Antes, nobleza obliga, es necesario aclarar que me achicharra el cerebro un 3/4 de botella de trumpeter malbec, muy rico él.
Aclarada la cuestiòn, he de comentar acerca de mis sensaciones en torno a la guerra desatada en oriente medio.
Como pocas veces antes, me siento afectado por esta contienda, a pesar de que nada me une a nadie que allí viva, pero entonces, me pregunto, qué me une de manera virtual, desde el hecho equívoco de ser judío?
No lo sé muy bien, pero algo hay.
Y ese algo atesora la vergüenza. Con mi novia CF hemos hablado esta noche sobre el asunto, y ha sido bueno porque permite pensar, pensarse, pensarlo, al hecho o lo que fuera.
Hasta ahora nunca, desde mi separación, hace unos 25 años, de todo lo relacionado con el judaísmo, había sentido eso en el cuerpo.
Me siento extrañamente involucrado. Entiendo que mucha gente desterrada del mundo haya encontrado en ese lugar ancestral una forma de atarse a la vida, para en medio de un raro proyecto de naciòn, escapar al recuerdo absorto de las cámaras de gas, de la muerte de su gente querida, del señalamiento, etc.
Y me revuelvo en la impotencia, no sé muy bien por qué, al saber que frente al secuestro de dos soldados por parte de la fuerza enemiga, seguramente fanática también, la represalia sea bombardear fábricas, puentes, rutas, micros de civiles.
Y ojo que no adscribo a la visión simplista de la izquierda que entiende a israel como mero satélite de bush, y al mundo palestino como el oprimido y ahí se termina el análisis. Es la misma izquierda que celebró, con zamora, al que robóticamente sigo votando 22 años después, la incursión galtierista en malvinas, por miedo a quedar fuera de la foto, por miedo a ser la unión democrática de nuevo, según mi juicio una izquierda travesti que no sabe lo que es, lo cual deviene en no saber lo que se quiere.
No, y sin embargo, y por qué el pudor a sentirme candoroso, no entiendo que, a pesar de todos los datos que se arrojan para que se entienda, el pueblo que fue víctima de la shoa, pueda crear, alimentar, votar, un estado genocida y terrorista.
Esto me da vergüenza, me duele ahora que ando cerca de los 40, que sé que mi madre me llevaba en su panza en la guerra de los 6 días, que a mis 4 era la guerra de iom kipur, que los territorios ilegalmente ocupados, que las mucamas en israel son palestinas, como sus maridos albañiles, que ambos pueblos tienen derecho a gozar de un territorio propio, que la misma raíz, que los atletas del 72, que el primer ministro votado por la gente era el carnicero de sabra y chatila, entonces me da vergüenza, y me duele, a pesar de no tener nada que ver con esa gente oriental, no tener nada que ver, y sin embargo tener la vergüenza, sentirla hasta el fondo del caracú, lo cual nada tiene que ver con abstraerse de lo que pasa en argentina, tal vez por eso mismo, por relacionar estados terroristas, ah, un dolor extraño, absurdo, lleno de náuseas y complejos.