Formas de no hacerse cargo
Ahora dicen que soy soberbio. Lo que faltaba. En realidad no usan “soberbio”. Más bien dicen “creído de mierda”.
… lo que faltaba…
¡No me van a quitar mi autoindulgencia, hijos de puta!
Es curioso –digo, por decir algo-: siempre consideré que el cóctel de timidez + inseguridad + introspección que me caracteriza no encajaba precisamente en el perfil de un creído soberbio de mierda.
… ahora que recuerdo, no es que lo dijeran como algo negativo, precisamente…
Bueno, sí: fueron mujeres. A los varones les soy más o menos indiferente.
Este podría ser un espacio adecuado para especular acerca de por qué las mujeres gustan de los tipos por las razones equivocadas. Podría, incluso, explayarme acerca de por qué todos gustamos de quienes gustamos por motivos que no pueden llevar a nada bueno.
Pero eso me aleja un poco de mi tema: yo mismo. Lo que, en algún sentido, refuerza esa idea de que soy un soberbio y un creído de mierda –pero solo porque confunden solipsismo & egoísmo & cortedad de miras con soberbia creencia en mierdosa condición. Yo no tengo la culpa si piensan con las patas.
Bueno: eso fue un poquito fuerte. Es que parece que no puedo medir. Hoy –justo hoy- mi psicóloga me dijo: ¿por qué lo hiciste? Es como si no hubieras medido las consecuencias de tus actos. (Ella es muy apegada a los modos convencionales de expresión, digamos, por decir cualquier cosa.) Yo: no, lo que pasa es que…
Sí, bueno: soy un egoísta del orto. (Noten las connotaciones anales de mi autorreferencia. Mmhh… sospechoso… propio de un obsesivo, ¿no?)
Bué: lo que quería decir es que si bien solía pensar que mi ego competía en fragilidad con el de Kafka, lo que en verdad pasaba es que mi perspicacia era ligeramente inferior a la de una hormiga. La desavenencia entre mi opinión y la del mundo sobre la misma cuestión (: eu) indicaba algo.
Bipolaridad del ego.
La cosa es sencilla: oscilo entre una muy alta y muy baja opinión de mí mismo. Dicho lo cuál debería retirarme a decir obviedades en privado. Pero vieron cómo es esto: los satoris (las revelaciones) son giladas. Nadie va a probar la última puta conjetura matemática de moda en un rapto de inspiración (no acompañado de años de sesudo estudio). Pero sí va a encontrarse eufórico porque ahora, ¡por fin!, entiende qué mierda le pasa y ¡por fin!, desde ahora todo va a ser diferente.
Donde ‘diferente’ significa ‘más o menos igual, hasta la siguiente revelación’.
Lo que me lleva a la siguiente pregunta: y ahora, ¿qué hago? ¿Me tomo una pasta para nivelar los desniveles? ¿Me la aguanto? ¿Me regocijo con el nuevo saber adquirido? ¿Escribo un nuevo post catártico?
Mi psicóloga dice que pifié. Que no debería haberlo hecho.
Creo que de momento más me vale hacerme el boludo.
Matías Pailos
… lo que faltaba…
¡No me van a quitar mi autoindulgencia, hijos de puta!
Es curioso –digo, por decir algo-: siempre consideré que el cóctel de timidez + inseguridad + introspección que me caracteriza no encajaba precisamente en el perfil de un creído soberbio de mierda.
… ahora que recuerdo, no es que lo dijeran como algo negativo, precisamente…
Bueno, sí: fueron mujeres. A los varones les soy más o menos indiferente.
Este podría ser un espacio adecuado para especular acerca de por qué las mujeres gustan de los tipos por las razones equivocadas. Podría, incluso, explayarme acerca de por qué todos gustamos de quienes gustamos por motivos que no pueden llevar a nada bueno.
