza a apretar con eso de que me conviene un tipo mayor, pero no tanto. Me pone… pará que lo busco… “A usted le convienen claramente los hombres maduros -aunque no pasados. Muchachones de 30 y algo, vamos”. Okey, dije… él me gustó –siempre me gustó. Pero al toque me doy cuenta de que no sabe quién soy. En efecto: no sabía. Me había sumado al tun-tun… después me dijo que suma a 20 chicas por día. Obvio que tarde o temprano iba a caer. Le pregunté después, cuando nos vimos, que por qué me había agregado si no me conocía. Me dijo que era sencillo: foto de chica bonita con onda y un enter en Add as a Friend. Es decir: lo mismo que le dice a las demás, entendés? Entendés? Me dijo que era bonita!
Ahí me dijo de vernos y yo me hice un poquito la que ay, no sé, en fin, que te hablo de cualquier tema menos del encuentro, que te digo cosas lindas e insinuantes, que te dejo-entender-qué-me pasa-con vos, pero sin decirlo, claro. Y este troglodita me quiere hacer decirlo… Ob-bvio que NO se lo dije. Le dije que me podía, sí, y que me pasaban cosas, pero… en el contexto general de hacerme la boluda, no? Bueno: el tipo que me dice que no juegue al… pará que te lo cito… “encuentro casualmente planeado”… sí, bastante pavo el jueguito de palabras… bueno! Y que él puso día, hora y lugar y yo que me hacía la boluda, y… no. No… solo dejó a entender que me hacía la boluda… pero es e-vi-dente.
Quedamos en vernos en el Río. Paré en la estación de servicios para comprar ya sabés qué (… sí: eso) y hola, me dicen. Y me pongo toda colorada! Una boluda… me habla. Me relaja que me hable. ¡Cómo habla! Pero bien, cómo integrándote en el diálogo, como interesándose en vos… no sé… ahí me entero que no sabe manejar. Tenemos que enseñarte! Se ríe. Pero no encontramos bar. Todo mal…
Le digo de comprarnos una petaca e ir al Río, pero no quiere. Me dice de un bar. Zoey? No sabe cómo se llama. Conclusión: Zoey.
Qué tomo? Una caipirinha, of course. Él se pide una cerveza y me empieza a hablar. ¡Cómo habla! Habla demasiado. Qué dice? Me hace preguntas. Preguntas boludas, preguntas interesantes, preguntas ligeramente indiscretas. Me fuerza a contarle, no…? Lo del yanqui, nena…! No! Cómo te parece que va a hacer eso? Pero tanto preguntar de sexo, tanto contarme y opinar (sobre todo opinar), tanto rondar y meterse en el tema sexo que al final tengo-que-contarle… sí: la verdad que me puso un poco incómoda. No mucho, pero… sí: un toque. Pero bueno: supongo que ya estaba sobre aviso. Después de todo, de qué escribe? Sexo y porro. Nada más.
Drogas. Hablamos de drogas. Me dice que coger con porro es lo más. No sabe de qué habla. Éxtasis, nene! Concede. Me dice sí, sí, sí. Me dice que sí, que cree que sí, que no puede opinar porque nunca probó. Podés creer? Me dan ganas de tener para que colemos. Me dan ganas de morderle los labios. Cómo habla! Pará de hablar, nene!
Me cuelgo. Me pongo nerviosa, dejo de hablarle. Me mira las tetas. Bien: para algo me puse el escote. Deja de hablar. Lo controlo. La tendrá grande?, pienso. Estoy nerviosa. Le cuento…?
Tengo algo que contarte, le digo… sí, un poco me hago la boluda. Estoy nerviosa en serio, pero… más o menos. No. No en verdad. Ahí le cuento que lo leí, que leí las dos novelas que colgó, que… sí. Sí: pone cara de sorprendido. Y me dice cosas como de agradecido, pero… sí: como si no le importara. Me mira las tetas todo el tiempo. Me incomoda.
Pará, le digo –y lo saco. Besa re-suave –por lo menos ahí. Después… bueno… sí: un poco una decepción. Me entra a manosear. Sí: me pongo un poco… tengo ganas de bajarle los pantalones y chupársela. Salí, le digo. Me pide otra caipirinha. Nadie-me pide-tragos. Sí, un toque se asusta. Debe pensar… no sé, no sé, la verdad… te lo vas a tomar vos, le digo –y me hago la enojada.
Pará, le digo –y lo saco. Bueno, le digo. Me muero de ganas de preguntarle qué piensa. Hay que pagar, pero él ya pagó. Ok. Supongo que está acostumbrado a pagar… dale.
Le vuelvo a decir de la petaca. Le comento de la casa abandonada. Se niega otra vez… sí, medio aburrido, el tipo. Pará!: vas a aprender a manejar. Me empaco. Vas a aprender a manejar. Es por tu bien… sí, de esos tipos… sí, hay que obligarlos, pero por su bien. Si no, nunca hacen nada.
