El Mate Tuerto

"Se fingirá el saber que no se tiene."

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Nombre: El Mate Tuerto
Ubicación: Argentina

30 agosto, 2006

Poesía y silencio

No leo poesía. No me vanaglorio por ello. Tampoco lo deploro demasiado. Bueno: sí lo lamento, aunque no haga ni pretenda hacer ni una pizca de esfuerzo para remediarlo. Esto, sin embargo, no deja de despedir un tufillo sospechoso. ¿Cómo se puede entender, entonces, que sostuviera por tanto tiempo que mi escritor insignia era Osvaldo Lamborghini? La tesis Cioso, de amplia plausibilidad, es que Lamborghini se limitaba a transcribir los versos que componía, uno atrás del otro, empotrando una facha prosística y narrativa a lo que en verdad era pura lengua y estilo, sola poesía. Véase el comienzo de La mañana:
“-Azotaron a un salvaje
Tormenta tan oscura y bisagra de la luz, la mirada, por los cielos mirada…”
¿De dónde viene, entonces, el deleite por ‘el libro se cierra y queda el desierto’, el epigrama del colega chileno Gonzalo Hernández. ¿Cómo explicarlo, verbigracia, si es parte de una disciplina de la que abomino?
Bueno: no abomino. Solo que no me gusta. Solo que a mí no me salen versos. No puedo con las imágenes, no puedo con las metáforas ni las sinécdoques. No puedo con los haikus condensados. ¿Cuál es mi estilo? Cierta práctica de la sentencia, cierto gusto por el tirabombismo. ¿Algo más? El dictamen estertóreo, las máximas desaforadas. ¿Algo más? ¿La narración? No: no sé demasiado del generar suspenso (puede que mienta en este punto). ¿Algo más? ¿Algo más, entonces?
Sí.

No soporto el silencio. Mis relaciones siguen el siguiente patrón: hablo hablo hablo, y posteriormente hablo hablo y hablo. Lleno el espacio entre ella y yo con palabras, luego la lleno a ella de palabras, luego hago saltar el techo de la insoportable presión verbal. (Yo no estoy lleno de palabras: soy palabras. ¿Qué había dicho Kafka? Bueno, algo así como –corríjanme en este punto- ‘yo no tengo cierta tendencia a la literatura. Yo soy literatura’. En fin: yo apenas llego a ser palabras. Me falta el orden y concierto. Pero (Kafka) también dijo: ‘Lo que yo quería era seguir escribiendo sin ser molestado’.) Okey: a veces cojo. A veces voy al cine, ocasionalmente piso el teatro. Incluso corre el rumor de que algunas noches duermo. Pero no sé, no sé qué es eso de ‘el diálogo sin palabras’, ‘la comunicación muda’. No lo sé. Me desespera desconocerlo. Una antiquísima novia que solía tener me contó, en una ocasión, de los ‘silencios profundos’ que tenía con un novio previo. Qué bien, pensé yo. Qué bien, le dije. Yo no soy así, aclaré. Ya sé, me contestó.
El silencio de ellas, el silencio en general me pone nervioso. ¿Qué sienten? ¿Qué piensan? ¿En quién piensan? Es fácil saber esto, de todos modos. Basta con recordar qué siento, qué pienso y en quién pienso cuando estoy callado. Claro: solo callo cuando estoy solo.
Algo falla en mí. Algo no funciona. Algo está muy, radicalmente mal.
Soy un obsesivo. Soy un inseguro.
No me va mal.

Matías Pailos

24 Comentarios:

Blogger Martín Ludwig dijo...

MP, no se deje psicopatear por púberes embriagadas de Pizarnik.

30/8/06 02:31  
Anonymous Anónimo dijo...

No me dejo, no me dejo. Son ellas las que me obligan.

PD: de todos modos, repito el final: no me va mal.

30/8/06 02:48  
Blogger cuti dijo...

Matías, un abrazo de alguien muy parecido, que también tiene toneladas de palabras solo que la mayoría las dice para adentro.

30/8/06 09:55  
Anonymous Anónimo dijo...

déjelas salir, C. QUeda como más livianito.

30/8/06 12:11  
Blogger salgadoboza dijo...

Sufre usted, del horror vacui, fenómeno que debe bien conocer, que Pasacal sufría, con ésa célebre frase: el silencio de los espacios eternos me aterra.
¿Recuerda Pulp Fiction cuando están en el Jack Rabbit's Slim? ¿Eso de los silencios incómodos? Me parece que tenían algo de razón esos dos, sobre todo ella, tomando malteadas de 5 dólares.
Véngase a Santiago. Y traiga al otro de usted.

