Endogamia
-¿Vos tenés un blog?
-No. Yo soy prima de ella.
Pobre chica. Era indudablemente hermosa, y eso no hacía sino más dramático el que estuviera tan perdida en esa terraza infestada de pre-escritores, de monomaníacos que solo sabíamos y queríamos y podíamos hablar de blogs y literatura. Sin duda no se merecía la risa general que propicié. No recuerdo si fue PH o Incardona quien explicitó la dicotomía: ¿blogger o prima? La prima de la prima era la chica de anteojos, amiga de Juan I y segura Lic en Let. Con todo esto quiero decir que, sí: conocí al héroe de post perimidos, aunque no olvidados. Me llevé por delante a Incardona; su flequillo rolinga y su remerita marinera. ¿Cuál es la forma más segura de hablar con una chica hermosa? Felicitar a Incardona. Eso hice. Me contoneé en el piso (estábamos sentados contra el suelo, en un intermezzo a lecturas) y, haciendo alarde de toda la bonhomía que me caracteriza, espeté: “Felicitaciones por la lectura del otro día, en la mesa de Link. Lo mejor del encuentro”. Agradecimiento del escritor, que replica: “¿vos cómo te llamás?”. Matías. “¿Tenés un blog?” Le digo. “¡Ah! Vos sos Pailos”. Y debería decir que me quedé de una pieza pero, para algunos asuntos, yo también estoy viejo. No solo conocía el blog, sino que también alegó que le gustaba. Se armó un círculo, liderado por el escritor, quien, sin querer queriendo, monopolizaba el discurso. (Nadie quería otra cosa.) Alguien preguntó qué había dicho, y el escritor dijo: “me está dorando la píldora”. Por supuesto. Acto seguido, el escritor disertó acerca de la precitada expresión. Llegó mi turno, e hice lo que mi papel exigía: lo acribillé a preguntas. Dejé para el final la evidente, la que caía de madura, la que el buen gusto apremiaba a ahorrar. “¿Es verdad eso que contaste de Serrato?” “Todo lo que conté es verdad”. Pillo. Insistí, pero él redobló la apuesta, así que me quedé en el molde. Como frutilla del postre, confesó la historia que lo ata a Link, que debo callar. (En este momento me estoy mordiendo los dedos para evitar que el chisme mayor se trasunte en la pantalla. ¡Ingente lucha, lector!) Las sesiones de lectura se reanudaron. Para ese entonces íbamos por la tercera cerveza. El escritor se despidió y cuajó entonces en mí el siguiente devaneo: Villa Celina es la patria chica del escritor; habitada por la afamada clase laburante, y por más media que sea, desde acá esa clase luce más bien baja. Así que Incardona es hijo del Oeste. La mía propia es Vicente López. Por más media que sea, desde todos lados la clase de VL luce acomodada. Tengo para mí (y esta era el corazón del paupérrimo circunloquio preanuncado) que el escritor y yo no somos tan diferentes. (Más calle por allá, más academia por acá.) ¿O será que además de buen pibe soy un fiable detector de buenos pibes? No, si Pascal está en lo cierto, y nadie que sea bueno se cree tal. ¿Yo me creo tal? La reflexión se vio interrumpida por la caída de la pantalla en la que se proyectaban los textos presentados. Leyeron muchos. Leyó un pibe que no tiene blog, pero tiene casi tanta neurosis, inteligencia, ansiedad y verborragia snob como nuestro Mundo del Cinismo. Empezó hablando de minas, terminó acumulando nombres. (Dijo como 3 veces ‘Happy Mondays’, con lo que se convierte en el argentino que más veces dijo ‘Happy Mondays’ de la historia.) Leyó Mavrakis, y tuvimos su mezcla abrasiva de indiscreción recoleta y distinguida de las altas esferas. Hubo putas, merluza y yates en Punta. Aplauso, medalla y beso. Leyó Molina, y tuve que calmar a PH, a punto de padecer un paro admiratorio. Leyó Moret, y nuevamente tuve que contener a PH. (Esta vez, desatado en su afán de violar a la lectora. Le incrusté la cerveza en alguno de sus orificios y se quedó quieto.) Nos íbamos y estaba a punto de leer Eugenia, la que considera cosas, quien puso en juego todo su poder de seducción para que nos quedáramos. No lo logró, aunque sí nos sedujo.