Pero eso me aleja un poco de mi tema: yo mismo. Lo que, en algún sentido, refuerza esa idea de que soy un soberbio y un creído de mierda –pero solo porque confunden solipsismo & egoísmo & cortedad de miras con soberbia creencia en mierdosa condición. Yo no tengo la culpa si piensan con las patas.
Bueno: eso fue un poquito fuerte. Es que parece que no puedo medir. Hoy –justo hoy- mi psicóloga me dijo: ¿por qué lo hiciste? Es como si no hubieras medido las consecuencias de tus actos. (Ella es muy apegada a los modos convencionales de expresión, digamos, por decir cualquier cosa.) Yo: no, lo que pasa es que…
Sí, bueno: soy un egoísta del orto. (Noten las connotaciones anales de mi autorreferencia. Mmhh… sospechoso… propio de un obsesivo, ¿no?)
Bué: lo que quería decir es que si bien solía pensar que mi ego competía en fragilidad con el de Kafka, lo que en verdad pasaba es que mi perspicacia era ligeramente inferior a la de una hormiga. La desavenencia entre mi opinión y la del mundo sobre la misma cuestión (: eu) indicaba algo.
Bipolaridad del ego.
La cosa es sencilla: oscilo entre una muy alta y muy baja opinión de mí mismo. Dicho lo cuál debería retirarme a decir obviedades en privado. Pero vieron cómo es esto: los satoris (las revelaciones) son giladas. Nadie va a probar la última puta conjetura matemática de moda en un rapto de inspiración (no acompañado de años de sesudo estudio). Pero sí va a encontrarse eufórico porque ahora, ¡por fin!, entiende qué mierda le pasa y ¡por fin!, desde ahora todo va a ser diferente.
Donde ‘diferente’ significa ‘más o menos igual, hasta la siguiente revelación’.
Lo que me lleva a la siguiente pregunta: y ahora, ¿qué hago? ¿Me tomo una pasta para nivelar los desniveles? ¿Me la aguanto? ¿Me regocijo con el nuevo saber adquirido? ¿Escribo un nuevo post catártico?
Mi psicóloga dice que pifié. Que no debería haberlo hecho.
Creo que de momento más me vale hacerme el boludo.
Matías Pailos
Etiquetas: Epifanías
14 Comentarios:
Yo ni bien te vi tuve la epifanía de que eras un creído de mierda.
es pura timidez, Oscar. A veces los creídos y los tímidos nos comportamos de la misma manera. (Te lo digo con conocimiento de causa: estoy afiliado a ambas instituciones.)
QUE BUEN PERSONAJE
touche. más que creído diría yo autocentrado, pupo del mundo; inseguro en el fondo más que timido. un quilombo de miradas propias y ajenas que en realidad también son propias porque al resto chupa un huevo. una cagada mental, básicamente.
Hola, Matías!
En una primera instancia leí SERBIO, y los primeros párrafos me resultaron sumamente intrigantes. Pero como no encajaba mucho volví a leer y decía soberbio. Bajón.
Aún así, asumiendo el rumbo del equívoco, y sin conjeturar mucho, debo decirte acotar algunos pensamientos luego de leerte (porque me importa más qué pienso de tu reflexión que tu reflexión misma. Sorry, pero es así):
1) el gusto no sirve para nada. Gustar esto, gustar de aquello, etc. ¡Nos gusta cualquier cosa! Y la mayoría de las veces, no gusta "gustar de" más que el objeto del gusto.
2) ¿Qué puede hacer la gente sin egoismo? ¿Omsioge?
3) No somos soberbios, la soberbia nos es. En otras palabras: no tenemos soberbia, la soberbia nos tiene. Es mejor ser serbio.
49 El mundo no emite opiniones.
4) El satori es de los satos. Los argentinos ya tienen a Macedonio Fernández.
Pd. Es encantador esto de dar consejos... ;)
Saludos
Q: invertí mucho en él, así que ojalá.