30/8/06 12:14  
Anonymous Anónimo dijo...

después se quejan de que las mujeres hablamos demasiado... quién los entiende??? si es tan lindo a veces quedarse así, sin decir nada, sin necesidad de pensar en nada, relajarse... callate, Roberto, te digo!

30/8/06 12:18  
Anonymous Anónimo dijo...

¡Qué coincidencia, Salgado!, yo también recordé la escena de Pulp Fiction: ella le dice a él que uno de los indicios que denotan que uno se siente a gusto con otra persona es precisamente cuando los silencios no incomodan, cuando no existe la necesidad imperiosa de llenarlos con palabras.

30/8/06 16:13  
Anonymous Anónimo dijo...

Parafraseando a Gernández "la charla termina y queda el desierto"
¿No será, Pailos, que usted confunde la necesidad del discurso con el deseo de auditorio?

30/8/06 16:30  
Anonymous Anónimo dijo...

usted sabe, Cioso, que lo único que hago yo es confundirme, y de rebote, confundir. Me dedico a revolver el río para obtener mi ganancia de pescador. No puedo evitarlo. Lo hago incluso cuando los peces buscan solos la caña ausente.
Sí, es verdad: el deseo de auditorio es permanente.
Sí, es verdad: jamás podré sentir lo que siente Travolta. No obstante lo cuál, quizás sí consiga a Uma. Ella callará por mí.

30/8/06 18:11  
Anonymous Anónimo dijo...

Bloggera: como dijo Dave Davies, guitarrista de los Kinks, en el único tema que compuso en su vida, 'I'm not like everybody else'. A mí no me molesta que las chicas me hablen sin parar: lo busco afanosamente. Pocas cosas me gustan más que hablar. Una de ellas es escucharlas a ustedes.

PD: sigo impactado con el comentario de Cioso. Es de las cosas más lúcidas que han dicho sobre mí nunca jamás.

30/8/06 18:14  
Anonymous Anónimo dijo...

A mí suele incomodarme, no que el otro hable y hable, sino que pretenda que yo también lo haga.
Me gusta el silencio, me gusta mi silencio y el del otro. Pero es cierto que no todos los silencios son iguales, no todos son disfrutables: no lo es el que debo llenar forzosamente de palabras porque el otro ya no soporta más que no diga nada (¿no es odioso que a uno le digan "contate algo, dale"? Bueno, es algo así lo que siento).
Igual con usted creo que ya nos entendemos: usted habla habla habla y no me obliga a hablar. Yo callo y escucho y no lo obligo a callar. De vez en cuando (muy de vez en cuando), usted calla. De vez en cuando, yo hablo y hablo.

30/8/06 21:03  
Blogger Gonzalo Hernández Suárez dijo...

No sé de dónde sacaron todos que esa era una buena frase. Y en tu caso, Matías, suponer que tiene cierta resonancia poética es sencillamente un delirio. No es que no me sienta halagado, pero como dice un compañero: "lo que nunca hay que abandonar es la sospecha"

O: "En la confianza está el peligro"

¿Lo ves? En realidad soy más refranero - de lugar común- que poeta. De eso no tengo ni pizca. La verdad es que tiendo más a la histeria y el desborde, como tú, sólo que hago esfuerzos por disimularlo.

Respecto a si eso es ansia de discurso o necesidad de auditorio (¿no era al verres?), como lo planteó tan notablemente el siempre certero Zedi Cioso, confieso que en mi caso no cabe hacer la diferencia. De no haber lo último, callaría; o lo que es lo mismo, nadaría.

Lejos.

30/8/06 22:33  
Anonymous Anónimo dijo...

Roberta, jamás la obligaré a hablar. Los silencios no son lo mío. Me basta con no sentir que se me obliga a callar -y con usted jamás siento eso.
Lo de 'contate algo' (es decir: 'contame algo') no me molesta. Me gusta entretener a mi, digamos, auditorio. Siempre, claro, que después no me digan: 'ajj, siempre contás lo mismo'.

Gonzalo: dejate de joder, la frase es genial. No quiera esconderla bajo la alfombra de modestia.
No vale la pena callar, como creía, sobre ciertos asuntos (en esto hay que ir con cuidado: siempre hay un wittgensteniano acechante), Ludwig W. I. Pero Ludwig W. II hablaba y hablaba, y encontraba más sentido en su filosofía que el que hubiera en el cielo y la tierra.

31/8/06 00:35  
Blogger cuti dijo...

Siempre hay un wittgensteiniano acechante... y hasta que se manifiesta no se sabe si es de tipo I o II.

31/8/06 09:34  
Anonymous Anónimo dijo...

lo confieso, lo confieso. Sin ningún pudor, además (¡qué desvergonzado!).

31/8/06 10:41  
Anonymous Anónimo dijo...

Me dejaste sin palabras (ya sé, chiste maaaaaalo).
En realidad creo que son demasiadas para un comment.

31/8/06 11:44  
Blogger cuti dijo...

I confess!!! Jaaa, eso me recuerda un sketch de Monty Python (hay un sketch de Monty Python para cada evento que ocurra en el universo). El que se confesaba era yo, pero resulta que ahora saltamos todos :-D

31/8/06 12:45  
Anonymous Anónimo dijo...

Intento algo en voz alta, por decir, así como sale:
difícil tema, porque la verborragia se tiene por banal, y el silencio por pensante y profundo, desde la costumbre.
Y si bien no es nada cierto, creo que también hay que bancarse el silencio, porque como algodón, absorbe en su blancura los ecos visuales o fónicos del negro de las palabras, previendo y recordando las futuras y pasadas.
Varios poetas que he conocido, tenían por la narración la misma envidia que yo por el poema. ¿Será que narrar es fabricar, cuando versificar es condensar? Todo ese mar blanco alrededor del verso, aislándolo, enfocándolo con la crueldad del vacío, donde la estupidez queda más expuesta, donde es más difícil poner cualquier palabra sin suicidar el texto.
Y la acertada observación de Cioso, también hace pensar en la ronda silenciosa que temblando escucha el relato del brujo de la tribu, el que tiene en su poder las historias de los antepasados que nos han hecho posibles.
Pero ese mismo brujo, luego de terminar su relato, se levanta y se acerca hacia el centro del sacrificio, a verter los versos, las palabras mágicas llaves del rito.

31/8/06 23:01  
Anonymous Anónimo dijo...

Admito, por supuesto, que hay, no solo que bancarse el silencio, sino también disfrutarlo.
No estoy del todo seguro que poesía y narración dividan sus aguas allí donde usted sugiere.
Alguno ha dicho que la narración todo lo contiene, y que el ars poético no es más que la desmedida concentración en el cómo.
No me parece nada útil verlo así.
La envidia es mutua con los poetas. Pero, ¿cuán diferente es la envidia recíproca que escritores (poetas y narradores) tien respecto a los músicos?

1/9/06 18:14  
Blogger salgadoboza dijo...

Bolaño le dijo a Warnken en una entrevista que la mejor poesía del siglo (XX) se había escrito en prosa: Joyce, Proust.
Baste con lo dicho (?)

1/9/06 22:06  
Anonymous Anónimo dijo...

Tá bien. Pero es movida de Bolaño es, una vez más, esquivar el bulto a favor del ingenio. (Lo cuál a veces me gusta más y otras me gusta menos.)

1/9/06 23:21  
Anonymous Anónimo dijo...

pailos, no terminé de entender tu comentario al mío, a ver si me aclarás un poco mi gastada mente.

5/9/06 01:08  
Anonymous Anónimo dijo...

creo que divergía solo allí donde vos decías que narrar es fabricar y versificar es condensar. Sospecho que puede verse la poesía como un producto fabril. Por ejemplo, tirando del hilo de un concepto, de una palabra, dar giros alrededor de, embarcarse en movimientos dialecticos a partir de. No sé, el poema de L. Lamborghini sobre Evita, por caso. Sea o no fabril, no hay mucha condensación ahí.
Podemos ver a los cuentos como tramas despojadas de todos lo arropos con las que los novelistas las cubren. Borges a veces jugaba a pensar esto. Los cuentistas, entonces, serían condensadores.
Pero en el grueso estoy de acuerdo con usted.

7/9/06 10:42  
Anonymous Anónimo dijo...

bueno, el problema de las generalizaciones, no?, sí, claro, el cuento puede ser condensador versus la novela, como equis poemas no y sí ser verborrágicos, a la manera de eduardo falú, de quien atahualpa yupanqui dijo que era un asesino de silencios.

12/9/06 03:04  

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