El resto de la noche, fuera de la velada organizada por Tamarisco (que eso y no otra cosa fue el contexto que da sentido a este relato), la gastamos en especular si el dúo de la mesa vecina lo constituían novio y novia, o padre e hija (‘¿Cuál es la diferencia?’, intervino el mozo), en correr de espaldas y en retroceso para hablar con fémina de negro esperando bondi, y en chamuyarnos a chicas frente a sus novios. Una nueva derrota. Ya me estoy quedando sin lugar para las rayas.
Matías Pailos
-No. Yo soy prima de ella.
Pobre chica. Era indudablemente hermosa, y eso no hacía sino más dramático el que estuviera tan perdida en esa terraza infestada de pre-escritores, de monomaníacos que solo sabíamos y queríamos y podíamos hablar de blogs y literatura. Sin duda no se merecía la risa general que propicié. No recuerdo si fue PH o Incardona quien explicitó la dicotomía: ¿blogger o prima? La prima de la prima era la chica de anteojos, amiga de Juan I y segura Lic en Let. Con todo esto quiero decir que, sí: conocí al héroe de post perimidos, aunque no olvidados. Me llevé por delante a Incardona; su flequillo rolinga y su remerita marinera. ¿Cuál es la forma más segura de hablar con una chica hermosa? Felicitar a Incardona. Eso hice. Me contoneé en el piso (estábamos sentados contra el suelo, en un intermezzo a lecturas) y, haciendo alarde de toda la bonhomía que me caracteriza, espeté: “Felicitaciones por la lectura del otro día, en la mesa de Link. Lo mejor del encuentro”. Agradecimiento del escritor, que replica: “¿vos cómo te llamás?”. Matías. “¿Tenés un blog?” Le digo. “¡Ah! Vos sos Pailos”. Y debería decir que me quedé de una pieza pero, para algunos asuntos, yo también estoy viejo. No solo conocía el blog, sino que también alegó que le gustaba. Se armó un círculo, liderado por el escritor, quien, sin querer queriendo, monopolizaba el discurso. (Nadie quería otra cosa.) Alguien preguntó qué había dicho, y el escritor dijo: “me está dorando la píldora”. Por supuesto. Acto seguido, el escritor disertó acerca de la precitada expresión. Llegó mi turno, e hice lo que mi papel exigía: lo acribillé a preguntas. Dejé para el final la evidente, la que caía de madura, la que el buen gusto apremiaba a ahorrar. “¿Es verdad eso que contaste de Serrato?” “Todo lo que conté es verdad”. Pillo. Insistí, pero él redobló la apuesta, así que me quedé en el molde. Como frutilla del postre, confesó la historia que lo ata a Link, que debo callar. (En este momento me estoy mordiendo los dedos para evitar que el chisme mayor se trasunte en la pantalla. ¡Ingente lucha, lector!) Las sesiones de lectura se reanudaron. Para ese entonces íbamos por la tercera cerveza. El escritor se despidió y cuajó entonces en mí el siguiente devaneo: Villa Celina es la patria chica del escritor; habitada por la afamada clase laburante, y por más media que sea, desde acá esa clase luce más bien baja. Así que Incardona es hijo del Oeste. La mía propia es Vicente López. Por más media que sea, desde todos lados la clase de VL luce acomodada. Tengo para mí (y esta era el corazón del paupérrimo circunloquio preanuncado) que el escritor y yo no somos tan diferentes. (Más calle por allá, más academia por acá.) ¿O será que además de buen pibe soy un fiable detector de buenos pibes? No, si Pascal está en lo cierto, y nadie que sea bueno se cree tal. ¿Yo me creo tal? La reflexión se vio interrumpida por la caída de la pantalla en la que se proyectaban los textos presentados. Leyeron muchos. Leyó un pibe que no tiene blog, pero tiene casi tanta neurosis, inteligencia, ansiedad y verborragia snob como nuestro Mundo del Cinismo. Empezó hablando de minas, terminó acumulando nombres. (Dijo como 3 veces ‘Happy Mondays’, con lo que se convierte en el argentino que más veces dijo ‘Happy Mondays’ de la historia.) Leyó Mavrakis, y tuvimos su mezcla abrasiva de indiscreción recoleta y distinguida de las altas esferas. Hubo putas, merluza y yates en Punta. Aplauso, medalla y beso. Leyó Molina, y tuve que calmar a PH, a punto de padecer un paro admiratorio. Leyó Moret, y nuevamente tuve que contener a PH. (Esta vez, desatado en su afán de violar a la lectora. Le incrusté la cerveza en alguno de sus orificios y se quedó quieto.) Nos íbamos y estaba a punto de leer Eugenia, la que considera cosas, quien puso en juego todo su poder de seducción para que nos quedáramos. No lo logró, aunque sí nos sedujo.