Obvio, nena. Yo consigo lo que quiero. Nos bajamos e intercambiamos asientos. Pisá el acelerador, largá el embriague, eso… le sale bastannnn-tebien –para ser la primera vez. Hace cinco metros, dobla a la derecha y estaciona… No, nena: hizo nada más que cinco metros! Evidentemente cree que soy boluda.
Entonces me enojé. Pero me renojé, eh? Es decir… me enojé en serio, pero jugando, entendés? Bajé del auto y le dije: ahora me enojé. Y pisé el acelerador… no, para nada. Tomé una caipirinha, nada más… hago tres cuadras rápido, pero nada más. Al tipo, no sé… como que entra en pánico, entendés…? Pero no pasa nada: tengo la situación bajo control. El tipo me habla, como que le tiembla la voz. Yo sigo. Hago tres cuadras a full, pero tranqui. Desacelero un toque para doblar, y… el tipo se tira del auto… no: en movimiento. El tipo se tira del auto en movimiento, entendés?
Matías Pailos
Etiquetas: Relatos
21 Comentarios:
MP: ya te había dicho que me encanta cuando te tirás de un auto en movimiento. y me encantó. muy buen relato.
saludos.
¿"A usted le convienen claramente los hombres maduros"? ¿Cuántos años tenía esta chica???
lo volví a leer. muy bueno.
beso.
Hombre, clase media, más de treinta: sabe manejar o es charly garcía.
J: la anécdota me la contó una amiga de la protagonista. Supongo que la protagonista tendrá más o menos la misma edad que la amiga, así que entre 20 y 25.
PDA: no comments.
ufa, estoy aburrida.
MP:
todo muy moderno, todo muy antropológico. Jajajajajajajaj!!!!
Somos un horrrorrrrr!!!!!!
No importa quien te ocnto la anecdota, la anecdota es anecdotica, pero se escucha la vocecita estridente a de la facebook adict. Me rei!
beso.
¿"somos" un horror? ¿el género humano o el género femenino? como le dije a neutral una vez, las generalizaciones no me gustan...
que cada uno/a hable por cada uno/a...
besos.
pd.: ay, MP, mirá que trato de dejar mis pancartas en la puerta, pero me hacen entrarlas! jajaja...
no se enojen ninguno de los dos (ni MP ni PyF). besos a ambos.
jajajajaajjaj!!!!
como me voy a enojar julieta???
me referia igual al genero cibernetico o algo asi. A todos estos vinculos y vinculados nuevos de letritas, fotitos, textitos, sms, demases. Eso me parece un horror en el cual me incluyo.
Y a mi me encantan las generalizaciones, sobre todo en estos espacios. Sino con que nos divertimos???
trae las pancartas plisss!!!!
besote
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Era una gran anécdota desde el vamos, pero así contada es además uno de los mejores relatos pailosianos que leí.
MP muy bien. Me hizo acordar un poco a Rey Rosa en el cuento "Ningún lugar sagrado".
Si la idea es contarlo desde la perspectiva de la chica está muy bien salvo por el: "sí: un toque" que me sonó un giro muy tuyo.
Pero imagino que es un puritanismo extremo el mío. Realmente logrado (aunque lo editaría en algunas partes).
Es así. Hoy me levanté en editor crítico.
"Supongo que el está acostumbrado a pagar..."
Este pibe es de los míos.
Billetera mata a galán.
Buen Blog
Me gustó el relato Pailosen, y la parte del tirarse del auto convengamos que está buena... Pero no sé si entiendo al personaje... No sé.
De todos modos si me salgo de la parte analítica me gusta. :)
Perra de agua se aburre!! Noooo, perrita, no te aburras. Encervezate. :)
No, cerveza nop, me van a tildar de bloggera y borracha, con un insulto por vez es suficiente. Yo nada más quería pelearme un rato con el autor para pasar la mañana.
Me sorprendiste, guacho. Gran passing, mejor relato.
que dificil es dejar un comentario medianamente interesante, a ver...
que tal...
muy bueno el relato, gracias!
un poco seco
(mis disculpas es la primera vez)
Nacho: que te haga acordar, aunque sea un poco, a Rey Rosa, ya me pone feliz. (¿Cuál era ese cuento? ¿El que el tipo le cuenta su vida a la analista?)
Ya te mando el cuento para la edición. (Quizás 'sí: un toque' te suene a mí porque me conocés algo. Pero no sé si desentona con el personaje. (Los dos puntos son un apropiación difícil de evitar después de releer a Osvaldo.))
Eric: gracias, muchas gracias.
J: ¿Qué personaje no terminás de entender? ¿El de la mina o el del tipo?
Porno: no somos cualquiera: somos un bardo. (Pero las cosas nos salen razonablemente bien, me parece.)
Anónimo: si hay que escribir algo medianamente inteligente nos quedamos todos callados. Escriba cualquier cosa. Escriba como cualquier cosa.
Gracias por las líneas.
Ariel: sí. La verdad, gané el punto. No así el partido, porque vos tenés un juego de más largo aliento. Pero el expediente sencillo de narrarlo desde el punto de vista de la chica le da algún interés mayor -si vas a cortar el relato donde yo lo corté.
sobregondi comprende
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