V: sí a todo, salvo a los de '... más que tímido'. Mis defectos no se sacan ventaja. (Por lo demás, estoy bastante satisfecho, no le voy a mentir.)
ER: 'yugoslavo'. Kusturica dice que nunca dejamos de ser yugoslavos. El resto (serbios, croatos, eslovenos) le hacen el juego a la derecha. Por lo demás:
1-y sí. Pero nos importa mucho qué nos gusta y qué deja de gustarnos y por qué. Y no nos gusta nada que nos gusten las cosas equivocadas, ni las cosas correctas por las razones equivocadas. (Aunque a veces nos aferramos con uñas y dientes a las cosas equivocadas por las razones incorrectas. No es amor a la libertad: es que somos muy boludos.)
2-Sí.
3-No.
4-Solo importan las apariencias, así que si a uno le parece que la licuadora empieza a impartir doctrina, no vaya a un psicólogo: tírela a la basura.
5-Producir pensamiento argentino es fácil: solo hay que ser argentino y pensar. El satori es del pueblo.
PD: al final nunca te lo dije, pero 'Falsete' tiene una 'voz' (perdón por la expresión) parecida a la de nuestro colega chileno Rodrigo Salgado Boza, al que podés acceder por algún link de este blog. (Y los dos tienen algo de hijos de Bolaño, que es un padre copado.)
Hola!
Gracias por lo de Rodrigo Salgado!
Lo bajo.
Respecto al pensamiento argentino, es cierto. Pero lo del satori, aún me quedan dudas. Lo consultaré a la licuadora antes de tirarla a la basura.
Eso de boludos, es muy cierto.
Última pregunta: si esto es parte de un análisis, ¿tiene que pagarle por esta página a la psicóloga?
Saludos
solo quería decir que el satori está al alcance de cualquiera. De ahí no se sigue (a menos que se quiera meterse hasta la verija en la falacia de composición) que esté al alcance del colectivo (aunque en ocasiones, como le pasó al ejercito de Constantino, todos vemos una cruz en el cielo). (Donde dice 'Constantino', acaso debería decir 'Justiniano'. No estoy seguro.)
Y lo de la guita, depende a quién le preguntes. Supongo que nosotros daremos, en al menos uno de muchos sentidos, una respuesta más barata que la que den los psicólogos.
Kant en sus cursos de ética distinguía entre altanero, alguien que tiene alta estima de sí, y soberbio, alguien que tiene alta estima de sí y piensa del resto que son boludos a cuerda.
No obstante, bajo las definiciones hasta aquí expuestas no encuentro que se le apliquen a mi amigo MP (incluso si usamos "creído" como sinónimo de altanero o soberbio).
De los demás defectos que si adjudica, tampoco puedo dar cuenta.
Siempre me pareció un tipo simpático.
Abrazo
Si no mintiéramos sobre nosotros mismos no tendríamos nada interesante para decir. Oh, qué paradoja.
no mientas, Nacho. (Gracias por el apoyo.) (Desconocía la diferencia entre 'altanero' y 'soberbio'. Voy a empezar a usarla.)
Lavi: yo intento decirme la verdad. No me sale muy bien...
No miento. Igual, no me quedan claras las condiciones para aplicar el concepto "creído". Alguien creído es:
1) alguien que se tiene en alta estima
2) alguien que se tiene en alta estima y lo hace público
3) alguien que se tiene en alta estima, y esa alta estima no se corresponde con la realidad.
"Creído" no puede ser (1) porque colapsaría con "tener una buena imagen de uno mismo". Me inclino por (2) y (3) y una combinación de ambos.
Dos ejemplos de creídos:
Richi Fort
Cristiano Ronaldo
Dos ejemplos de no creídos:
Calitos Tevez
Lio Messi
Matías está claramente del lado de los jugadores argentinos.
Vamo' papá!
Matías Pailos ¿el escritor del pueblo?
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