El resto de la noche, fuera de la velada organizada por Tamarisco (que eso y no otra cosa fue el contexto que da sentido a este relato), la gastamos en especular si el dúo de la mesa vecina lo constituían novio y novia, o padre e hija (‘¿Cuál es la diferencia?’, intervino el mozo), en correr de espaldas y en retroceso para hablar con fémina de negro esperando bondi, y en chamuyarnos a chicas frente a sus novios. Una nueva derrota. Ya me estoy quedando sin lugar para las rayas.
Matías Pailos
39 Comentarios:
che, todos eran pre escritores? no habia ningun escritor?
Todo escritor es un pre-escritor. Con lo cuál tu inquietud quedará si no acallada, al menos sí satisfecha si digo que creo que sí. Éramos muchos.
(A veces se me da por hacerme el canchero. Qué se le va a hacer...)
No contento con faltar a todo evento al cual te invito, ahora no me invitás a los tuyos. Nuestra amistad pende de un hilo, MP.
Ajjj… estuve bastante agresivo, ¿no? Me retracto. Voy a tratar de exponer lo que tenía en la cabeza cuando hablé de ‘pre-escritores’. En primer lugar, yo me incluí en esa bolsa. (No creo ser más que nadie.) Pretendía, con ese neologismo, aludir a todo aquél con que escribe textos ficcionales (o narrativos o dramáticos o poéticos, u otros especimenes que observen con los anteriores cierto aire de familia) y que, además, sea inédito, o tenga unas pocas publicaciones en editoriales de medianas tirando a pequeñas. Es decir, todo aquél escritor que no sea del todo visible (parados en la vereda de un lector de suplementos culturales, pongamos por caso).
Por lo demás, aspiraba a que la entrada fuese leída como un texto literario y no filosófico. Es decir, sin pretensiones de verdad, y con una enfática inimputabilidad. El texto literario, se sabe, todavía no ha conseguido la mayoría de edad.
ML: ¡Noooooo...! Prometo resarcirme inmediatamente. Basta con que revises tu casilla de mail.
No dejo de comentarlo.
(ML sigue vivo, tendrá que buscar otro deceso para conseguir los Carver, lamentablemente.)
pailos, estoy ofendido por dos cosas:
1. que no hayas invitado a tal evento, por más snob que haya sido, para luego volcarlo al mate, en un gesto de snobismo (sí, sí, ya sé que no es tu obligación).
2. pertenecer a tu listado de preescritores, por el hecho de no entrar en las vidrieras de cúspide, (sí, sí, ya sé que no pusiste eso).
ayayay
cuánta cuánta endogamia,
pueden vivir mirándose el pupo de esa forma?
lo que seguro les va a costar es escribir algo bueno
anónimo, no digas boludeces que sonás medio resentido. como si existiera una ley de proporcionalidad indirecta entre endogamia y calidad del producto literario. con ese criterio cualquier boludo de lápiz fácil y mucha plata para viajar por todo el mundo podría volverse un gran escritor. qué elemental!
No sé si puedo vivir sin mirarme el pupo. Lo encuentro tan sexy que no hallo motivos para dejar de hacerlo.
