El Mate Tuerto

"Se fingirá el saber que no se tiene."

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Nombre: El Mate Tuerto
Ubicación: Argentina

28 agosto, 2006

Si Proust es así, no es por culpa de las drogas

Y me puedo cansar, y todo va a seguir tan bien como hasta ahora.

Aquí estamos esperando un desastre,
y mientras tanto babeamos sin parar
y nuestras babas caen al suelo.
Seguimos esperando un desastre inminente
y para que pase el tiempo rezamos,
y entonces, más babeamos...


Como si me mandaras a casa un periodista de programa de televisión, de esos del “corazón”. Y no habrías entendido nada de lo que quería decirte, no sabrías nada de mí, mi discurso habría sido un jodido just that en tus oídos. Y te quedarías callada mientras en la cocina estoy con otra, besándola porque no hay otra cosa por hacer, porque hay cosas que se deben hacer, sin arrepentirse porque no hay tiempo, porque hay cosas que se deben hacer sin más (o menos). Quizás me faltaba rocanrol y ahora lo tengo pero como un recuerdo, algo pasado que quizás algún día evoque cuando mi hocico se llene de pedacitos de mierda tomando litros de meado: Proust puesto en jaque por algo que él no podría haber soportado, por algo que él como histérico no habría admitido.

«Haga Ud. el siguiente experimento: tome a Proust y léalo saltándose todas las páginas en que, en vez de pasar algo, se larga el muy latero a describir minuciosamente un sinfín de sensaciones y de casi imperceptibles alteraciones de su histérica psiquis. No pecará ni venial. El propio Alone, proustiano entusiasta, decía que, en general, cada vez que se llegaba en el curso de una lectura a lugares farragosos, había que saltarse páginas y retomar el cuento donde a uno volviera a producirle gusto. Después de todo, uno lee por placer y si, haciéndolo, no lo encuentra, pues deténgase; no sea bruto.
»Con este método de lectura se dará cuenta de que lo que realmente ocurre en los numerosos tomos de Proust es casi nada. A veces, al cabo de doscientas páginas, se entera uno de que todo lo que ha leído ha tenido lugar en apenas la primera mitad de una “soirée” de Mme. De Guermantes. Pero con el método que le sugerimos, dando extensos brincos, se descubre cuál es el transcurso de los acontecimientos y se obtiene un no menguado deleite con las descripciones de, digamos “Marcel”, escritas con su impagable estilo de solterona hipocondríaca.
»Miren, vean. La Berma, gran actriz trágica, ya moribunda, ha invitado a su casa a tomar té, no obstante que a la misma hora Rachel, otra actriz muy enemiga suya, invita a oír melopeas “chez” la Princesa de Guermantes. Todos corren, por cierto, donde la Princesa, y donde la Berma no llega sino un despistado gaznápiro que, apenas puede, se escurre y desaparece. Queda sola la Berma, comiendo, uno tras otro, sus fúnebres pasteles (que, para colmo, le estaban prohibidos). ¡Ajá!: ¡pasteles! Es que ocurre que, en medio de esos océanos lentos y espesos, como de manjar blanco, por donde nos hace navegar Proust (asmático y gourmet), se nos dice con frecuencia lo que sus personajes comen.»
Don Ruperto de Nola, 19 de febrero de 2006*

Veo en youtube.com una entrevista a Espinoza, no al racionalista, sino al hijoputa de Flema. Y habla imbecilidades y lo único que quiere decir es lo que dice su polera. El chico que lo entrevista le pide que la lea, ya que para eso la llevó: soy un alcohólico, soy un drogadicto, soy bisexual, soy un genio. Con las marcas de Flema en las mangas. Y Ricky afirma con orgullo-punk-argentino (adjetivos, los tres, que quizás se asimilen, según dicen mis punks de por acá) que no entendió ni mierda del libro donde sale esa memorable frase. Espinoza juega al perdedor porque comprende de antemano la lógica que luego haría visible Zizek respecto a The Fight Club. Y P. me dice que el final de tal filme es la mejor escena de amor de la historia del cine: con tu chic@ viendo como se derrumba el capital. Con una bala en la cabeza habría que agregar.
Y hace poco, hace nada, el veinticinco de agosto se cumplían veintidós años de la muerte de Trueman (yadda, yadda, yadda(1)). Y Philip Seymour Hoffman lloró cuando eyaculaba dentro de un perro. Y Truman y Proust, y la petit phrase que Marchant subraya, quema: Qu’est-ce cela? Tout cela n’est rien. Como si supiera francés.