El chusmerío como fuente literaria tiene su prosapia, anónimo. Puig, Capote, Proust. Todos, en alguna medida.
El texto es malo, en eso estamos de acuerdo.
Gracias, Moret, por pasar y dejar huella.
Perdón, ER, por no haberlo invitado. Pero no sea modesto, que su grado de visibilidad de considerablemente mayor al nuestro. Yo lo he visto a usted (en su modo libresco de ser) sobre más de una mesa. No recuerdo si la mesa era o no de Yenny, pero casi. Además, tiene usted más libros publicados que inéditos, así que no se me haga el humilde.
Es claro que soy una de las personas más snob que conozco.
(Siempre puedo robarle los Carver a ML. Basta con que condescienda a ir a uno de sus múltiples asados.)
me siento tentado a preguntarle si todo es real; pero lo haría solo para introducir confusion y duda, un poco por esa enfermedad dickiana que tenemos y otro poco para salvar mis orificios de nuevos derrames de cerveza.
Hoy por la mañana me despierto con mi chofer robándome sábana, tuve que codearlo y entonces me dijo: "Portate bien que no te llevo más a Punta del Este y vas a terminar hablando de Villa Gesell como cualquier grasa".
Siento el comentario de Mavrakis como un triunfo personal.
Sí, ya es hora, PH, de que expulses esa Quilmes de tu cuerpo.
Son sólo dos Happy Mondays.
El gropie de los happy, snob, pero un toque anti-blogger.
Fue necesario mentir, caballero. Una licencia poética, pongalé.
Es una pena que no tenga blog. Lo necesitamos.
mi comentario de resentido no tiene nada,
es una simple constatación, y una hipótesis,
la tuya moret, me parece más una falacia
la triste anécdota que us´s para iniciar tu triste entrada es, por lo menos, exagerada y mentirosa. La risa general que,, según vos, se produjo fue solo una rara mueca/sonrisa de Incardona y de la (eso sí) preciosa piba que oyó mal la pregunta y, según jura, disfrutó de las lecturas.
Mal inicio
bueno mp, no pasa nada, respecto de lo libresco, se equivoca, inéditos tengo 74.
Querida quepenitadeti: por supuesto que la anécdota es triste, exagerada y mentirosa. Y me alegra que la chica haya disfrutado de las lecturas. No solo miento por un buen comienzo; miento por cualquier comienzo.
La chica, en efecto, es hermosa.
(La entrada no es triste. Más bien ligera, diría yo.)
Anónimo: no se pelee. ¿Por qué el chusmerío no puede ser un recurso literario legítimo? ¿Por qué hablar del microclima no sería otro tanto? El texto es malo, acordamos. Pero no por eso. ¿Por qué lo es? Bueno... decir eso siempre es más difícil. Eso no hace a su apreciación, falsa.
¡Buf! Iba a dejar un comentario, pero después que leí todo lo que comentaron e 'intercambiaron' me mareé. Concuerdo con el anónimo de que estamos ante un ambiente endogámico. Pero de qué vale criticar. Es como las lentejas... En fin. Cuando vuelva a leer el post (algunos mencionados me suenan conocidos) y recuerde el comentario que iba a hacer, comentaré
Precisamente, lo triste es haber mentida (mal, penosamente) y que, encima .la entrada tampoco funcione.
Che, Pailos: hacé memoria. ¿a qué pseudonotable te olvidaste de nombrar en la entrada que está tan enojado? Abrazos,
Pamela Chu
Caramba, las críticas se van volviendo cada vez menos crítica y más bardeo. Primero cuestionan la endogamia y el ombliguismo y ahora, la veracidad de tu historia. Te atacan desde flancos encontrados.
Yo no argumento, demando: basta de agredir ex-nihilo a MI amigo Federico Matías.
PD: No descartaría que el agresor no sea más que el novio celoso de la señorita del relato.
Gracias, S (después del espectáculo del último fin de semanda, que me consideres tu amigo no deja de enaltecerme), gracias C (no, no sé a quién hacés referencia. En este estado, no sé -hubieras venido a la cena, guacha, y entenderías).