«El 5 de enero de 1966 Truman Capote firmó un contrato con Random House para un nuevo libro que se llamaría Plegarias atendidas. El adelanto por los derechos de autor era de 250.000 dólares, y la fecha de entrega era el 1 de enero de 1968. La novela, afirmaba Capote, sería un equivalente contemporáneo de la obra maestra de Proust, En busca del tiempo perdido, un análisis del pequeño universo de la sociedad acaudalada entre aristocrático y mundano de Europa y de la costa este de los Estados Unidos.»

Plegarias atendidas, «Nota del editor americano», Anagrama*

Ricky no entiende nada porque si somos así no es por culpa del alcohol, si somos así no es por culpa de las drogas, habría algo superior, algo así como la demencia de Ricky de haberse intentado suicidar tres veces, ninguna de las cuales le resultó hasta cuando jugaba PlayStation con otro perdido de Flema y perdió la partida de fútbol, según Jotoso afirma supo cuando fue casi esclavo de ellos en un viaje.
Y por ahí se nos caen los fragmentos del libro que nunca hemos comprendido. Por ahí se diluyen las páginas amarillentas de Bajo el volcán que me superaron en cansancio, en alcohol y mexicanismo. Como si se tratara de una fuente, de un manantial de nonsense que nos trae a las manos unos pañuelos llenos de mocos verdes escupidos por un niñito africano gordo hasta reventar.
Y después un desierto enorme, en el que unos poetas se alejan de las casas de arena, y Aira camina sobre sus pasos ya hechos, haciendo el ademán de no conocerme, moviendo rítmicamente su cabeza negándome como si yo fuera Zenón y el mundo fuera aristotélico y no parmeniestático: yo sería el rottweiler de cualquiera que pudiera pagar mi bajo precio: soy fácil, pero caro:

«Un ángel volando hacia atrás. Un grupo de poetas caminando como si el atrás fuese el adelante. Un escritor huyendo hacia delante. El ángel tiene a su espalda el futuro, pero el torbellino es tan poderoso que no lo deja atisbarlo, y así viaja hacia delante mirando hacia el pasado. El viento es tan fuerte que el ángel no puede hacer nada para darse vuelta y ver lo que le depara, sus alas están dañadas (I’d like to fly, but my wings have been so denied). De los poetas no hay mucho nuevo que decir. Caminan alejándose de un punto central, de un pueblito perdido en el desierto entre México y EE.UU. Avanzan hacia atrás y corren el serio riesgo de tropezar con una piedra que no pueden ver porque los ojos les han sido pegados a los contornos de las casitas bajas y de colores alegres»*.

Y te esmeras en ponerte un escudo, cuando mi espada está fláccida. Horror. Huye. Horror, duele, horror, escose. Cierta rosa pardusca que me cuelga entre medio, que tu boca no quiere coger: Who are you to wave your finger? You must have been out your head (hair, como María Magdalena al pie del Retablo de Issenheim).

Míseros recuerdos. Una cofradía de imágenes en blanco y negro o sepia que se me meten entremedio de los ojos y sepáranme la nariz en diez partes. Todo un drama, como que tú no me digas que sí, y me digas que no cuando lo único que quieres es decirme que sí. Como Truman encontrándose a un masajista en medio del desierto que visitó Gernández y Jo amándose como se lo merecen (entre ellos) mientras estoy acá imaginando cuestiones posibles pero inalcanzables: cierta operación de la Ent-fernung heideggeriana que no entiendo en absoluto, pero que intuyo, demasiado claramente.

Rodrigo Salgado Boza

* * * * *

1. Jerry Seinfeld se pregunta con justa razón para qué la gente guarda los libros que ya han leído. Tengo una respuesta, pero tiende al antisemitismo.
*. Fragmentos de la inédita novela.

14 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Vió que cosa, ¿no? Uno pierde o gana con Lowry, con Proust, con Capote, y otros juegan en primera a los besos en pleno desierto de Atacama.
Ricky actuó como actuó porque le chiflaba el moño. El punk tiene menos que ver con eso de lo que pensamos.

28/8/06 13:59  
Blogger Gonzalo Hernández Suárez dijo...

Fíjese qué cosas. He ganado con Thompson, con Andahazi, con Bulgákov y con Finn Garner, pero he ido a tablas con Nicholas Blake. En el juego, por lo demás, en primera o en tercera, también puedes ganar o perder. Me reservo el resultado de la contienda. Quiero creer que aún no está decidido.

28/8/06 16:53  
Anonymous Anónimo dijo...

digamos que vas ganando con holgura.
Un integrante de El Mate Tuerto, para más datos una integrante cuyo apellido empieza con 'C', también perdió con N. Blake.

28/8/06 17:21  
Anonymous Anónimo dijo...

¿Y desde cuándo le publican ustedes a ese niñito Salgado? Se ven que las cosas por el sur de América van de mal en peor. Y bueno, que por Nueva Orleans no están mejor. Pero que le dejen ocupar su espacio a ese pendejo, es cosa harto reprobable, que excede mi sentido del buen gusto y la decencia.
¡Ay mi válvula! Necesito un Dr. Nuts en este momento. ¡Madre, madre!

28/8/06 18:33  
Blogger salgadoboza dijo...

Hoy comencé por tercera vez Por el camino de Swann. Hoy llegué más lejos que nunca antes ni después.
No te pude ver hoy Gonzalo. Pero habrá el encuentro, claro que sí. Lo mismo les digo a (pre)Cioso y Pailos(otros).
A pesar de Ignatius, gracias mis queridos trasandinos (desde este lado de la existencia).

28/8/06 19:00  
Blogger salgadoboza dijo...

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28/8/06 19:01  
Anonymous Anónimo dijo...

¡Al diablo con Proust, me irrita, me fastidia, veo allí en demasía mi propia caricatura!
Sus frases, ricas, a cada paso rayan en el amaneramiento, resulta casi imposible determinar en qué lugar su vistosa belleza se vuelve un esfuerzo artificialmente complicado.
¡Pesado! Me aplasta. Soy de su misma familia... yo, ultrasutil, pertenezco al mismo medio. Solo que... sin París. Me ha faltado Parí ¡Y mi delicado cutis no protegido por los afeites de París siente la mordida del áspero Tandil!

30/8/06 16:21  
Anonymous Anónimo dijo...

¡Al diablo con Proust, me irrita, me fastidia, veo allí en demasía mi propia caricatura!
Sus frases, ricas, a cada paso rayan en el amaneramiento, resulta casi imposible determinar en qué lugar su vistosa belleza se vuelve un esfuerzo artificialmente complicado.
¡Pesado! Me aplasta. Soy de su misma familia... yo, ultrasutil, pertenezco al mismo medio. Solo que... sin París. Me ha faltado Parí ¡Y mi delicado cutis no protegido por los afeites de París siente la mordida del áspero Tandil!

30/8/06 16:21  
Anonymous Anónimo dijo...

Ave, Sagrado Boza, bienvenido al club de los matetuertistas.

30/8/06 16:23  
Blogger Gonzalo Hernández Suárez dijo...

Ya lo habrá, Rodrigo, ya lo habrá.

Mi ida a tablas con Blake no va con haber abandonado la lectura o algo por el estilo. Resulta que admiro su cerebralidad pero, por así decirlo, no puedo compartirla. El mundo no es un lugar racional, y eso es todo.

De todas formas, "La bestia debe morir" es fantástico; el que me hizo fruncir cejo fue "Minuto para el crimen" (Emecé; colección creada por JLB y ABC, etc.)

30/8/06 22:06  
Anonymous Anónimo dijo...

Yo claudiqué antes de entrar en batalla. No con Blake, sino con la literatura policial en general. Pero tengo cuentas pendientes con todos los norteamericanos (no es que NB lo fuera). De Ellroy a Thompson, pasando por Chandler y Hammett.

31/8/06 00:38  
Blogger salgadoboza dijo...

De Sagrado, nada, más bien de Sangrado, harto.

31/8/06 17:07  
Blogger Gonzalo Hernández Suárez dijo...

Matías, te recomiendo partir todo con "El largo adiós", de Chandler. Basta con eso para pagar todas las deudas.

¡Ah, Rodrigo, cómo debes sufrir!
De-sangrado. ¡Jua!

1/9/06 18:55  
Blogger salgadoboza dijo...

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1/9/06 22:04  

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