La entrada no funciona. La salida tampoco. Basta, estamos de acuerdo.
Mmm.. medio floje el post. No es "Serrato" sino Cerrato.
Sí, Cerrato, qué se yo... no cursé, soy de Filosofía, no entiendo nada... basta de pegarme, que no soy Giordano, ni Bruno, ni una mierda.
Aguante los golpes, Pailos. Use la cintura, mueva las piernas, no deje de lanzar sus cross a la mandíbula. Si es gallito después no se atragante con las plumas.
Es un problema. No dudo de que pueda soportar los golpes. Soy un muchacho fornido, usted sabe. No estoy tan seguro, sin embargo, de querer devolverlos.
Traduzcan estas páginas. Me encanta el puterío. Sobre todo en estos estadios precámbricos de famas, egos, curriculums,etc.
Gracias por todo. Son casi mi único contacto con el ¿mundo?
¿puede oirme, comandante Tom?
vuelve el anónimo en contra dela endogamia,
no estoy en contra del chisme como material literario, todo puede ser material literario,más bien estoy en contra de que toooooodo lo que hacen ciertas personas que escriben se considere literatura
es lo mismo que con marta minujín, no se si entiende esto, pero en fin.
que el primer comentario fue agresivo, pero en serio, loco, si un escritor o preescritor se rasca el culo, y lo escribe en su blog y entonces otros comentan, acción que estoy cometiendo ahora, eso es ya de por sí literatura?
no sé,
ah! y en realidad no lo decía por el post,a lo de escribir nada bueno, si no porque me pareció que varias de las cosas que se leyeron ese día no estaban buenas, y me sorprendió que al que más se aplaudió fue a un chico que leyó nombrando a todos los participantes y códigos comunes en un texto bastante malo
es claro que la realidad se presenta en formas literarias ya de por sí; es claro que no hay que armar ni articular ni adjetivar nada por que la realidad es lo que es; las mentiras son feas porque no dicen la verdad; las medias verdades son mas feas todavia porque engañas, sos como un violador llevando engatusada a una oveja.
Es una linda posición para defender en un polítburo. Y ahora, me voy, no sin antes bancar a mi amigo, su blog y la fiebre que nos lelve a que viajar en bondi pueda ser una historia digna de contar
bueno bueno, playmobil, abrí los ojito y leé lo que dije, que no hay nada contrario a que un viaje en colectivo sea una buena historia que narrar
Entonces estamos todos de acuerdo.
Con respecto al muchacho 'Happy Mondays', que creo que fue el más aplaudido, diré: a mí me gustó, y mucho por momentos. Sospecho que los momentos más endogámicos fueron los peores del texto. A la par, intuyo que si hubiese sido parte del círculo de amigos al que aludía, lo hubiera celebrado con bombos y platillos. En suma: estuvo bien. El contexto no pedía la lectura de 'Aullido', sino eso que hizo. (Al menos, se esperaba eso de el.)
(Ah: ¿no quiere abandonar el anonimato? Es una cuestión de gustos. Prefiero, por mi parte, anclar las opiniones en algún nombre.)
no quiero que mis opiniones entre en ningún juego endogámico, con todo respeto, y por eso conservo el anonimato
si alguien hubiera leído algo parecido a aullido, y eso no se hubiese esperado, hubiera sido increíble.
el problema con la endogamia es la expectativa cifrada en el otro, es una carga muy densa para escribir. y así finalizo mi parte de este diálogo. saludos.
HR se desanonima adjudicándose sólo el comentario que incluye la invocación espacial de DB (con D de Duque y B de Blanco)
HR
El Comandante Tom sos vos, HR. No te pierdas en el espacio. Te llamo en la semana (o te mando un mail, o alguna de esas boludeces).
Disculpe, anónimo, si no lo dejo con la última palabra. Si la endogamia es muy pesada para usted, no la utilice como material literario. No pretenda, sin embargo, cercenar el impulso de otros a servirse de ella. Es un recurso más, insisto. No sirve a todos, no sirve en todo momento. Solo a veces, solo a algunos.
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal